Historia de Wonder Woman: Volumen IV
Capítulo 3: The New 52
Finalmente llegó el momento de rememorar la peor bazofia que se hizo con el personaje, quien en el pasado había tenido etapas mediocres pero nunca llegó a tocar fondo a nivel creativo como en el ciclo que se inició en 2011.
Antes desarrollar este tema y explicar por qué Brian Azarello es el peor autor que tuvo Wonder Woman en sus casi 80 años de existencia es necesario recordar el contexto en el que surgió este triste capítulo.
El 2011 fue un año de enormes cambios para los contenidos de la editorial DC.
La era moderna de los cómics que había inciado en 1985, más allá de eventuales reboots moderados, llegó a su fin con la saga épica Flashpoint, desarrollada entre mayo y agosto de 2011.
No me voy a detener en esta cuestión porque la verdad es que resultó un tema irrelevante para el mundo de Diana.
Más allá de participar en una guerra con Aquaman en un mundo alternativo, el conflicto central no tuvo ninguna relevancia en la colección individual de la amazona.
Si sólo leías Wonder Woman nunca te enterabas de la crisis de Flashpoint, a diferencia de lo que había sido la saga Balckest Night con los Green Lantern, donde la heroína protagonizó una miniserie independiente que se relacionaba con ese relato.
Para los fans de Diana este crossover épico no era una lectura obligatoria.
Lo cierto es que el final de Flashpoint generó un cambio radical en los contenidos de DC, que relanzó todo su universo de ficción con mucha polémica.
En agosto de 2011 los personajes clásicos reaparecieron con un aspecto más juvenil y mucho de ellos ahora contaban con un origen diferente.
Una burda movida publicitaría para capturar a una nueva generación de lectores.
Ahora bien, dentro de esta etapa no todo lo que se hizo fue malo y por el contrario hubo personajes que tuvieron una reparación histórica en los contenidos tras una racha de historias olvidables.
Podemos citar el brillante renacimiento de Aquaman a cargo de Geoff Johns, la mejor versión de Arthur Curry, el regreso de Batgirl a cargo de Gail Simone, la resurreción de Batwoman con guiones de Greg Rucka y el reboot de Amethyst, Princess of Gemworld a cargo de Christy Max, la creadora de Jem and the Holograms.
También sobresalió la Justice League Dark, de Peter Miligan, liderada por John Constantine en un principio y luego por Zatanna.
Lamentablemente Superman y Wonder Woman no fueron parte de los cambios positivos.
En el caso de la amazona este desastre, defendido por gente que en su vida había leído más dos de historietas del personaje, debe atribuirse a la mayor debilidad del ciclo The New 52.
En su momento la editorial DC fue muy criticada por el tratamiento de los personajes femeninos que tuvieron un retrato hipersexualizado (Catwoman y Starfire fueron los casos más polémicos) o quedaron marginados a roles muy secundarios.
Power Girl dejó de tener su propia colección para limitarse a ser la novia de Mister Terrific.
Sumado a la escasa participación de escritoras en los contenidos este no fue el tiempo más progresista de DC precisamente.
Por consiguiente, las histiorias de Diana quedaron a cargo de un sujeto que no tenían ninguna conexión con la heroína y desarrolló una serie de cambios que en su gran mayoría fueron obsoletos.
La mejor prueba de esto es que hoy, afortunadamente, ya no quedan resabios de la olvidable era de Azarello.
A diferencia de lo que piensa el fandom ortodoxo, en lo personal me parece bien que cada tanto las historias de estos íconos populares, que acarrean 80 años de vigencia, tengan algún shock y presenten interpretaciones diferentes.
En un punto es la obligación de los artistas desarrollar dentro de lo posible su propias interpretaciones para hacer llevaderos cómics que se publican dese los años ´40.
En este mismo informe defendí cuestiones positivas de las controversiales etapas de Denny O ´Neil o Willian Messner-Loeb (en los ´90) y lo mismo voy a hacer con Azarrello, ya que no todo lo que hizo fue malo.
