Sting: Recomendada del terror clase B
Un sólido exponente del terror clase B que tiene claro el espectáculo que propone y lo ejecuta de un modo excepcional.
La obra del director Kiah Roche-Turner retoma el espíritu de las viejas películas de arañas que en las últimas décadas estuvieron más orientadas a las propuestas de monstruos gigantes estilo Eight Legged Freaks y Lavalantula.
Si bien Sting tiene como protagonista a un bicho enorme, tampoco es una amenaza exagerada estilo villano de Godzilla, y el relato se acerca más a títulos como Tarántulas y Aracnofobia; el clásico imbatible de Frank Marshall.
La diferencia es que el argumento se desarrolla en un contexto urbano que tiene como escenario principal un viejo de edificio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York.
Una niña friki encuentra un insecto arácnido extraño y decide adoptarlo como mascota.
Las cosas se complican para la joven cuando el bicho crece y los vecinos empiezan a desaparecer.
A partir de esa premisa sencilla el director desarrolla un film entretenido que cuenta con muy buenos momentos de suspenso y al igual que Aracnofobía no se toma todo tan en serio y juega con ingredientes del humor negro.
Sobresalen especialmente las secuencias donde se luce la araña que tienen su contenido gore y el diseño de producción en torno al edificio que creó la ambientación perfecta para este relato.
Sting dejará satisfechos a los cinéfilos nostálgicos que extrañaban el cine clase B de la era del video club y es una gran recomendación para los espectadores más jóvenes que recién se acercan al género.
Calificación: B+
La niña protagonista viene de romperla como la joven Furiosa!