Reseña de New Gods: Yang Jian
CALIFICACIÓN: B
Light Chaser Animation sobresalió en los últimos años como una de las grandes revelaciones entre las nuevas productoras del género de animación.
La compañía china sorprendió con muy buenas películas centradas en la rica mitología de ese país cuya factura técnica no tiene nada que envidiarle a los mejores productos de Hollywood
En el 2021 estrenaron dos películas, Green Snake y New Gods: Nezha Reborn (previamente reseñadas en el blog) y debido al suceso que consiguieron en la taquilla asiática enseguida pusieron en marcha la realización de New Gods: Yang Jian que llegó a las salas en el 2022.
La nueva obra funciona como una precuela de Nezha Reborn y cuenta con las debilidades de una película que se hizo a las apuradas y no contó con la dedicación de los trabajos previos.
Al menos en los aspectos argumentales donde sobresale su mayor debilidad.
Creo que en Light Chaser tienen que hacerse cargo que ya no son más una compañía clase B y hoy sus productos tienen un enorme potencial para competir con el mercado internacional.
Muy especialmente en estos días donde no abundan las propuestas centradas en los dramas de aventuras y fantasía.
El tema es que van a tener que repensar los guiones ya que para el público occidental los relatos se volvieron complicados de seguir.
La verdad que me cuesta bastante comentar la trama de esta propuesta por la sencilla razón que no la terminé de entender.
Luego descubrí que otros colegas que reseñaron este film tuvieron la misma experiencia por lo que el problema es la recepción occidental.
Eso no justifica de todos modos un guión mediocre donde los personajes tienen un tratamiento paupérrimo y apenas son desarrollados.
La trama tiene como protagonista a un cazarrecompensas llamado Yang Jian, que otros personajes reconocen como Ezlang Shen, y tiene como compañero a un perro que por alguna razón que nunca se explica se transforma en una chica.
Al canino se lo denomina “perro” ya que los guionistas no le dieron un nombre.
La aventura se inicia cuando una misteriosa mujer (la única que tiene nombre propio en todo el film) contrata al héroe para que recupere la “Lámpara Universal de la Felicidad”.
A partir de esa premisa se desata un quilombo bárbaro entre dioses y mortales que vinculan a la familia del protagonista.
Durante los interminables127 minutos que dura el film se suman numerosos personajes que aportan escenas de exposición y luego desaparecen del conflicto para generar una confusión mayor.
Al menos para el público americano que no está familiarizado con el panteón de los dioses chinos.
En las historias previas los realizadores hicieron un trabajo muy superior a la hora de adaptar estos relatos a una audiencia moderna.
Motivo por el cual en un momento me rendí y en lugar de esforzarme por tratar de comprender semejante culebrón, como si tuviera otra vez seis años, me dejé llevar por lo mejor de la película que se encuentra en las puesta en escena.
Un campo donde se nota que pusieron toda la dedicación.
Desde los aspectos visuales Yanh Jiang es alucinante y te encandila con toda la recreación del universo mitológico que trabaja.
Este film presenta las mejores secuencias de acción que vi en los últimos años en una producción animada.
Las coreografías de las peleas, especialmente, son alucinantes y están muy bien elaboradas.
Son momentos emocionantes que contribuyen a hacer más llevadero un relato que con su desarrollo se vuelve más confuso de seguir.
Curiosamente la batalla final del clímax resultó más liviana que las secuencias iniciales que son impactantes.
Yang Jian dejan la puerta abierta para una nueva entrega de la saga New Gods que todavía no tiene su fecha de estreno anunciada.
Si bien me quedo con los títulos previos de la compañía recomiendo darle una oportunidad a esta nueva producción aunque sea para disfrutar de las secuencias de acción.