Reseña de Mira como corren
Calificación: B-
Mira como corren se suma al reciente resurgimiento que tuvo en Hollywood el género clásico de misterio con el regreso de Hércules Poirot a cargo de Kenneth Branagh, Knives Out de Rian Johnson y la serie Only Murders in the Building, con Martin Short y Steve Martin.
Entre todas estas producciones la película del director Tom George es la más floja pese a contar con un buen elenco.
La trama gira en torno a la investigación de un asesinato, que tiene lugar durante la celebración de las 100 funciones de la obra de teatro La tapadera, escrita por Agatha Christie.
Un clásico de los espectáculos ingleses que se estrenó en 1952 y se exhibió sin interrupciones hasta el 15 de marzo de 2020, a raíz de la pandemia de Covid.
A partir de esa premisa, George intenta elaborar una especie de sátira del género en un estilo similar a lo que fue el clásico de culto Clue (1984), basado en el popular juego de mesa.
El problema es que pese al esfuerzo sobrehumano que hace el realizador por intentar ser gracioso la gran mayoría de los chistes no generan risas.
Ya sea por el modo en la comedia está escrita o la manera en que la ejecutan el reparto, en general el contenido humorístico hace agua.
A esta cuestión se suma el hecho que el misterio policial que ofrece no es atrapante y carece de intensidad, por consiguiente la película se debilita enseguida tras los primeros 20 minutos.
La combinación de humor y suspenso la trabajó mejor Johnson en su propuesta con Daniel Craig que pronto tendrá una continuación en Netflix.
Este film logra ser llevadero gracias al trabajo de Saoirse Ronan, quien encarna al personaje más atractivo y es la figura que sale mejor parada en la interpretación de la comedia.
Sam Rockwell por su parte ofrece una labor desganada en un rol que termina estancado en el cliché del detective alcohólico desilusionado con la vida.
El resto del elenco, salvo por algún momento de Adrien Brody, no aporta nada memorable.
La película pretende ser una parodia del género que no resulta graciosa, a través de un misterio insípido donde el suspenso brilla por su ausencia.
Un enorme problema para una propuesta de este tipo que no termina de convencer en dos aspectos fundamentales dentro del espectáculo que propone.