Retrospectiva Dark Universe: The Creature Walks Among Us (1956)
Tras el suceso de Tarantula! el estudio Universal no le dio descanso a la exitosa dupla de realizadores conformada por el productor William Alland y el director Jack Arnold, a quienes les encargaron la tercera entrega de la Criatura de la laguna negra.
Sin embargo, esta vez se encontraron con el rechazo de Arnold, quien decidió alejarse de las producciones de terror porque consideró que no tenía mucho más para aportarle al género.
De ese modo llegó a su fin una de las colaboraciones más importantes de esta franquicia que supo realizar filmes de calidad tanto en el cine de horror como en la ciencia ficción.
Alland siguió a cargo de esta serie del estudio en lo que sería su tramo final a mediados de los años ´50.
Por su parte, Arnold se dedicó a desarrollar películas en géneros diversos como el western, el policial negro y la comedia de enredos,
Por recomendación del propio director la nueva entrega de Gill-Man quedó a cargo de sus asistente John Sherwood quien ofrecería el episodio más delirante de esta saga.
En esta ocasión le dieron un giro diferente al monstruo.
La película retomaba la trama tras el final de la entrega previa donde la criatura se escapaba de un acuario de Florida.
El pobre bicho era capturado nuevamente por un nuevo grupo de científicos y mientras lo estudiaban descubrían que el monstruo tenía la capacidad fisiológica para adaptarse a la superficie terrestre.
De ahí surge el título de la historia The Creature Walks Among Us (El montruo camina entre nosotros) que desarrolla esta premisa disparatada.
Con esa mínima explicación Gill Man se convertía en un discípulo de Kwan Chang Caine, el recordado rol de David Carradine en la serie Kung Fu, y con la templanza de un monje budista se dedicaba a disfrutar de la naturaleza y el mundo de la civilización.
El personaje, que se vestía en la misma casa de ropa que Michael Myers y Jason Voorhes, por alguna razón en este capítulo se presentó con unos kilos de más.
De todos modos el espíritu zen le duraba poco al monstruo, ya que tras el asesinato de uno de los científicos, producto de un triángulo amoroso, enseguida volvía a la acción y desataba una masacre en busca de venganza.
Otro hecho que no tiene ningún tipo de sentido.
Muchos fans de esta serie adoptaron esta entrega como la mejor película de la criatura, algo que me cuesta bastante entender ya que el concepto de la trama es un delirio absoluto que poco tiene que ver con el cine de terror.
El film original era interesante y exploraba el miedo a las profundidades mientras que este capítulo es mucho más ridículo.
El reparto estuvo conformado por el elenco estable de Universal dentro del cine clase B y la figura más relevante dentro del equipo de producción fue el compositor Henry Mancini, quien volvió a crear una buena banda sonora.
De esta manera se completó la trilogía de Gill-Man, quien no volvería a aparecer en el cine, si bien con el paso del tiempo se convirtió en uno de los monstruos de culto dentro de los personajes del estudio Universal.
Este era el avance original.