La maldición del Queen Mary
Desde hace 40 años la leyenda urbana en torno a la maldición del transatlántico británico RMS Queen Mary cosecha una enorme popularidad comparable a la famosa casa embrujada de Amityville.
Los relatos tradicionales indican que en los camarotes se pueden escuchar voces de niños que murieron asesinados en el lugar, entre otras historias relacionadas con la presencia de fantasmas.
Este barco que en su momento sirvió de escenario principal para el clásico del cine catástrofe, La aventura del Poseidón (1972), desde entonces es explotado comercialmente en California como una atracción turística dedicada a estos temas.
No sería extraño que los dueños decidieran extender el negocio al campo del cine para atraer más visitas.
La idea no es mala el problema es que delegaron el proyecto en un director mediocre como Gary Shore, quien ya había demostrado su ineptitud para trabajar el género en la horrenda Dracula Untold, protagonizada por Luke Evans.
En esta oportunidad el realizador incursiona en los misterios paranormales para desarrollar un bodrio soporífero que tiene el sadismo de superar las dos horas de duración.
Shore construye un relato confuso y tonto donde fusiona dos líneas argumentales ridículas que incluyen entre sus personajes a Fred Astaire y Ginger Rogers.
Más allá de las ridiculeces que presenta el conflicto, el único recurso al que se apela en la narración para construir situaciones de tensión son jumpscares trillados que el público puede predecir con facilidad.
No está mal que la finalidad de la película sea promocionar la atracción turística pero la ejecución del argumento resultó fallida.
Por momentos queda la impresión que La maldición del Queen Mary fue una miniserie que no pudieron vender en ningún canal de televisión o plataforma de streaming y luego decidieron editarla en un largometraje para el cine.
De otro modo la duración no tiene el menor sentido.
La única virtud rescatable del proyecto es que el rodaje tuvo lugar en el barco real que al menos fue aprovechado en los campos de la fotografía y el diseño de producción.
Lamentablemente como propuesta de cine de terror no es interesante y se suma a lista de fiascos que vimos este año en torno a los misterios sobrenaturales.
Calificación: D+
Esto del Queen Mary me hace acordar a Barco Fantasma del 2002, una película que tiene un comienzo espectacular que no me olvido mas y despues de los creditos iniciales manda todo al demonio… o tira todo por la borda je.
Me acuerdo de Barco Fantasma. Un fiasco de Joel Silver que tenía un gran diseño de producción en lo referido a las atmósferas y sí enseguida se iba todo al pasto.