Dios perdona…Yo no!

La película que lo inició todo.

Este spaguetti western de 1967 reunió por primera vez a una de las más espectaculares, gloriosas, incomparables y soberbias parejas del cine.

Me refiero a Terence Hill y Bud Spencer.

Este duo fue maravilloso y la química de ellos, con excepción de Mel Gibson con Danny Glover en Arma Mortal, no se volvió a repetir.

Tal vez hoy podríamos mencionar la dupla de Simon Pegg con Nick Frost donde se da algo similar con el público.

Cada vez que trabajan junto la gente se entusiasma y apoya sus filmes.

Con Hill y Spencer ocurrió lo mismo y después de este film volvieron a juntarse en otras 17 películas!

Hay que ver si Pegg y Frost consiguen igualar o superar ese número.

A partir de esta nota voy a empezar a reseñar lo mejor de esta dupla con la que prácticamente crecí cuando era chico.

En los ´80 estas películas las pasaban todo el tiempo por la televisión, de hecho, Telefe, llegó a tener un ciclo dedicado a Bud Spencer y Terence Hill donde emitían los trabajos que hacían juntos, además de sus filmes individuales.

Hace poco lo vi a Terence en una peli para televisión clase B (Triggerman) y quedé sorprendido por su aspecto físico.

El tipo tiene 73 años y parece de 50 (y sin cirugías).  Se banca muy bien las escenas de peleas y como héroe de acción, pese al paso del tiempo, sigue siendo mucho más digno que un Channing Tatum. Debe haber llevado una buena vida porque envejeció muy bien. Igual que Franco Nero ni a  palos aparenta la edad que tiene.

Al gordo Spencer se le notan un poco más los años y hoy a los 82 sigue siendo una de las grandes figuras de la televisión italiana. Actualmente parece el abuelo de Heidi y estuvo laburando hasta hace poco  en una serie llamada I Delitti del Cuoco.

Dios perdona…Yo No! es la obra que juntó a estos grosos por primera vez y se trata de una trilogía que continuó en Los cuatro del Ave María (1968) y Boothill(1969).

El film fue dirigido por Giuzeppe Colizzi y la característica principal de esta producción es que se trata de la única historia seria que protagonizaron Spencer y Hill juntos.

Todas las cosas que hicieron después se desarrollaron dentro de la comedia de acción, pero esta fue la única ocasión en la que el humor estuvo menos presente en la trama.

Es un film bastante oscuro y ultra violento que en su momento fue difícil de digerir para la prensa y por eso también lo castigaron bastante.

Es rara de ver hoy porque uno tiene a los protagonistas asociados con la comedia y en esta producción demostraron  que también podían ser serios y conservar la misma química dentro de un conflicto distinto.

La trama comienza fuerte con la llegada de un tren a una estación con todos sus pasajeros muertos, donde el director te muestra con primeros planos la masacre que se llevó acabo en los vagones.

El responsable fue un criminal llamado Bill San Antonio, interpretado por otro gran actor como fue Frank Wolff (Érase una vez en el oeste).

( Esta es una historia terrible. Wolff comenzó su carrera con Roger Corman en los ´60 y en poco tiempo se convirtió en un actor de renombre en el cine europeo. Lo tenía todo en su profesión, fama dinero y prestigio. Sin embargo el 12 de diciembre de 1971 se se suicidó al cortarse con un cuchillo la garganta. Una historia que shockeó al mundo del espectáculo en ese momento, ya que nadie se imaginaba que el actor tuviera graves problemas personales)

Vuelvo a la película. Terenci Hill interpreta a Cat Stevens un chanta que vive de robos y apuestas en el póker. Junto con un amigo, Hutch Bessy (Spencer) decide robarle el botín al ladrón que asaltó el tren y género esa masacre.

El problema es que el propio Cat Stevens mató supuestamente a Bill San Antonio unos meses atrás en una pelea. Entonces la dupla empieza a investigar el hecho ya que el hombre podría haber fingido su propia muerte.

La película es bastante loca porque va a completamente a contramano de lo que luego haría esta dupla.

En este caso estamos a un spaguetti western bastante oscuro, con escenas de violencia brutales y personajes donde no existen los héroes.

Cat Stevens, por ejemplo, no es tan distinto a Bill San Antonio.

Esto después cambiaría en los trabajos de la dupla Hill-Spencer donde interpretaban a tipos queribles con códigos que se sólo cagaban a trompadas a los malos o corruptos.

Por eso es interesante ver Dios perdona…Yo no! debido a que tenemos la posibilidad de disfrutarlos en roles distintos.

El film, que se realizó en la ciudad española de Almería, se destacó por la música de Carlo Rustichelli, quien fue uno de los compositores más groso de Italia que trabajó en 250 películas.

La química de los protagonistas en escena es tremenda y al verlos en esta propuesta ya se podía predecir que iban a volver a trabajar juntos porque formaban un equipo especial en la historia.

Esto recién era el comienzo.

El avance de este clásico