Historia del Zorro
Capítulo 30: El animé de Toho (1996)
A fines de los años ´90 el Zorro volvió a cobrar notoriedad para una nueva generación con una serie de proyectos revitalizaron al personaje.
Además de la serie live action que exploramos en la última entrega también se sumaron un par de propuestas en la animación que pavimentaron el camino para el gran regreso hollwyoodense de Don Diego de la Vega.
La leyenda del Zorro fue un proyecto muy especial ya que se trató de una co-producción entre Italia, Francia y Japón que adaptó al legendario justiciero a través de la narrativa del animé.
La serie fue gestada por el realizador italiano Orlando Corradi, responsable de The Legend of Titanic (1999), considerado el peor largometraje en la historia de este arte.
Un argumento muy dífícil de refutar que además tampoco pudo ser superado. Ya escribí en su momento sobre ese film, cuyo visionado sólo puede ser completado por almas valientes.
En defensa de Corradi es justo destacar que más allá de esa bazofia también produjo proyectos de mayor calidad, como las series de animé de Cenicienta, Sandokán y El Corsario Negro, inspiradas en la novelas de Emilio Salgari.
La versión japonesa del Zorro fue muy buena y contó con un gran equipo de realización.
La producción general corrió por cuenta de la compañía Toho, un emblema del género, y el guión quedó a cargo Sukehiro Tomita, responsable de esa obra maestra del mecha que fue Mospeada (que luego se adaptó en la nueva generación de Robotech), y el clásico Sailor Moon.
Tal vez para los puritanos del Zorro esta propuesta puede ser problemáticas por las modificaciones que presenta.
Sin embargo en esta cuestión reside para mí el motivo para valorarla.
En lugar de copiar lo que se hizo en el pasado, los japoneses toman los elementos esenciales de la obra de Johnston MCculley y la dan vuelta con algunas modificaciones.
La novedad principal es que en esta oportunidad los protagonistas son adolescentes, algo similar a lo que se hizo uno años antes con el animé de Robin Hood.
Aunque el concepto de la trama no lo alteraron y también aparecen villanos parecidos al Capitán Monasterio y el Sargento García, el cambio principal lo encontramos en el retrato de los héroes.
Don Diego ahora es un joven de 18 años y Bernardo habla y es encarnado por un pibito de diez años que eventualmente se convierte en Little Zorro.
Un guiño al Dick Grayson de los cómics de Batman.
El aporte más interesante de Tomita en la trama lo brinda en la presentación de Lolita Pulido, el clásico interés romántico de Diego que durante décadas fue retratada como la clásica damisela en apuros.
En el animé la adaptan a los tiempos modernos para convertirla en una heroína más activa que está a la par del protagonista (menos en el esgrima) y cuenta con un marcado compromiso social para combatir las injusticias en su pueblo.
La dupla y la historia de amor que que conforman los dos protagonistas está muy bien desarrollada a lo largo de 52 episodios que completan el arco argumental del programa.
En los aspectos visuales los japoneses se cagan en la tradición y ofrecen un Zorro diferente que no usa su tradicional uniforme negro, salvo por el antifaz y la capa.
El caballo tampoco se llama Tornado sino Viento y por supuesto es blanco, ya que tenían que llevarle la contra a los elementos clásicos que espera el público.
Otro característica excéntrica que tuvo la serie es el momento Sailor Moon donde Diego se transforma en el enmascarado,a través de una secuencia que evoca el clásico de las Magical Girls.
En el doblaje latino el protagonista fue interpretado por Alejandro Trejo la recordada voz de la Pantera Rosa en la serie de los ´90 y el oficial Ken Nakajima en Están arrestados.
Pueden encontrar este animé en You Tube en su versión doblada o en inglés.
Ya que citás a Sailor Moon, en lo que hace al diseño es más parecido al Zorro Tuxedo Max que éste, pero como no lo vi nunca, no voy a pegarle con un caño. Confío en tu buen gusto.
Me gusta la apertura, Lolita con el bufoso en la mano es lo más
Es verdad, tiene una onda el diseño a Tuxedo Max.
Dale una oportunidad que no es mala.