En principio debo reconocerle que fue el único autor en 70 años de existencia de Wonder Woman que tuvo las agallas de animarse a tocar el origen de la heroína.
En el pasado tuvimos relanzamientos con enfoques modernos, como la era de George Pérez, pero la base de la trama seguía los elementos establecidos por William Marston y su esposa en 1941.
Brian Azarello apostó a un cambio radical algo que hizo enojar al fandom hardcore en su momento.
No obstante, creo que algunas de sus ideas fueron buenas.
Pasó a destacar algunos cambios positivos de su etapa que tampoco fueron demasiados.
El más importante de todos es que en el nuevo origen Diana no había nacido como una figura de cera que cobrababa vida por la acción de los dioses griegos, quienes le otorgaban sus poderes,
El autor la presentaba como una semidiosa producto de la relación de la reina Hipólita con Zeus.
La trama de la figura de cera era una mentira que habían creado las amazonas para ocultarle su relación familiar con el dios griego.
Para los puristas esto fue una aberración de entrada pero en lo personal creo que le aportó un concepto interesante a la hora de relanzar la colección.
Azarello arraigó su relato a los contenidos mitólogicos y eso también fue muy positivo, además de añadirle a la heroína nuevos poderes.
La característica más importante es que ahora Diana era inmortal, una cuestión que disparaba un conflicto interesante ante la imposibilidad de costruir vínculos sentimentales con personas comunes de la Tierra.
Una espada de doble filo que derivaría en otra idiotez de DC y en que en breve resaltaré.
Entre los nuevos poderes ahora podía proyectar rayos al chocar sus brazaletes, algo que se incluyó en la película de Patti jenkins, y también tenía la habilidad de controlar los rayos y truenos de las tormentas para utilizarlos como armas.
Eso estuvo bien y desde los aspectos visuales brindaba situaciones atractivas.
En el trailer de la nueva película hay un guiño a esta característica.
Hasta acá llegan los aportes rescatables de Azarello, ya que el resto fue una basura.
El autor cometió dos errores fatales dentro de su ciclo que demuestran que no tenía la menor idea quién era Wonder Woman o no le importaba y tal vez ni siquiera había tocado un cómic del personaje en su vida.
Algo que no me sorprendería en absoluto.
En primer lugar convirtió a las amazonas en una comunidad de psicópatas radicales ultra violentas que llegaban a asesinar bebés por el simple hecho de nacer con un pene.
El mundo en el que se críaba Diana era completamente oscuro y deprimente y en más de una ocasión el ambiente que la rodeaba llega a jugar el rol del verdadero villano por todas las cosas que vivía.
Un claro cachetazo a los principios fundamentales de la heroína y la obra de William Marston que había sido completamente revolucionaria en su momento.
Sin embargo, la estupideces de Azarello que no tenían límites incluía más sorpresas.
A lo largo de este ciclo Diana se convertía en la nueva Diosa de la Guerra, la mejor prueba que este sujeto jamás supo donde estaba parado a la hora de trabajar a la heroína.
Convertir a Diana en una diosa de la guerra es como que el Punisher se transforme en un monje budista y combata el crimen a traves de la compasión, rehabilitando mafiosos y delincuentes por medio de la espiritualidad.
Como todo es posible en el reino de la idiotez, Ares, histórico villano que encarnaba los valores opuestos de la heroína, ahora era su gran mentor y se desempeñaba como una figura paternal.
En consecuencia, durante la etapa The New 52, Wonder Woman terminó distorsionada en un insulso clon sobrenatural de Red Sonja, con la diferencia que tenía una personalidad mucho más aburrida.
Azarello la dotaba de un caracter irritable y temperamental, que vivía con cara de culo y resolvía todo a través de la violencia.
La cubierta del numero ocho con Diana a los tiros en modo Wictchblade/Barbwire es la mejor representación visual de lo que fue este ciclo.
En otras palabras, no hay nada en esta interpretación que se pueda asociar con los valores tradicionales y progresitas que siempre encarnó la heroina de Marston y que la diferenciaron del resto de los personajes femeninos.
