La mancha voraz

La película que nos hizo ver a la gelatina con otros ojos!

Este es uno de esos casos poco habituales (especialmente en estos días) donde la remake de un film supera a la versión original, por lo menos en mi opinión.

La mancha voraz (The Blob) de 1988 fue una remake que reunió a la dupla creativa de Pesadilla 3, una de las secuelas más logradas de Freddy, conformada por Chuck Russell y Frank Darabont.

Russell estuvo a cargo de la dirección y escribió el guión junto con Frank.

Chuck ya se había destacado años atrás como productor de Hell Night, otro clásico ochentoso con Linda Blair que ya reseñé, donde conoció a Darabont durante el rodaje y empezaron a gestar el proyecto de esta remake.

En este caso adaptaron uno de los máximos clásico de ciencia ficción y horror con un enfoque mucho más aterrador y dinámico en materia de narración.

La mancha voraz de 1958 fue una producción independiente protagonizada por un entonces desconocido Steve McQueen.

Algo muy loco que pasó con esta película es que cuando se estrenó en los cines por primera vez no causó gran sensación entre el público.

Sin embargo, cuando ese mismo año McQueen apareció como protagonista de la serie Dead or Alive, el film se convirtió en un éxito taquillero.

La fama que ganó Steve enseguida por ese programa de televisión generó que la gente redescubriera a La mancha voraz en los autocines. Es un caso muy loco ya que fue la primera vez que un actor de televisión pasó a convertirse en estrella de cine tan rápido.

Antes los artistas que laburaban en la tele casi no tenían chances de trabajar en producciones importantes de Hollywood. McQueen cambió esa historia.

En su momento esta especie gelatina asesina que devoraba gente fue vista como una alegoría del comunismo al que se vencía con el congelamiento.  La Guerra Fría era noticia de todos los días y el cine no le escapó al tema pese que el cuento se presentaba como una historia de ciencia ficción.

La remake cambió el concepto de la mancha.  Esta vez la amenaza no venía de afuera (aliens/representación del comunismo), sino de los propios norteamericanos.

El desastre se producía por un experimento fallido del gobierno estadounidense.

Esta fue una de las primeras películas de terror que vi y me volví fan de esta historia con el paso del tiempo, a tal punto que siempre la veo cuando la engancho por la tele.

El reparto tuvo varias caras conocidas que después siguieron laburando en el cine.

Los protagonistas principales fueron Kevin Dillon, hermano de Matt, y Shawnee Smith (Amanda de SAW), que me había olvidado lo buena que estaba cuando era adolescente.

También aparecen Erika Eleniak (una chica con grandes pechos que más tarde se haría famosa por la serie Baywatch) y el querido Bill Moseley que tiene una breve participación como soldado.

Los efectos especiales fueron geniales y estuvieron a cargo de Hoyt Yetman, quien luego ganó el Oscar por El Abismo, James Cameron, y hace poco debutó como director con Fuerza-G para Disney.

Este proyecto también impulsó la carrera de Tony Gardner, un especialista en maquillaje que sigue laburando en la actualidad donde se detacó en filmes recientes como Hairspray y Zombieland.

La mancha en esta versión es totalmente zarpada y sobresale con muy buenos momentos donde ataca a sus víctima de manera contundente.

Algo que siempre me sorprendió de esta película y representa una clara muestra que Frank Darabont trabajó en este proyecto es que la mancha asesina a un chico de diez años.

Es algo muy raro de ver en el cine de terror norteamericano donde por lo general los perros y los niños son intocables.  Acá rompieron con esa regla en una escena que además es impactante, ya que el personaje sufre el ataque de la mancha, como se puede ver en la segunda imagen.

Era una escena importante que rompió con cierto taboo del género en su momento.

El director Russell por otra parte le dio mucho más dinamismo a la trama desde la narración.

La película original era muy lenta y tenía demasiadas escenas de diálogos intrascendentes que no aportaban nada, además que la mancha se movía demasiado lento, aunque eso tenía que ver con las limitaciones de los efectos especiales en 1958.

Lo cierto es que Russell convirtió al organismo viviente en un villano peligroso que hace emocionante a la historia y no pierde tiempo en presentar a los personaje y enseguida va de lleno a la acción.

Si bien la historia no cambiaba demasiado Russell y Darabont hicieron una película más violenta pero también divertida con esta gelatina loca que se alimenta de la gente.

Creo que fue uno de los filmes más logrados dentro de este género en los años ´80.

Hace poco se anunció que Rob Zombie iba a dirigir una nueva remake de La mancha voraz, pero afortunadamente el músico anunció hace unos días que no quiere hacer más remakes y va a realizar un proyecto personal nuevo escrito por él.

Bien hecho, ya que la mancha no necesita otra versión.

Un gran clásico que tenía ganas de recordar.