The House by the Cemetery

Si hay un clásico memorable en materia de casas embrujadas es esta joya de Lucio Fulci, The House by the Cemetery, también conocida como Aquella casa al lado del cementerio con la que este maestro del género de terror cerró una etapa en su carrera.

Esta historia representó en 1981 el final de una trilogía que había comenzado con La ciudad de los muertos (1980) y El más allá (también de 1981), considerada su obra maestra en el género.

Las tramas si bien no están conectadas entre sí se relacionan tematicamente al referirse a cuestiones metáfisicas sobre la muerte y por supuesto a las casas embrujadas.

Otra característica que une a estos filmes es que fueron protagonizados por la actriz inglesa Catriona McColl y el director colaboró con el mismo guionista (Dardano Sachetti) y especialista en maquillaje Gianetto Di Rossi).

Dentro de la trilogía, la historia de este film es la más fácil de seguir pese a que las cosas que se narran no siempre tienen coherencia y por momentos uno tiene la sensación que se encuentra frente a  una propuesta totalmente surrealista.

The House by the Cemetery comienza cuando la familia Boyle deja Nueva York para irse a vivir a una casa victoriana totalmente aterradora (que existe en la vida real y hoy funciona como un instituto de arte) donde un tiempo atrás ocurrió un hecho terrible.

Un psicólogo colega de Norman Boyle asesinó a su amante y luego se suicidó.  El protagonista se instala en el lugar para investigar que fue lo que le ocurrió a su compañero.

Ahora bien, antes que la familia llegue a la casa, Fulci abre la película con una de sus típicas escenas zarpadas donde nos enteramos que dentro del lugar se esconde un peligroso asesino.

Por supuesto a partir de que los Boyle se instalan en su nuevo hogar empiezan a ocurrir hechos extraños relacionados con un cementerio que se encuentra pegado a la casa.

A todo esto se suma un niño rubio (el hijo del matrimonio) que a mi siempre me pareció aterrador,  especialmente cuando llora y habla con fantasmas.

El hecho que en la versión doblada en inglés la voz del pibe fuera doblada por una mujer adulta hace que el personaje todavía sea más raro.

La casa que eligieron para filmar esta historia (que no sufrió cambios en todos estos años) fue perfecta porque le vino como anillo al dedo a Fulci para trabajar con el escenario aterrador perfecto que requería este cuento.

Durante gran parte del film el director trabaja los clásicos momentos de sustos con sutilezas que pasan más que nada por la ambientación y la decoración del lugar.

Pero bueno, esto es un trabajo de Fulci y él no sólia decepcionar a los amantes del gore.

Las escenas violentas son tremendas y fueron desarrolladas con galones de sangre que se desparraman a lo largo del film.

Hacia el final, Lucio entra en el terreno de lo zarpado donde abundan las decapitaciones y mutilaciones de todo tipo en las que corren ríos de sangre.

El tema es que todo es tan exagerado que termina siendo gracioso.

Por ejemplo, el asesino cuando le corta el cuello a una víctima no se conforma con hacer un sólo corte, sino que vuelve atacar el cadáver una y otra vez en escenas que Lucio te las muestra en primer plano.

Es todo muy morboso como le gustaba trabajar a él.

Al igual que en El más allá el guión tiene más agujeros que un colador y al final quedan un montón de preguntas sin responder, sumado a un final que queda a la libre interpretación del espectador.

Al margen de la sangre y la falta de lógica en la historia, creo que The House by the Cemetery es un gran trabajo de Fulci por los climas de suspenso y esas atmósferas de pesadilla que él creó con su dirección y un gran uso de la banda de sonido que te mantiene pegado a la pantalla,  pese a que no siempre quede claro a donde se dirige la trama.

No es un film para recomendar abiertamente a todo el mundo, pero lo amigos del terror italiano que no la conocen todavía la van a disfrutar seguro.