Retrospectiva Camelot: Merlín (2008)
Capítulo 58
A comienzos del siglo 21 la serie Smallville era la única propuesta sólida en la televisión relacionada con el género de superhéroes.
La historia basada en los orígenes de Superman resultó un éxito comercial y esto inspiró a los ingleses a realizar algo muy similar con el mito artúrico.
Así fue que en el 2008 el canal BBC estrenó la serie de Merlín que trabajaba la historia del mago como si fuera un héroe de los cómics.
Si bien la trama estaba ambientada en el reino de Camelot esta producción tomaba muy pocos elementos de la leyenda clásica y en términos generales no era otra cosa que Smallville en tiempos medievales.
El perfil del programa estaba claramente destinado a un público juvenil y los paralelismos entre Merlín y Superman eran más que evidentes.
Esta serie se vio muy favorecida por el talento y carisma del actor Colin Morgan, quien sobresalió en el rol del mago y levantó por completo los guiones horribles que tenía este producción.
Nunca fui fan de esta serie, que abandoné a mitad de la segunda temporada, debido al el tedio que me generaba. Luego descubrí el final, para quitarme la curiosidad, y quedé aliviado de no ver todas las temporadas porque la conclusión fue horrenda.
Merlín comenzó muy bien en sus primeros episodios.
El retrato del mago y su exploración del mundo de la magia era interesante. Bradley James interpretó el rol de un joven Arturo, quien en este caso era presentado como heredero directo de Uther Pendragon.
A diferencia de la mayoría de las historias realizadas en el cine y la televisión, Arturo llegaba a conocer a su padre y era entrenado para gobernar Camelot.
La química entre James y Colin Morgan era muy buena y en la etapa inicial de la serie este elemento fue uno de los ganchos más fuertes de la trama.
Entonces comenzaron los problemas.
En Merlín a los realizadores de la BBC nunca les interesó hacer una buena serie con el mito artúrico, sino que se limitaron a copiar Smallville con un exceso obsceno de corrección política.
El ejemplo más irritante de esto lo encontramos en el rol de Guinevere, que era presentada como una sirvienta negra que eventualmente se convertía en la reina de Camelot.
No importaba que la química entre la actriz Angel Coulby y Bradley James fuera inexistente, ya que la meta era tener un personaje que representara la diversidad racial y el Girl Power.
Salvo por John Hurt, que interpretaba a un dragón que se convertía en guía y aliado del mago, el resto de los personajes eran olvidables y no contribuían a mejorar la baja calidad de los guiones.
No es casualidad en ese sentido que la serie fuera mejor recibida por los espectadores que no eran seguidores del mito artúrico y simplemente la tomaban como una propuesta más de fantasía.
A lo largo de cinco temporadas los productores hicieron muy poco por explorar la rica mitología de Merlín y Arturo y el programa se convirtió en una telenovela juvenil.
La historia no seguía un buen arco argumental sino que presentaba misterios de Scooby Doo que Merlín resolvía en todos los capítulos.
La repetición contante de la misma fórmula generaba que la serie se volviera aburrida y esa fue una de las razones por la que dejé de verla a comienzos de la segunda temporada.
La puesta en escena, los vestuarios y efectos especiales estaban bien logrados, pero a Merlín le faltó productores y guionistas que tuvieran pasión por estos personajes.
El argumento era cualquier cosa y es claro que los ingleses intentaron copiar de manera burda el concepto de Smallville para realizar un serie juvenil sin ningún respeto por la mitología tan rica que tiene el mago de Camelot.
Merlín tuvo 65 episodios y originalmente se emitió entre septiembre de 2008 y diciembre de 2012.
Que loco recordar la época donde solo estaba Smallville, ahora existen 148 series de superheroes y están por salir otras 100.
Que alivio nunca haberla visto!
Sí, otro mundo sin duda.
Estoy de acuerdo en el hecho de que la serie no se esfuerza en mantener vivo el mito Artúrico. Más bien, se van haciendo ciertas referencias a lo largo de la serie (acercándose un poco más en la adaptación en las últimas temporadas). Merlín es, como bien has dicho, un producto de fantasía juvenil. Cabe destacar el mal trato que ha tenido siempre la fantasía de aventuras en la televisión, y Merlín es de las pocas que han conseguido contar un final sin ser cancelada. Esto no justifica sus faltas, claro está, pero considero importante que la televisión mantenga en antena productos del estilo. Una serie de fantasía, para vivir aventuras, junto al resto de miembros de tu familia (da igual la edad que tengan). Los guiones de los episodios independientes (especialmente los de la primera temporada) eran bastante flojos, sí, pero es algo que va mejorando en las próximas. Teniendo estas también una trama central (una vez se produce el cambio en Morgana).