Historia de Wonder Woman

Capítulo 1: El mundo sin Wonder Woman

Muchos antes que el Mayor Malcolm Wheeler -Nelson fundara la editorial National Allied Publications, que más tarde se convertiría en lo que hoy conocemos como DC Comics, los amantes del género de aventuras, el western o la ciencia ficción encontraban un pasatiempo entretenido en las novelas Pulp.

Un formato de revistas baratas que apuntaban a un público muy popular y a menudo presentaban situaciones de violencia y elementos eróticos.

El rol de la mujer en estas historias se limitaba al arquetipo de la damisela en apuros que tenía la función de justificar las hazañas del héroe.

Más tarde con la aparición de los cómics esta situación se incrementó y los personajes femeninos, como Dale Arden, la histórica novia de Flash Gordon, se limitaban a tener un comportamiento extremadamente frágil y débil.

En otras palabras, su única función consistía en servir un interés romántico para el héroe masculino y desmayarse en los momentos de peligro.

Un caso emblemático de esta situación lo representó la revista Spicy Mystery, recordada por sus cubiertas con mujeres secuestradas.

Estos personajes por supuesto eran un producto de su tiempo y estaban influenciados por la educación que había tenido sus autores y el rol de la mujer en la sociedad de principios del siglo 20.

Hoy en el 2017 Dale Arden, en los cómics actuales de Flash Gordon, es lesbiana y se desempeña en la acción con la misma valentía que el protagonista. Sin embargo, tuvo que pasar mucho tiempo para que los roles femeninos fueran desarrollados con una mayor complejidad en este arte.

Lo cierto es que en estas primeras décadas del siglo 20 existió un grupo de artistas que se animaron a romper con las convenciones sociales y desde la ficción crearon personajes que se oponían a los arquetipos femeninos establecidos.

Wonder Woman es sin discusión la heroína más popular del cómic, sin embargo antes que se presentara en sociedad, existieron otras justicieras que contribuyeron a cimentar el camino para que ella pudiera surgir dentro del género.

Un tema fundamental que suele omitido cuando se hacen notas sobre este tema y no se puede pasar por alto.

A la hora de analizar la historia de la amazona sería una enorme injusticia ignorar y desmerecer la contribución de esta mujeres que combatieron con delincuentes y monstruos en un medio dominado por los héroes masculinos.

A continuación vamos a darle un repaso a las heroínas más importantes que precedieron el nacimiento de Wonder Woman.

Dejah Thoris (1917)

El primer antecendente de Diana lo encontramos claramente en la princesa de Marte, Dejah Thoris creada por Edgar Rice Burroughs, en 1917, para la novela Una princesa de Marte.

La esposa de John Carter califica como una de las primeras aventureras que lograron destacarse a la par del héroe. Si bien Carter tuvo que rescatarla de varios peligros en la saga literaria, Dejah Thoris era una guerrera con mucha personalidad que participaba de la acción y no se la retrataba como una mujer débil.

De hecho, hasta sus características físicas tienen una clara semejanza con Wonder Woman.

Coronel Wilma Deering (1928)

La primer heroína de acción en el género de la aventura y la ciencia ficción.

La novia de Buck Rogers era una soldado que no le escapaba al peligro y tenía las mismas habilidades físicas que el protagonista.

Un personaje completamente adelantado a su tiempo que apareció por primera vez en la novela Armageddon 2419 A.D, de Philip Nowlan, y más tarde en los cómics.

Domino Lady (1936)

Una de las grandes divas de la literatura pulp cuyo debut, en 1936, rompió con todos los convencionalismos de los roles femeninos en la ficción.

Ellen Patrick era una joven de la alta sociedad que tras el asesinato de su padre, el Fiscal de Distrito Owen Patrick, decidía convertirse en una justiciera enmascarada.

Su traje estaba conformado por un antifaz y un vestido blanco que tenía un escote generoso donde se destacaban sus pechos. Con un revólver calibre 45 y una jeringa con anestesia, Domino Lady se destacó como una vengadora implacable que no tenía nada que envidiarle al Avispón Verde.

El personaje utilizaba el seductor vestido blanco para distraer a los villanos que se quedaban embobados con sus pechos y le daban una gran ventaja a la heroína.

Un concepto que décadas después usaría Roy Thomas en el cómic de Red Sonja, cuya vestimenta cumplía la misma función.

