Momo: La obra maestra de Michael Ende

Siempre digo que aprendí muchos más cosas importantes de los discos de Bruce Springsteen, Bob Dylan y los libros de Michael Ende que de todas las cosas que me eseñaron en los doce años que estuve en la escuela.

Si sos fanático de la lectura probablemente ya experimentaste alguna vez ese hecho mágico e increible que sucede en algún momento de tu historia cuando encontrás un libro que te cambia literalmente la vida.

¿Pueden hacer eso los libros?

Absolutamente.

La muerte del  escritor alemán Michael Ende en 1995 me afectó realmente porque sentí que había perdido a unos de mis maestros favoritos.

Un profesor y amigo que sin conocerlo personalmente despertó cosas internas mías que ya traía de chico al nacer y luego se fortalecieron al construirse mi carácter.

Mucha gente lo recuerda por ser el autor de «La Historia Sin Fín», una joya de la literatura fantástica que el cine no le hizo justicia, pese a brindar una buena película, pero en mi caso a Ende lo asocio directamente por ser el padre de «Momo», una de las mejores novelas que vas a leer en tu vida.

A Momo la descubrí cuando tenía 12 o 13 años y me partió la cabeza.

El libro es como una gran cebolla que con el paso del tiempo le podés encontrar cosas nuevas con cada lectura y estoy convencido que mientras más grande sos más impactante es el mensaje de esta obra.

Hasta el día de hoy esta novela nunca pudo ser reimprimida en los Estados Unidos y en ese país sólo la podés conseguir en ediciones extranjeras. Hubo una pequeña edición limitada en 1985 y nunca más se volvió a encontrar en las librerías.

Los yankees parecen que le tienen miedo a Momo y tiene sentido ya que el mensaje del libro va a contra mano de todo lo que representa el estilo de vida norteamericano, donde la felicidad y el éxito se mide por las cosas materiales que tenés y el crédito de tu cuenta bancaria.

Para ellos Momo es una sucia comunista que le puede lavar la cabeza a los jóvenes.

La realidad es que si el mensaje de este libro fuera adoptado por más gente, muchísimas personas sufrirían menos por pelotudeces que no tienen sentido. Ni hablar del stress que es una importante causa de ataques cardíacos y los accidentes cerebros vasculares.

En Argentina Momo fue un fenómeno literario desde que se conoció por primera vez en 1973 y en la actualidad el libro cuenta con 72 ediciones.

Siempre creí que esta novela debería ser incoporada por el Ministerio de Educación en los programas de estudio pero parece que la gente que maneja estos temas sigue atada a viejas fórmulas que no ayuda a que los chicos se enganchen más con la lectura.

En estos tiempos donde pasás por una escuela y ves a muchos de ellos caminando como zombies con sus teléfonos celulares que se convirtieron en extensiones de sus manos, apurados por llegar a  tiempo a encerrarse el resto del día en un ciber para jugar algún juego de disparos,  el estudio de Momo podría tener un efecto interesante.

La historia tiene como protagonista a una niña que cuenta con un don especial.

Sabe escuchar. Mirá que pavada.

Me refiero a escuchar en serio. Cada persona que tiene un problema o se siente abrumada por algo encuentra la solución a sus tribulaciones luego de pasar un rato con esta chica que vive en un afiteatro rodeada de amigos de todas las edades.

Sin embargo, su mundo cambia cuando entran en escena los Hombres Grises.

Estos sujetos pertenecen un grupo siniestro que se dedican a alimentarse del tiempo de la gente. Los hombres grises andan sueltos por ahí y convencen a las personas para que se dediquen a trabajar más rápido y hacer más cosas con el objetivo de obtener más dinero para consumir más y de esa manera vivir todo el tiempo ocupado.

De esta manera los amigos de Momo de un día para el otro se vuelven más distantes y egoistas porque ya no tienen tiempo para sentarse a conversar o pasar un tiempo con ella.