La pedorra pluma de Azarello la transformó en un burdo lugar común para entretener a lectores que no tienen la capacidad de seguir una historia si no se incluyen escenas de acción sangrientas cada tres páginas.
No obstante, entre las ideas brillantes de este muchacho había otra sorpresa.
La nueva Donna Troy
Cuando ya no quedaban más elementos que Azarello pudiera destruir con su narrativa, también aprovechó para cargarse a Donna Troy, quien había tenido cierta normalidad tras las numerosas revisiones de su origen.
De este modo Donna dejaba de ser la hermana del alma de la amazona para convertirse en una psicópata asesina, creada con el único propósito de matar a Wonder Woman para que no se convierta en la heredera de la Reina Hipolita.
Cerebro funko en modo Dios.
Para el momento en que el guionista cumplió su segundo año en esta revista, Wonder Woman se había vuelto irreconocible como si la heroína hubiera sido reemplazada por otro personaje.
Tampoco la ayudó un romance nefasto con Superman que fue otra idea terrible que hubo que fumarse en este ciclo y que llegó a tener su propia coleccíon.
Una relación de Diana con el peor Hombre de acero de la historia de los cómics quien tampoco atravesaba su mejor momento.
De hecho, fue tan malo que eventualmente lo tuvieron que matar y restaurar al héroe que había sido concebido en los ´80.
Durante esta etapa Wonder Woman también fue parte de la nueva Liga de la justicia, que incluia a Cyborg entre sus representantes.
Otra colección irrelevante donde la heroína se limitaba a participar de la acción.
Sumado al arte de Cliff Chiang, cuyas diseños de personajes en ocasiones parecían hechos por un chico de nueve años, estos período de la heroína fue muy complicados para los lectores tradicionales.
La distorisionaron a tal punto que lo único que había quedado de la creacion de Marston en la revista era el título.
Es justo desacar también que esta versión fue muy bien recibida por todo ese público que jamás se había interesado por el personaje o no le daban demasiada bolilla y contó con sus adeptos.
El temas fue que un tiempo después cuando ese grupo de lectores golodrinas desaparecieron, como era de esperarse, DC tuvo que reaccionar debido a la caída en las ventas y el malestar de los fans, que ya sumaba el rechazo de otros artistas.
Gail Simone, por ejemplo, fue muy crítica con este desastre que se había hecho con Wonder Woman y a comienzo del 2015 empezaron a cobrar fuerza los rumores del nuevo reboot.
En la actualidad, años después de la tormenta, veo a la versión The New 52 como un largo Elseworld que representa una rareza en la bibliografía de la heroína.
Si buscás leer una versión de Wonder Woman que no tiene absolutamente nada que ver con las características y principios básicos del personaje, esta puede ser una lectura satisfactoria.
De todos los ciclos concebidos desde 1941 este es el que nunca volví a releer porque no disfruto la experiencia.
Por suerte son etapas, como suele ocurrir en este género, que eventualmente pasan y quedan en el más completo olvido.
Hugo, leo siempre tus informes relacionados con WW a pesar de no haber leído nunca un commic los encuentro muy interesantes.
Ahora… por que WW sale en una tapa a los tiros si puede disparar rayos de los brazaletes???
En resumen Matías, porque hicieron cualquier cosa con el personaje.
Es esa es una imagen emblemática porque representa perfectamente lo que fue esa etapa.
me sorprende muchas veces en tus informes los hechos tan parecidos a la historieta de Flash… new 52 fue para mi terrible para su colección, al punto que me alejé definitivamente… y lo peor que todos los medios audiovisuales (peliculas, series de animación, y series de tv) bebieron mucho de los new52….
Como fan de Green Lantern, veo que safé con los New 52 en su mayoria, ya que junto con Batman fue de los unicos a quienes casi no les tocaron las historias que llevaban.
Muy bueno el informe, aprendo un monton de Wondy y hasta me estoy proponiendo leer mas de la amazona. Esta buenisimo que Hugo ponga las cuestiones tanto positivas como negativas para hacer una balanza. A diferencia de algunos reviewers que solo se limitan con los extremos para el clickbait.