Hace poco volvieron a surgir nuevos relatos con Domino Lady, tanto en los cómics como en la literatura de prosa.

Hasta el día de hoy se desconoce quién fue el verdadero creador del personaje, ya que originalmente se publicó con el pseudónimo de Lars Anderson.

Olga Mesmer, la chica de los rayos X (1937)

La primera superheroína de la literatura pulp tuvo un origen picante y controversial en la revista Spicy Mystery, que como se puede apreciar en las imágenes anteriores, solía presentar en sus portadas a chicas con poca ropa en situaciones comprometidas.

Olga fue claramente la precursora del arquetipo de héroe que representaría Superman un año después en su gran debut.

No son pocos los historiadores que creen que el Hombre de Acero básicamente fue un robo de este personaje.

La verdad que cuesta bastante creer que Jerry Siegel y Joe Shuster desconocieran su existencia, ya que las similitudes con Superman son muy obvias.

Olga de todos modos tenía una historia mucho más oscura.

La Reina Margot de Venus gobernaba un mundo subterráneo de ese planeta hasta que era derrocada por el malvado Ombo. En un acto desesperado para salvar su vida, Margot viajaba al planeta Tierra donde encontraba la hospitalidad del doctor Hugo Mesmer.

El hombre resultaba ser un científico loco que la secuestraba para someterla a distintos experimentos. Durante una de esas sesiones el doctor le otorga rayos X y Margot los usa para matar al psicópata.

Embarazada del doctor, la ex reina de Venus un tiempo después da a luz a su hija, Olga Mesmer. La chica es criada por Margot junto a su nuevo novio, Ranking, quien está obsesionado con violar a Olga desde el momento en que la joven se desarrolla.

Olga sin embargo adquiere los mismos poderes que su madre y sumada a una fuerza sobrenatural enseguida pone en su lugar a su padrastro.

A partir de ese momento se convierte en una justiciera juvenil que lucha contra todo tipo de criminales, con las mismas características que Superman.

Un día le salva a la vida a un chico de su edad llamado Rodney Prescott, quien queda herido al ser atacado por unos ladrones. Olga los mata en el acto con sus rayos X y luego lleva al joven a un hospital.

Al chico le dan una transfusión de sangre de la joven y se convierte en Super Rod, quien en adelante será el Robin de la heroína.

La historia se dejó de publicar en octubre de 1938 y terminaba con Olga, su madre y Super Rod restaurando la paz en Venus.

 Fantomah (1940)

Poco después del surgimiento de Superman, los cómics presentaron a la primera superheroína llamada Fantomah.

Creada por Fletcher Hanks, este personaje trabajó la misma clase de aventuras de Tarzán y el Fantasma desde un enfoque diferente.

Fantomah era una mujer rubia que protegía la selva africana gracias a sus poderes sobrenaturales. Cuando la protagonista usaba sus habilidades especiales, su rostro se transformaba en una calavera que conservaba la cabellera rubia.

Hermoso.

Lamentablemente sus historias no se continuaron en la revista Jungle Girl y en poco tiempo quedó en el olvido.

The Woman in Red (1940)

A comienzos de los años ´40, el 95 por ciento de las heroínas se llamaban Penny o Peggy, los nombres por excelencia de las chicas Pulp.

The Woman in Red no fue la excepción.

Esta precursora femenina de Daredevil tenía como protagonista a la policía Peggy Allen, quien frustrada por las limitaciones que encontraba en su trabajo se convertía en una justiciera enmascarada.

También tomaba muchos elementos de Batman, por la manera en que combatía a sus enemigos.

El personaje tuvo su popularidad hasta 1945 en la revista Thrilling Comics y en la actualidad los derechos de esta creación de Richard Hughes y George Mandel son de dominio público.

Hace un tiempo Alan Moore la revivió en la serie de Tom Strong.

 

Red Tornado (1940)

El primer superhéroe trasvestido en la historia de los cómics que estuvo completamente adelantado su tiempo y rompió con todos las convenciones del género.

Abigail Hunkel era una ama de casa que se dedicaba a combatir el crimen disfrazada de héroe masculino, con un jogging sucio y una cacerola en la cabeza.

Se trata de la primera parodia del género de superhéroes que se burlaba de los clichés de las historias de Superman y Linterna Verde.

