Crónicas de Prydain 3: El Castillo de Llyr

Sólo un maestro narrador como Lloyd Allexander puede generar una conexión tan fuerte entre los lectores y los protagonistas de sus historias.

«El Castillo de Llyr» es la tercera entrega de «Las Crónicas de Pydain» y pese a que tiene menos acción y situaciones dramáticas uno lo disfruta con la misma emoción que los volúmenes anteriores por la manera brillante en que están construidos los personajes.

Como el autor adelanta en las primeras páginas de la novela este relato tiene más humor y romance que las anteriores y después de dos libros finalmente se empiezan a manifestar los sentimientos que Taran siente por la Princesa Eilonwy.

Lo genial de la saga de Prydain es que, como hiciera 30 años después J.K.Rowling con Harry Potter, los personajes principales al ir creciendo con el transcurso de la serie generan que los conflictos que viven sean mucho más interesantes, ya que al madurar sus prioridades en la vida van cambiando.

En este caso la joven Eilonwy debe abandonar la aldea de Caer Dallben para ser educada como una princesa en la Isla de Mona.  El hechicero Dallben le encomienda a Taran la tarea de custodiarla hasta el lugar donde reaparece una vieja villana de esta historia que tiene otros planes con el destino de la chica.

La cosas se ponen interesante cuando Taran descubre que el viaje de la princesa en parte se debe a que los monarcas Mona esperan casarla con  su hijo, que es un inepto que no podría llevar solo el reino.

Las Crónicas de Prydain que fueron escritas a fines de los años ´60 siguen siendo una de las mejores sagas de fantasía que existen en la literatura juvenil que lograron mantenerse vigentes con el paso del tiempo.

Esto tiene que ver con lo bien narrados que están los libros y con el hecho que Allexander nos subestima la inteligencia de los lectores.

En este tomo, por ejemplo,  se desarrolla la historia personal de la hechicera y reina Achren, que nunca se convierte en una villana acartonada de dibujos animados justamente porque sus orígenes son interesantes y le dan mayor riqueza al personaje.

Si bien hay menos acción que en los episodios anteriores este cambio de enfoque que tuvo el libro resultó interesante para seguir las vidas de los personajes desde otro lugar.

«El Castillo de Llyr» me pareció una novela de transición dentro de esta serie que hace más hincapié en las cuestiones sentimentales de los protagonistas y prepara el terreno para los conflictos más serios y épicos que se avecinan en los dos libros finales.

Ya a esta altura estoy tan conectado con estos personajes que disfruto cada capítulo de estos libros.

No es una saga que tenga mucha difusión por estos días y es por esa misma razón que no me canso de recomendarla.

Para los amantes del género fantástico es una apuesta segura con la que no van a quedar decepcionados.

No en vano hoy es un clásico de la literatura.