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La vida de Sing Sing

Ya sea porque la propuesta no despertó demasiado interés o la compañía A24 no invirtió recursos en la campaña de difusión, La vida de Sing Sing  este año pasó bastante desapercibida entre las películas nominadas al Oscar.

La obra del director Greg Kwedar presenta una historia basada en hechos reales que se centra en el programa de rehabilitación a través de las artes de la prisión de máxima seguridad Sing Sing en Nueva York.

El programa educativo fundado en 1996 alejó de la marginalidad a centenares de presos que siguieron vinculados con el teatro y la danza luego de cumplir sus condenas.

La trama del film sigue a un grupo de prisioneros que integran una compañía teatral e intentan sacar adelante una producción original.

Colman Domingo, un actor que surgió de la serie Fear The Walking Dead y en los últimos años concentró su carrera en el cine, es la figura más destacada dentro de un reparto conformado por actores no profesionales que cumplieron una condena en la famosa prisión.

Este es un recurso que en el cine argentino vimos numerosas veces en los filmes de Carlos Sorín, Lisandro Alonso y Adrián Caetano, donde un elenco constituido por gente que no tenía experiencia frente a las cámaras sorprende con muy buena interpretaciones.

En Sing Sing el realizador Greg Kwedar apuesta por una narrativa que remite al cine documental y consigue obtener actuaciones muy espontáneas de los ex convictos que en algunos casos se interpretan a sí mismos.

El ejemplo más destacado es el de Clarence Maclin, el co-protagonista, quien comparte muy buenos momentos junto a Coleman y gracias a los galardones que cosechó por esta labor inició una nueva carrera en el cine.

La gran paradoja de esta producción es que pese a desarrollar un drama carcelario La vida de Sing Sing resulta un canto a la vida frente a las historias depresivas que dominaron la última temporada de premios.

La narración de Kwedar nunca se desmadra con el melodrama exagerado y construye un cuento muy emotivo sobre el poder transformador del arte.

Los primeros 45 minutos son un poco lentos y en un principio no queda claro el foco del relato pero luego remonta notablemente cuando se estable el conflicto central.

Dentro del género carcelario aporta una propuesta diferente con una sensibilidad que no es común de encontrar en esta clase de historias.

Si les interesan estos temas vale la pena darle una oportunidad.

Calificación: B

 

 

 

 

 

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