Para ver en Netflix: Bottle Rocket
Otro propuesta interesante para conocer los orígenes de uno de los grandes directores de la actualidad como es Wes Anderson, responsable de Los excéntricos Tenenbaums, Vida acuática, Fantástico señor Fox y más recientemente Moonnrise Kingdom.
Acá nos encontramos con un loco ejemplo de como a veces de los grandes fracasos pueden surgir cosas muy positivas.
Bottle Rocket es una de las grandes películas del cine independiente norteamericano de los ´90 que como tanto otras producciones surgió de un proyecto entre amigos.
Anderson, que al igual que Richard Linklater y Robert Rodríguez proviene de Texas, conoció en la universidad de esa localidad a otro estudiante llamado Owen Wilson y juntos empezaron a escribir historias.
De uno de estos trabajos surgió el corto Bottle Rocket , que contaba las desventuras de unos ladrones ineptos, y filmaron en 1992 con Luke Wilson, hermano de Owen, como co protagonista.
En 1994 el materia se empezó a difundir en muchos festivales con buenas reseñas y eso llevó a Anderson y Wilson a extender la historia en un largometraje.
La dupla de artistas consiguió llamar la atención de la productora Gracie Films, de James L. Brooks, que había desarrollado la ópera prima de Cameron Crowe, Say anything y Jerry Maguire, además de series de televisión como The Simpsons y la genial The Critic.
Con un presupuesto de siete millones de dólares, que era un fortuna para una producción independiente, Anderson y Owen Wilson escribieron el guión y adaptaron el concepto del corto en una película.
Bottle Rocket tenía un reparto de figuras desconocidas, salvo por la actriz Lumi Cavazos, que había protagonizado Como agua para el chocolate, de Alfonzo Arau, y la leyenda de Hollywood, James Caan en un rol secundario.
En ese momento a Owen y Luke Wilson sólo los conocían los familiares y vecinos de Texas.
De esta manera comenzó la carrera de uno de los cineastas más interesantes que surgieron en Estados Unidos en los últimos años.
Bottle Rocket es una historia muy divertida sobre tres amigos idiotas que desean dedicar sus vidas al mundo del crimen pero son completamente ineptos para esta actividad y las cosas no les salen bien.
En este film nos encontramos con lo que será la base de la historias que integran la filmografía del director.
Se trata de una propuesta que sobresale principalmente por las situaciones y diálogos absurdos que propone el guión que estuvo muy bien escrito y resultó muy divertido si te enganchabas con el humor de Anderson.
Owen Wilson sorprendió con un gran trabajo donde ya se podía percibir su talento para la comedia que lo haría destacar luego en Hollywood.
Nunca entendí cómo diablos hicieron para gastar siete millones de dólares en esto porque la filmación es bastante minimalista.
Robert Rodriguez hizo El Mariachi en 1992 con apenas siete mil dólares y parece más cara que Bottle Rocket.
Probablemente buena parte del presupuesto al director se le fue en la banda sonora que incluyó canciones de los Rolling Stones, Olivier Onions, Love y The Proclaimers.
El hecho que los protagonistas sean un grupo de idiotas fue la clave para que el film brindara momentos desopilantes como el robo a una librería que es completamente absurda.
Recién en su siguiente proyecto, Rushmore, que marcaría la primera colaboración del director con Bill Murray, empezaría a surgir el estilo personal de Anderson para narrar historias.
En esta ópera prima es claro que todavía estaba buscando su voz en la narración.
La fotografía es más amateur que sus filmes posteriores, aunque sí sobresale la música de Mark Mothersbaugh, que se luego se convertiría en el colaborador clásico de Anderson.
Las película cuando se estrenó en 1996 fue aclamada por la prensa norteamericana internacional, donde se destacó al director como una nuevo realizador interesante para seguir y a Owen Wilson por su interpretación.
Martin Scorsese inclusive destacó a Bottle Rocket como una de las mejores películas de la década del ´90.
Sin embargo, el público no compró.
A diferencia de lo que pasó con otra ópera primas como Clerks (Kevin Smith) o El Mariachi que sorprendieron en la taquilla de los cines, el trabajo de Wes Anderson fue un fracaso comercial completamente desastroso.
La película no tuvo suerte en los cines y la bajaron enseguida de cartel. Apenas llegó a recaudar un poco más de 560 mil dólares.
En este video el director Anderson recuerda la desastrosa primera función de testeo del film, donde la gente se iba de la sala. Es muy divertido lo que cuenta, aunque lamentablemente no está subtitulado.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Aw0IvfvuO1A[/youtube]
Locieerto es que el boca en boca del público no fue bueno y el film pasó completamente desapercibido pese a todos los elogios que recibió de la prensa.
Por este motivo a Wes Anderson y a Owen Wilson no les costó demasiado conseguir financiar su siguiente proyecto, Rushmore, que pese a resultar otro fracaso comercial que no recuperó su presupuesto, tuvo mejor repercusión internacional.
Recién con Los excéntricos Tenenbaums, Wes Anderson conseguiría su primer film popular que convocó gente a los cines e hizo dinero en la taquilla.
Sin embargo lo más importante fue que consiguió su propio publico.
Hoy es un director que cuenta con muchos seguidores y aunque sus trabajos funcionen mejor o peor en los cines, tiene un target de espectadores que lo sigue.
A mi la verdad que me enganchan mucho sus historias y el año pasado su último trabajo Moonrise Kingdom me gustó muchísimo.
Por eso recomiendo ver esta película que fue su primera obra con la que comenzó en el cine.
Pueden encontrar Bottle Rocket en la sección «comedias» de Netflix.
A continuación pueden ver el corto que inspiró el film seguido del trailer original.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Yrt-ZKa4u0k[/youtube]
El avance.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=VE9hLLDXQlk[/youtube]