Reseña de Wendell y Wild: Una película de Henry Sellick

CALIFICACIÓN: B-

Si en algún momento el director Henry Sellick (El eztraño mundo de Jack, Coraline) iba a presentar una película floja que quedaría en el más completo olvido tenúa que ser en una colaboración junto a Jordan Peele.
Un guionista horrendo y pretencioso que suele destruir todo lo que toca y por alguna razón lisergica es aclamado por gente que lo considera un visionario del séptimo arte.
Wendell y Wild se estrenó el año pasado en Netflix durante la época del Mundial y mi lista de monstruos gigantes que dominó el contenido del blog.
Me había llamado la atención la poca difusión que tuvo y el hecho que fue completamente ignorada en los Oscasrs.
Algo muy inusual si se tiene en cuenta que era la nueva labor de un gigante de la animación stop motion como Sellick.
Después descubrí que Peele estaba involucrado en el proyecto y entendí todo.
Debo aclarar que esta no es una propuesta familiar destinada a los niños sino que apunta a un público más pre-adoelscente por los temas macabros que toca.
La trama tiene como protagonista a Kat, una joven de 13 años que creció con la culpa de haber sido responsable del accidente en el que murieron sus padres cuando era niña.
La protagonista que termina convertida en una delincuente juvenil emprende en una aventura sobrenatural con el objetivo de revivir a su familia.
Wendell y Wild, los personajes que titulan el film, son dos demonios que vagan por el inframundo y entablan una relacion con Kat. Curiosamente a lo largo de la trama tiene un rol muy secundario.
El análisis de este film hay que dividirlo en dos partes.
Por un lado el guión de Peele que representa lo peor de esta producción y es un desastre.
El argumento es completamente caótico y contiene los vicios que arrastran las obras del realizador.
Todos los miembros de la comunidad negras son nobles o gente copada y el único personaje blanco está represnetado en una mujer psicópata.
Un clásico.

No fatan tampoco los pedorros comentarios sociales que en este caso se relacionan con las privatización de las prisiones y una mediocre analogía de los demnonios representados como las inseguridades personales.
La aventura pretende brindar una propuesta de terror juvenil en la linea de Coraline y Paranorman pero falla miserablemente porque el conflicto es aburrido y los personajes principales no depsiertan ninguna simpatía.
Cualquiera de esos titulos mencionados son clásicos que yo por lo menos no me canso de ver y los disfruto como el primer día en que los descubrí.
Wendell y Wild es una propuesta de visionado único que se olvida esneguida producto de un guión monótono que no hace nada creativo con las premisa que presenta.
La película termina salvada por la labor del Sellick, quien vuelve a demostrar que sigue siendo uno de los reyes de la animación stop motion.
Desde los aspectos visuales no se le puede objetar nada y la puesta escena que juaga con los cuentos de horror está muy bien lograda.
Lamentablemente todo ese despliegue de imaginación que le imprime al relato en los aspectos visuales termina opacadop por una historia que te deja indiferente.
De todas las producciones que hizo en su carrera esta es por lejos la más floja y cuando la ves entendés porque se quedó afuera de los Oscars.
De todos modos si te gusta el arte del realizador vale la pena darle una oportunidad para disfrutarla desde los aspectos visuales.
A modo de dato loco cabe resaltar que la banda de sonido está integrada por bandas del movimiento afro-punk que no suelen tener representación en el cine.
El film se encuentra disponible en Netflix.