Reseña de Mighty Ducks: Game Changers (Temporada 2)
Triste final para la saga de los Mighty Ducks cuya serie de televisión fue cancelada tras su horrenda segunda temporada.
Más allá que no le fue bien en la plataforma de streaming de Disney la decisión que la propuesta no siguiera adelante fue acertada y le ahorró otro martirio a los seguidores de la franquicia.
El primer ciclo de la serie estrenado en el 2021 tuvo una recepción positiva y enseguida el estudio le dio luz verde a la continuación.
Sin embargo las cosas se complicaron tras la desvinculación de Emilio Estévez, quien fue el corazón de la saga deportiva en el rol del entrenador Gordon Bombay.
En un principio su despido se relacionó con una postura anti-vacuna del actor en torno a los protocolos de seguridad requeridos durante la pandemia pero Estévez luego se encargó de aclarar que esa versión de los hechos fue falsa.
A través de un comunicado al medio Deadline el actor reveló que su desvinculación del programa se produjo por diferencias creativas entre él y los productores en torno al rumbo que tomaría la trama en la nueva temporada.
Cualquiera que fuera el plan original de los guionistas tuvieron que modificarlo con la partida de Emilio y el resultado final fue una serie gestada en la más absoluta improvisación.
En lugar de desarrollar las subtramas establecidas en la entrega previa con los nuevos Ducks, en esta oportunidad optaron por elaborar un argumento diferente centrado en un estúpido campamento de verano relacionado con el hockey sobre hielo.
Un concepto que no podía ser más ridículo.
De este modo las historias de vida de los protagonistas, que eran atractivas, quedaron desdibujadas en un argumento tonto que nunca tuvo claro lo que quería hacer con los personajes.
La temporada de diez episodios se armó a base de conflictos de relleno que no van a ningún lado y resultan aburridos por la sencilla razón que el programa nunca se siente una propuesta de los Mighty Ducks.
La pobre Lauren Graham, que había estado excelente en la primera temporada, en el rol de una improvisada entrenadora, rema como puede un argumento donde no tiene demasiado para aportar.
Josh Duhamel se sumó en esta ciclo como un ex jugador profesional que dirige el campamento y cuya personalidad cambia de perfil durante todos los episodios.
En algunos momentos ejerce el rol de villano y luego de la nada misma pasa ejercer un rol paternal sobre los Ducks y hasta protagoniza un romance forzado con el personaje de Graham que es imposible de comprar.
Hay un momento hacia el final de la serie donde el programa inclusive se transforma en una propuesta de Glee con una secuencia musical que parece pertenecer a otro programa.
La verdad que la segunda temporada fue una porquería en la que no se puede encontrar ningún elemento redimible.
Una decepción ya que la introducción del nuevo reparto había sido muy buena y la historia estaba para seguir, sin embargo el rumbo que tomó el argumento derivó en un producto monótono e insípido que no en vano cosechó comentarios negativos.
Como te había contado, la terminamos de ver con mi pibe, que se había puesto muy contento con la vuelta de la serie, no sabíamos todo el tema de lo de Emilio Estevez, así que el arranque fue una sorpresa. Y después, con el correr de los capítulos, digamos que la terminamos porque era la cita obligada de los miércoles, pero no nos enganchó como la primera. Se volvió una serie random de Disney Channel, pero de las malas (Bancamos Sidney como Max y Coop y Camy, que fueron nuestros amigos en pandemia, pero el resto…), aparte se fue todo para el lado del romance y eso a mi pibe no lo enganchó para nada. El giro que le dieron al personaje principal tampoco ayudó
Además de ser un campamento de hockey donde lo que menos había era hockey
No creo que se ponga triste porque no hay una tercera, porque tampoco la estaba esperando
No tenía idea sobre las declaraciones de Emilio, la verdad que tuvo toda la razón y al bajarse de la serie se llevó toda la magia de la historia. La verdad que la segunda temporada parece hecha por otras personas y en ningún momento parece que se hubiera involucrado Steven Brill, el creador de la franquicia.
Ya de entrada arranca mal con una floja excusa para que no intervenga Gordon Bombay y la desaparición de 4 de los chicos dentro del elenco que directamente parece que nunca existieron.
El humor que siempre fue una constante dentro de la saga, acá falla miserablemente y dentro de la trama claramente quisieron copiar algunos elementos de Cobra Kai con pobres resultados. Como que Evan Morrow el protagonista cambie de bando y casi como si fuera un esquizofrénico su personalidad cambia en cada capítulo, a veces le interesa ser el mejor deportista siendo un gran idiota y a veces quiere recuperar la amistad de los patos.
El campamento elitista es una idea por demás pobre que se desinfla enseguida. Lauren Graham y Maxwell Simkins (el chico gracioso del grupo) la reman de una manera admirable y la mayoría de los demás chicos apenas tienen alguna intervención a lo largo de la temporada, un aspecto que siempre estuvo muy cuidado el año anterior.
Una pena que la serie termine de una forma tan baja, pero antes de seguir por este rumbo decadente, es bienvenida su cancelación.
Buen punto Nico, se me escapó mencionarlo. Hubo una intenciòn de copiar la fórmula de Cobra Kai que acá no terminó de funcionar.
El conflicto entre el personaje de Josh Duhamel y su hijo, otra cosa que afanaron de Cobra Kai. Noto que no le pusiste calificación, mejor, en pos de mantener el cariño a la franquicia.
Tendría que ser una D.