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Farmer Boy: Un libro de Laura Ingalls

¿Tenés un hijo, sobrino o hermano que se queja por los deberes que le mandan en la escuela?

Una rápida solución para ese tema es hacerle leer dos capítulos de este libro.

En poco tiempo se convertirá en un alumno modelo que no se perderá un sólo día de clases.

Farmer Boy es la segunda entrega de la saga literaria de la familia Ingalls y representa la novela menos popular y apreciada por los lectores de esta propuesta.

En esta oportunidad Laura Ingalls cambió el foco de la serie y la trama no continúa los hechos de Little House in the Big Woods, sino que se concentra en la infancia de Almanzo Wilder, quien se convertiría más adelante en el esposo de la autora.

La novela se desarrolla en 1860 en una zona rural de Nueva York y describe con detalles minuciosos la vida cotidiana del chico cuando tenía nueve años, en una época en la que el concepto de infancia no existía en la sociedad.

Los hijos de las familias de granjeros tenían poco tiempo para jugar o distraerse, debido a que la mayor parte de su tiempo se la pasaban trabajando para sus padres.

Los más afortunados cuando tenían algún momento libre podían darse el lujo de ir a la escuela y entablar relaciones sociales con otros chicos.

Algo que se daba inclusive en familias de buen pasar económico como los Wilder, quienes tenían una granja próspera y no lidiaban con los problemas de dinero de los Ingalls.

En aquella época la posibilidad de ir al colegio era prácticamente un lujo, ya que la mayoría de los padres en el caso de los varones preferían que trabajaran en las granjas familiares antes que dedicaran su tiempo a los libros.

Los Wilder en ese sentido eran más flexibles pero sólo permitían que Almanzo fuera al colegio cuando no lo necesitaban en la casa.

La segunda novela de Laura Ingalls no tiene un guión definido ya que cada episodio presenta una historia particular de la vida Almanzo.

El relato sigue las distintas rutinas del chico dentro de la sacrificada vida de los granjeros.

Cuando no está trabajando para su padre, Almanzo encuentra el espacio para vivir lo que hoy llamamos una infancia normal, en la que puede jugar y vincularse con otros niños.

Dentro de las diferentes historias que se presentan en el libro una de las más atractivas se relaciona con un caso muy especial de Bullying que se vive en la escuela del protagonista.

La particularidad de ese conflicto es que unos alumnos violentos se dedican a maltratar y burlarse de un joven profesor, cuyo temperamento dócil lo convierten en el blanco de los agresores.

Los chicos mayores inclusive llegan a amenazar de muerte al docente y las situación se vuelve tensa en la escuela.

Una noche que el maestro se queda a dormir en la casa de los Wilder, el padre de Almanzo tiene una charla instructiva con el joven y le obsequia un objeto especial: un látigo.

Sin entrar en detalles sobre la resolución de ese conflicto, digamos que el profesor alfeñique se convierte en un pariente de Indiana Jones y soluciona los problemas de violencia en la escuela de un modo contundente.

Recién en los últimos dos capítulos del libro, donde Almanzo debe decidir si quiere seguir trabajando con su padre en la granja o educarse con un empresario exitoso de Nueva York, encontramos un conflicto definido dentro de esta obra.

Farmer Boy no está mal pero carece de esa calidez que presentaba la primera entrega de los Ingalls que como personajes son muchos más atractivos.

La novela fue un lindo homenaje de la autora a la infancia de su esposo, sin embargo la historia no tuvo la misma repercusión en los lectores.

A partir de la siguiente entrega la trama se concentró nuevamente en los Ingalls, algo que disparó el éxito comercial de los libros.

No obstante, Farmer Boy es una adición interesante de la saga para conocer los orígenes de un personaje que más adelante cobra relevancia en esta serie.