La protagonista entonces se convierte en una amenaza para este grupo ya que es la única persona a la que no pudieran capturar con esa filosofía de vida y tratan de acabar con ella como sea.

De esta manera, Momo con la ayuda del Maestro Hora y una tortuga especial, llamada Casiopea, emprende la aventura de su vida para devolverle el tiempo a los hombres.

No cometas la huevada de creer que este es un libro infantil.

Sí, la protagonista es una niña y el género en que se desarrolla la trama es la fantasía pero Michael Ende habla de cosas muy serias, a tal punto que en los Estados Unidos, como mencioné antes, se negaron a reeditar esta historia.

Es entendible porque el tipo rompió en este trabajo con la convenciones de la sociedad actual.

Momo es una crítica feroz al consumismo y la obsesión por el materialismo.

En estos tiempos donde los paradigmas del éxitos son representados (y ocurre en todo el mundo) por aquellos personajes que aparecen en la televisión o salen en alguna revista mostrando sus casas lujosas, más la obsesión por conseguir el estatus de celebridad, el mensaje de Ende cobra una importancia tremenda.

Ende no dice que no trabajes y vivas al pedo durmiendo en una plaza todo el día, sino que no dejes que el trabajo te consuma por completo. No le entregues tu vida a una empresa que cuando tenga que pegarte una patada en culo y no te necesite más no le va a importar el tiempo o sacrificios personales que hicistes por cumplir con tu jefe.

Se trata de volver a conectarse con esas pequeñas cosas y momentos que nos hacen sentir bien, ya sea pasar un tiempo en la naturaleza o escuchar a algún amigo o persona que necesite apoyo. Para cada persona puede ser algo distinto, lo importante es no dejarlas a un lado.

Se trata de bajar un cambio y no sumarse a la locura general que te impone la sociedad, donde todo va a los pedos sin un destino claro, ya que al vivir a los pedos te desconectás de a poco de las cosas y relaciones que realmente hacen la diferencia en la vida.

Y lo que es más importante, te desconectas con la esencia de tu verdadero ser.

Además que terminás enfermo. En mi vida lo he visto seguido en muchos amigos que trabajan en televisión y enventualmente renunciaron a sus trabajos porque la locura que impone el minuto a minuto y la obsesión de hacer cualquier cosa por mantener la pauta publicitaria los terminaba enfermando.

Además que el resultado de lo que hacían no estaba a la altura de lo que ellos podían dar, ya que el producto se descuidaba por hacer las cosas a las apuradas.

Algunos de ellos dejaron la producción en la televisión abierta para hacer cosas en cable donde tal vez ganan menos pero tienen paz y trabajan en los que aman sin enloquecerse.

Esta es una de las tantas lecciones en las que se centran Momo, además de la importancia de escuchar.

¿Cuántas personas conocés que realmente sepan escuchar?

Yo muy pocas y si prestás atención la mayoría de las personas no escucha al otro en una conversación, sino que todo se limita a para de hablar para esperar que el otro termine lo que tiene que decir y entonces después pueden seguir hablando.

Ese tema me parece que Ende lo trabajó como los dioses en esta gran novela que para mi debería ser de lectura imprescindible para los chicos desde los 12 años.

Es vital fomentar estos conceptos de entrada que más tarde tienen repercusiones muy positivas en la vida.

No esperen econtrarse con una novela de aventuras como la Historia Sin Fín porque acá el ritmo es diferente pero está tan bien narrada por este gran escritor que te envuelve desde las primeras páginas.

En Europa Momo es considerada una de los libros más importantes publicados en el siglo 20 y coincido por completo.

No importa que edad tengas, si nunca lo leiste todavía te espera esa gran experiencia que brinda el arte de Michel Ende que pese a que dejó este mundo hace un tiempo sigue sorprendiendo a nuevas generaciones de lectores.

Momo nos recuerda importantes lecciones de vida que a medida que pasa el tiempo se vuelven cada vez más relevantes.