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Terrifier 3: El festival gore de Damien Leone

Si el director Damien Leone tenía la intención de convertirse en el heredero de Herschell Gordon Lewis, el padre del gore cinematográfico, con Terrifier 3 cumplió ese objetivo.

En el pasado otros realizadores intentaron hacer lo mismo pero ninguno capturó con tanta rigurosidad el culto al sadismo y el humor negro como lo entendía el fundador del subgénero Splatter.

En ese sentido Terrifier es una propuesta que atrasa 50 años como mínimo con el tipo de espectáculo freak que propone, sin embargo Leone no busca reinventar nada y se siente cómodo con el homenaje artístico que le brinda a su mentor.

Siempre que aparece un film de estas características algunos medios de prensa se desgarran las vestiduras y cuestiona al público que encuentra divertido ver espectáculos centrados en el retrato de la violencia extrema.

La realidad es que el morbo por el gore es muy antiguo y siempre generó curiosidad en la gente.

Ya en el siglo 16 una de las obras más populares de Shakespeare fue Titus Andronicus (que tuvo una gran adaptación en el cine con Anthony Hopkins) y el público se volvía loco con las situaciones sangrientas de la trama.

Luego los franceses levantaron la apuesta con las marionetas zarpadas del Teatro Grand Guignol y a partir del invento del cinematógrafo el atractivo por el gore se coló en los primeros años del séptimo arte.

David W.Griffith sentó las bases de SAW en 1916 con su obra Intolerance que ofreció la primera mutilación de un cuerpo en la pantalla grande.

No obstante, el cine Splatter recién se desarrolló en la década de 1960 con la aparición de Gordon Lewis, quien impactó a los espectadores con la trilogía Blood Feast, 2000 Maniacs y Color Me Red que estableció la fórmula de cine de terror que luego influyó las obras de Wes Craven, William Lustig y Lucio Fulci.

Hoy el Heredero apela a los mismos recursos de Herschell para narrar las matanzas desquiciadas del payado Art con la combinación de sadismo y humor negro.

No existe el argumento ni el desarrollo de personajes ya que el foco del espectáculo reside en el collage audiovisual de situaciones sangrientas.

Desde los aspectos técnicos Terrifier 3 es impecable y sobresale por su efectiva puesta en escena donde Leone abraza en la implementación de los efectos la escuelita de Tom Savini, quien tiene un cameo en esta entrega.

La esencia del cine de Gordon Lewis la encontramos en el contenido de humor macabro que es lo que hace llevadera la propuesta.

Si el Heredero se hubiera tomado en serio los relatos de Art, Terrifer jamás hubiera tenido dos continuaciones.

La complicidad que se gesta entre el realizador y el público para aceptar el desquicio irreverente del payaso es lo que hace funcionar al espectáculo.

Lamentablemente Leone cae en los mismos errores de la película previa y en esta cuestión se encuentra mi único problema con Terrifier 3.

No importa como lo quieran justificar los fans, una película con este tipo de contenido no puede superar la hora y media porque se vuelve infumable.

La entrega previa ya se había desmadrado con 139 minutos, en esta oportunidad quedó reducida a 125 y resulta extenuante.

Aprecio la creatividad de Art y su catálogo de instrumentos para masacrar gente pero después del quinto asesinato los bostezos que genera la película se cargan el entretenimiento.

En síntesis, un exponente nostálgico del Splatter que será apreciado por los seguidores de esta rama del cine de terror.

Calificación: B-

Un comentario en «Terrifier 3: El festival gore de Damien Leone»

  • YO por mi parte paso… hice mi intento y trate de mirar la primera pelicula… IMPOSIBLE… no pude … Jajajaja que la disfrute el que le guste 😀

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