Superman-Tarzán: Hijos de la jungla

Tarzán y Superman deben ser probablemente los dos íconos más representativos de la cultura popular del siglo 20.

No importa que país visites, todo el mundo puede reconocer con facilidad el logo del Hombre de Acero o la imagen del hombre-mono.

Sin embargo, recién a fines del 2001 surgió un proyecto que logró juntar a estos dos próceres de la historieta y la literatura pulp en una misma aventura.

Una propuesta fallida que a mi entender no supo estar a la altura de lo que debió ser una reunión histórica.

Por suerte Tarzán tuvo mejor suerte con otros personajes clásicos con los que compartió mejores aventuras.

En el caso de Hijos de la jungla se dio la mala combinación de un guión sin inspiración de Chuck Dixon con las ilustraciones del argentino Carlos Meglia, quien fue una mala elección para este proyecto de Dark Horse y DC.

En lo personal tengo cero conexión con el arte de Meglia (Cibercix), cuyo estilo de dibujo deformado nunca me gustó demasiado.

Suele ocurrir que Meglia crea viñetas donde no se entiende con claridad lo que ocurre en una escena, debido a las características que tiene su arte.

Los personajes tienden a parecer caricaturas grotescas y en el caso de esta propuesta no le hizo justicia a semejantes íconos del cómic.

El argumento de Dixon imagina cómo podría haber sido la vida de Superman si su nave en lugar de caer en Smallville se estrellaba en una selva africana.

¿Qué hubiera sido del kriptoniano sin en lugar del matrimonio Kent su crianza corría por cuenta de la tribu del gorilas Kerchack?.

La llegada de Kal-El a la Tierra termina por salvar al matrimonio Greystoke del motín de unos piratas y el verdadero Tarzán se cría en la civilización inglesa donde se vuelve un aburrido joven aristocrático.

Sus caminos se vuelven a cruzar en la selva a través de una aventura que termina por cambiar el destino de ambos hombres.

Dixon incorpora elementos de las dos primera novelas de Edgar Burroughs y personajes como Jane Porter y la sacerdotiza La, de la ciudad de Opar, quienes en este conflicto se cruzan con Lois Lane.

La historia tiene su complejidad pero como propuesta de aventuras la reunión no termina de convencer.

La idea de trabajar la trama desde el concepto del Elseworld (Otros mundos) no terminó por beneficiar al personaje original de Burroughs que quedó completamente opacado en este relato.

En la intención de presentar a John Gresystoke como un joven millonario que no encuentra satisfacción en la vida se desperdició por completo un héroe clásico que termina por sobrar en esta trama.

Por consiguiente, el hecho que Kal-El fusione los conceptos de Superman y Tarzán en un mismo rol generaron que el hijo de Lord Greystoke no tuviera demasiado que hacer en el conflicto.

Lo mejor de este cómic en realidad lo brindó un artículo que se incluyó de Robert R.Barret, historiador de Edgar Burroughs, quien analiza los vínculos que unieron a estos personajes.  En un momento surgió un proyecto entre el creador del hombre-mono y Jerry Siegel (uno de los autores de Superman) que nunca se llegó a concretar.

Siegel deseaba producir un cómic sobre John Carter, una idea  que hubiera ayudado a difundir más el personaje, que para mediados del siglo 20 había sido opacado por el éxito de Tarzán.

La historieta iba a ser dibujada por Harold Foster (El príncipe valiente) pero Burroughs no estaba muy convencido de autorizar esta propuesta  y todo quedó en la nada.

Aunque Hijos de la jungla no brindó la gran historia que uno podía esperar con la reunión de estos héroes, no deja de ser una rareza interesante para leer si te gusta Tarzán o Superman.