Abar: The First Black Superman (1977)

En el día de hoy continúo con las películas malas que divierten para centrarme esta vez en un tema de actualidad.

La semana pasada se estrenó Pantera Negra en los cines y hubo un cuestión que se repitió mucho entre los you tubers más jóvenes que intentan analizar películas sin saber de lo que hablan.

Un error llamativo que se repitió bastante es el hecho que Pantera Negra marca una bisagra en el género porque «presenta al primer superhéroe negro».

Lo penoso de esta cuestión es que no nos referimos a una película que evoca el neorrealismo italiano de Posguerra sino que se trata de cuestiones de cultura popular masiva.

No pasó tanto tiempo desde los filmes de Blade, que tuvo una segunda entrega a cargo de Guillermo del Toro, y Hanckcock con Will Smith.

Sin embargo hay gente que no puede pensar el cine más allá del 2007.

El tema con los superhéroes negros es que siempre estuvieron dando vueltas pero nunca consiguieron ser éxitos populares, con excepción de Blade.

En los años ´90 tanto Marvel como DC presentaron propuestas de este tipo en un momento donde las historias basadas en cómics no tenían el mejor tratamiento.

En 1993 Marvel estrenó The Meteor Man, una adaptación de una miniserie limitada de la editorial creada por el comediante Robert Towsend.

El film fue dirigido y protagonizado por el propio Towsend y además reunió en el reparto a Bill Cosby, James Earl Jones y la banda de hip hop Cypress Hill.

La trama tenía que ver con el profesor de un colegio que se convertía en superhéroe para combatir a las pandillas que aterrorizaban su barrio.

La película fue un fracaso absoluto y jamás llegó a recuperar sus presupuesto de 30 millones de dólares. Hubo una época en la que se encontraba con facilidad en la televisión.

Luego en 1997 DC presentó la bizarra adaptación de Steel con Shaquil O´Neal, un personaje del cómic de Superman que en ese momento contaba con gran popularidad.

A Steel le fue todavía peor y recaudó apenas un millón y medio de dólares de un presupuesto de 16 millones.

Tampoco se puede ignorar el caso de Spawn, de 1997, que también tenía como protagonista a un hombre negro (Michael Jai White) en el rol principal.

Ahora bien, si nos ponemos a hilar fino en este tema y queremos descubrir al personaje pionero de esta temática entonces tenemos que remontarnos a los años ´70.

En pleno furor por el Blaxploitation apareció Abar: The First Black Superman, una película desopilante que tiene una historia muy particular.

A mediados de las década de 1970 las películas con héroes negros se hicieron muy populares y generaban mucha plata en los cines.

Eventualmente estas producciones terminaron por cansar y para comienzos de los años ´80  habían desaparecido.

Si bien se hicieron buenas películas, especialmente en el género de acción, también hubo oportunistas que se colgaron del fenómeno para aprovechar el momento.

Abar fue uno de esos casos y se trata de un film concebido por un proxeneta de Louisiana llamado James Smalley.

Curiosamente este hombre que no tenía nada que ver con el cine y vivía explotando prostitutas tuvo la idea que ningún productor llegó a concebir en Hollywood.

Un superhéroe negro con conciencia social; una ironía de la vida si tenemos en cuenta las actividades que tenía smalley.

La película se hizo con dos mangos y un grupo de actores desconocidos en 1975. La mayoría de las escenas en interiores se filmaron en un prostíbulo de la ciudad de Los Ángeles durante el día, cuando el lugar se encontraba cerrado.

Smalley se quedó sin plata en la mitad del rodaje y vendió el proyecto a un laboratorio fotográfico que se encargó de completar la producción.

Abar llegó a los cines en 1977 pero no fue muy popular dentro del Blaxploitation, ya que se exhibió de manera limitada en regiones del sur de los Estados Unidos con predominio de la comunidad negra.

Recién cobró notoriedad en los ´90 cuando se editó en video con el título, In your face.

La trama tiene como protagonista al doctor Kinkade, un hombre negro que se muda con su familia a un barrio de la ciudad de Los Ángeles, donde la mayoría de los habitantes son personas blancas.

En un principio los vecinos piensan que la pareja son la mucama y el chofer de los verdaderos dueños de la casa, pero la situación se vuelve densa cuando descubren que se trata de una familia negra que se muda al lugar.

Una mujer en especial se obsesiona con la idea de expulsar a la familia del barrio y organiza protestas frente al hogar del médico.

Cuando el hijo de los Kinkade resulta asesinado, el doctor contrata un guardaespaldas y crea un fórmula especial para darle superpoderes.

Así nace Abar, un justiciero que era una mezcla de Superman, Jesús y Martin Luther King, cuya mayor lucha se centraba en los cambios sociales de su comunidad.

Aunque el héroe contaba con fuerza sobrenatural su mayor poder residía en su mirada y la habilidad de poder cambiar las conductas humanas.

En una escena memorable Abar sale a caminar por el barrio y encuentra un grupo de hermanos perdidos por el alcohol. El superhéroe los mira y la cerveza que bebían se transforma en leche.

Luego un proxeneta intenta golpear a una mujer. Abar mira la pareja y la prostituta se convierte en una experta en artes marciales y somete a su explotador.

Abar intervenía además en un disturbio policial y con su mirada lograba que los policías blanco abandonaran las armas para convertirse en hippies pacifistas.

Los superpoderes al servicio de la compasión eran su estilo para hacer justicia.

Un característica desopilante de esta película es que los productores se tomaban extremadamente en serio la historia y la película tenía una fuerte bajada de línea con el mensaje de resistencia.

Hacia el final la trama incluía uno de los más grandes momentos WTF en la historia del séptimo arte, cuando se rebelaba que la mujer blanca racista que hostigaba a los Kinkade en realidad era negra, pero se hacía pasar por blanca por un problema de piel!

Un detalle interesante de este film es que con el paso de los años  se convirtió en una máquina del tiempo que nos permite descubrir como era el barrio de Watts en 1975.

Una de las locaciones más peligrosas de la ciudad de Los Ángeles, que siempre tuvo grandes problemas de inseguridad y quedó en el recuerdo por los disturbios raciales de 1965 que terminó con 34 muertos.

A partir de ese momento el barrio decayó por completo y se convirtió en una zona tomada por las bandas de delincuentes. Entre 1989 y el 2005 se registraron 500 homicidios, algo que consolidó la reputación negativa del lugar.

Abar se filmó de manera clandestina en las calles de ese barrio y cuando la policía intentó suspender la película una banda de motoqueros, que aparece en la historia, se encargo de defender a los productores para que terminaran el rodaje.

El film es un delirio total e incluye un cierre memorable con el famoso discurso de Martin Luther King, I Have a Dream, mientras los protagonistas caminan de la mano por las calles.

Una rareza absoluta del Blaxploitation que pese a todo pasó a la historia por brindar el primer superhéroe negro del cine.