Este personaje de DC fue creado por Sheldon Mayer, quien previamente había presentado a otro héroe travestido como fue Madame Fatal. En ese caso se trataba de un hombre que se disfrazaba de anciana para detener ladrones.

Aunque las historias de Red Tornado no duraron mucho tiempo, con el paso de los años  la heroína adquirió estatus de culto y luego tuvo participaciones en otras publicaciones.

Inclusive llegó a tener una aparición en la serie Smallville.

Phantom Lady (1940)

A mediados de los años ´50, cuando la industria de los cómics se volvió más pacata, Phantom Lady y Wonder Woman fueron las primeras heroínas en sufrir los efectos de la censura.

Este personaje fue una versión femenina de Batman y utilizaba su habilidades como detective para resolver misterios y combatir villanos.

Al igual que Bruce Wayne, Sandra Knight era la hija millonaria de un senador que se dedicaba a combatir el crimen. La diferencia con Batman es que utilizaba un vestuario muy seductor para cumplir sus tareas de justiciera.

Phantom Lady antes de ser víctima del movimiento conservador, que dominó las historietas hasta fines de los años ´60, era un personaje políticamente incorrecto que se desempeñaba en la acción como los héroes masculinos y flirteaba de manera descarada con todos los hombres, pese a estar comprometida con un agente de los servicios de inteligencia.

Brenda Starr (1940)

La primera heroína de los cómics creada por una mujer.

El personaje de Dale Messick si bien era una reportera que no tenía poderes sobrenaturales trascendió por enfrentar en la ficción y en la vida real los prejuicios que había contra las mujeres en el periodismo y los relatos de ficción.

Brenda Starr tenía una actitud rebelde que le generaba continuos enfrentamientos con el director del diario donde trabajaba. Aunque siempre amenazaban con despedirla, los dueños del periódico la mantenían en su personal por las primicias y misterios que resolvía.

La particularidad de este cómic es que fue íntegramente escrito por mujeres desde su primer número hasta su cancelación en el 2011.

Durante sus 70 años de vigencia en este arte Brenda tuvo que lidiar con numerosos actos de censura, ya que la editorial Chicago Tribune Syndicate modificaba el trabajo de las artistas cuando presentaban a la heroína con vestuarios demasiados sensuales.

Brenda Starr tuvo una enorme popularidad en su momento y fue adaptada en el cine en un serial en 1945 y en una película mala, pero muy divertida, que protagonizaron Brooks Shields y Timothy Dalton en 1989.

Gale Allen (1940)

La princesa de Venus es mi gran favorita entre las heroínas del pulp.

Gale Allen fue un cachetazo al concepto de la damisela en apuros.

Dentro de la ciencia ficción representó la versión femenina de Flash Gordon y con su minifalda y zapatos de taco alto (que eran muy prácticos en el espacio) combatió con villanos y monstruos de distintos planetas que amenazaban el planeta tierra.

La líder del Batallón 40 de Mujeres del Espacio era descendiente del Rey Rogert, el primer humano que  vivió en Venus.

Lo interesante de las aventuras de Gale Allen, publicadas en la revista Planet Comics, es que presentaba ese progresismo inusual que tendrían luego los relatos de Wonder Woman.

En el cómic se hacía bastante hincapié en el modo en que la sociedad limitaba a la protagonista en sus tareas simplemente por haber nacido mujer.

El problema de Galle Allen es que sus aventuras se publicaban en una revista que incluía numerosos personajes que eran más consumidos por los chicos de ese momento.

Para 1940 la industria del cómic se había expandido a límites impensados.

En los Estados Unidos el fenómeno se había disparado con las apariciones de Superman, Batman y Linterna Verde y por mes se publicaban 108 historietas de diversos géneros.

No obstante, el cómic como concepto literario era considerado en los campos académicos una obra mediocre y barata que constituía un efímero pasatiempo infantil.

Si bien los intelectuales de aquellos años despreciaban estas revistas había un hombre, muy respetado en el mundo de la psicología, que pensaba diferente.

Un doctor de la Universidad de Harvard que desafiaba las ideas tradicionalistas a las que estaban aferrados sus colegas.

Su nombre era William Moulton Marston y a mediados de 1940 había una preguntaba que acechaba constantemente su cabeza.

Estaba claro que a los niños y adolescentes les gustaban los cómics.

¿Por qué no crear entonces una historieta que les ofreciera elementos más constructivos para leer?

Continuará.