Retrospectiva Sherwood: Robyn Hood (2023)
Una nueva producción que se estrenó hace unas semanas y suma otra adición a la extensa filmografía de Robin Hood.
En esta oportunidad se trata de una serie de televisión canadiense financiada por productoras independientes que adapta la leyenda del justiciero inglés en un contexto moderno.
El programa fue objeto de burlas y críticas despiadadas en internet por parte de la comunidad nerd noretamericana que desató la irea del realizador Julien Lutz, más conocido como Director X.
El egócentrico cineasta no tuvo mejor idea que calificar de racistas misóginos a sus detractores y esto generó obviamente que el conventillo luego escalara con agresiones personales entre ambas partes.
Robyn Hood sólo se exhibió en Canadá pero los dos episodios que se emitieron hasta la fecha se pueden ver en la web.
Antes de centrarme en la reseña debo destacar que esta propuesta no tiene nada que ver con el popular cómic de la editorial Zenescope que pertenece a la colección Grimm Fairy Tales.
Las únicas historietas de la actualidad que mantienen vigentes a las heroínas hipersexualisadas de los años ´90.
A los artistas no les importa nada y se divierten con los elementos grotescos que suelen tener estas adaptaciones que trabajan los clásicos de los cuentos de hadas en el género de terror.
La Robyn Hood canadiense es una producción más cercana a lo que fueron recientemente las remakes de Kung Fu, Batwoman y el fracaso de Cursed.
El contenido super Woke es notable y se orienta al público adolescente de la actualidad que representa el principal target demográfico de la serie.
La trama tiene como escenario principal la ciudad ficticia de Nottingham que se encuentra controlada por las influencias políticas de John Prince (el clásico Príncipe Juan), un empresario multimillonario que es una mezcla de Donald Trump con el Lex Luthor de Smallville, encarnado por John Glover.
Resulta que Prince tiene un negocio de bienes raíces y quiere demoler el barrio de Sherwood, una especie de Dock Sud canadiense, donde habita la clase trabajadora representada por la población negra.
En esos complejos habitacionales vive Robyn Locksley, una piba que no le da bola a los conflictos sociales que afectan su comunidad y desea convertirse en una artista de rap.
Sus intereses cambian drásticamente cuando su madre actvista es víctima de la maldita policia del Sheriff de Nottingham, encarnada en esta versión por una maléfica mujer pelirroja.
De este modo Robyn abandona sus aspiraciones artísticas para convertirse en una justiciera social con la ayuda de un hacker llamado Tuck (un personaje recontra noventoso); Litte John, un amigo militar buena onda; Alan Dale, un productor musical con tiempo libre y Marian Fitzwater, una abogada que siente una clara atracción por nuestra heroína.
El problema es que ella aparentemente es bisexual y también le gusta Litle John.
A partir de esta premisa se desarrolla un desopilante placer culposo que tiene la intención reimaginar la leyenda de Robin Hood en los tiempos del Black Live Matters.
Lo más rescatable de la serie es la protagonista, Jessye Romeo, un actriz carismática que brinda la mejor interpretación del reparto.
No se puede decir lo mismo del resto de sus colegas que terminan estancados en la sobreactuación.
La premisa argumental que plantea Robyn Hood la verdad que no es mala pero termina saboteada por el guión Woke de Chris Roberts y la horrenda realizacion de Director X.
Un artista que se hizo famoso en el campo del video clip donde trabajó para numerosos artistas famosos, como Justin Bieber, Usher, Rihanna, David Guetta e Iggy Azalea entre otros.
X tiene un sentido de la estética y siempre se desempeñó muy bien en la producción de clips pero eso no lo convierte necesariamente en un buen cineasta.
Su transción en el cine hasta la fecha fue un desastre y cosechó reseñas negativas con el mediocre drama deportivo Across de Line y la horrenda remake de Superfly (clásico emblemático del Blaxploitation) que fue aniquilada por la comunidad negra norteamericana.
En Robyn Hood olvida por completo que el personaje original es un emblema del género de aventuras y convierte la propuesta en un melodrama tedioso donde el comentario social se impone con una topadora.
Las secuencias de acción dan verguenza ajena y la culpa no es de los actores sino de este sujeto que apesta a la hora de trabajar ese tipo de situaciones de un modo atractivo.
La vuelta que pretenden darle a la leyenda clásica no es mala y en el pasado tuvimos otras versiones femeninas de Robin Hood, como la que brindó Keira Knightley en Princess of Thieves.
Lamentablemente la serie canadiense termina arruinada por todos los vicios nefastos que hoy priman en los contenidos audivisuales donde la imposición de una agenda política prima sobre el entretenimiento.
O sea otro fracaso q no tiene segunda temporada. La moda: el negro bueno y el blanco malo. Wokismo al palo. Como
Siempre digo hartan, gracias por comentarla para no ver esa bazofia.
Hace poco empecé a ver Superman y Lois, llevo 4 capítulos y me sorprendió ver qué no hay un solo elemento progre de la agendita hasta el momento siendo que es una serie de Berlanti en CW.
Y es una de las razones por las cuales tuvo tan buena recepción en los espectadores.
Viste cuando dicen que el chiste se cuenta solo? Bueno, creo que el articulo se cuenta solo.
A estas instancias creo estas sacando un articulo por semana en el que decis exactamente lo mismo y no es que la culpa sea precisamente tuya.
Estamos estancados en un periodo de tiempo del que no podemos escapar y ni siquiera la huelga de escritores y actores nos salva.
Lo dije todo el tiempo, pero veo que me equivoqué. April O’Neil, Jimmy Olsen, Batgirl, Starfire, Iris West, Ariel, y tantos otros pelirrojos NO están siendo cambiados por personajes inclusivos de otras etnias. ¡Ahora me doy cuenta que están transformando a los colorados en villanos!!!
THE END IS NIGH!!!
Todos seguimos esperando al Tarzan negro que seria algo coherente, al fin y al cabo, todos los protagonistas ahora son negros o de otras etnias… Pero no creo que se animen jajajaja