Tío Sam: Malas que divierten

Desde mi punto de vista existen dos clases de películas malas.

La que son pretenciosas y fallan en muchísimos campos como el guión, el reparto o la realización, ya que fueron hechas por gente inepta. Me refiero a esa clase de propuestas que te ponen de muy mal humor porque sentís que perdiste tiempo mirando una basura, que además te hizo desperdiciar una entrada de cine o un alquiler en el video club.

Sin embargo, también están aquellas que también fueron horriblemente realizadas, sin embargo la recepción por parte de los espectadores es totalmente distinta. Son filmes malísimos, pero que te sacan una sonrisa y varias carcajadas. Son tan malas que te hacen reír. La gran diferencia es que estas fueron hechas por auténticos maestros del cine berreta, que saben que nunca van a ser nominados al Oscar, pero siguen laburando para su público, que aunque no lo puedas creer existe.

Yo me he convertido en los últimos años en un fanático del denominado cine Z que me ha hecho reír como nadie. Por eso decidí crear una nueva sección en el blog titulada «Películas malas que divierten», donde me voy a dedicar a recomendar filmes malísimos con los que me maté de risa y no puedo evitar verlos cada vez que los encuentro en la tele o el video.

Para inaugurar la sección elegí referirme a una de mis favoritas: Tío Sam, de 1996.

Esta peli de terror fue creada por dos genios especializados en el cine pedorro como son el director William Lustig y el guionista Larry Cohen. El último trabajo de este sujeto para el cine fue Celular, con Kim Basinger que en comparación con lo que hizo durante toda su vida ese film es El Padrino. Es tan correcto ese guión que no parece de Cohen. Lo mismo ocurre con Enlace Mortal (Colin Farrel) y Black Caesar, un clásico del blaxploitation sobre el que escribiré pronto.

Con el transcurso de las notas van a conocer más en profundidad las películas de Lustig y Cohen, quienes son dos fieles herederos de Ed Wood y Roger Corman.

Tío Sam es la última que hicieron juntos y me encanta. Soy adicto a esta pelí. La trama tiene como protagonista al soldado Sam Harper que durante la Guerra del Golfo en Kuwait muere en combate cuando su helicóptero es derribado por las tropas norteamericanas por error.

De regreso en los Estados Unidos el soldado es enterrado por sus familiares. Sin embargo, el cuatro de julio unos jóvenes queman una bandera frente a su tumba y Harper vuelve de la muerte para cobrar venganza, no sólo de los anti-patriotas que molestaron su descanso, sino de sus propios compañeros que lo mataron. Vestido con su traje de Tío Sam inicia una cacería sangrienta para acabar con todos aquellos que no creen en el American Way. Maravilloso.

Este filme es un desquicio que tiene muy buenas escenas sangrientas donde no faltan las mutilaciones y asesinatos de todo tipo. Las actuaciones del reparto son horrendas y aparecen varias caras conocidas de otras películas de terror, como Halloween. La paradoja es que el mejor trabajo actoral corrió por cuenta del músico y cantante Isaac Hayes, quien está muy bien realmente y ni siquiera es actor!

Tió Sam está claramente pensada como un refrito de los típicos filmes de asesinos de la década del ´70 y ´80. Aunque es malísima es interesante ver a este personaje cuyas víctimas son aquellos que tiene opiniones políticas diferentes. O estás con él o estás muerto. No sé si este concepto les suena familiar.

La política internacional de los Estados Unidos desde hace unos años sigue el pensamiento de este sangriento Tío Sam y eso hace muy interesante la visión de la pelí en la actualidad, que además es muy divertida.

En una escena hacia el final, al asesino lo vuelan por los aires y se pueden ver claramente los cables que tiran al actor. Un momento desopilante.

Este film suele ser un clásico de la programación del canal Space, por lo que recomiendo que estén atentos si la enganchan porque se van a divertir mucho con este psicótico Tió Sam.