Para ver en Netflix: Duro de aguantar

Una de las grandes joyas que brindó el subgénero de las buddy movies con una dupla memorable!

Esta película que lamentablemente ya no la pasan en la televisión representó la única incursión de Michael J. Fox en las comedias de acción.

Duro de Aguantar tuvo la desgracia de estrenarse en Estados Unidos el mismo día que El silencio de los inocentes y New Jack City, de Mario Van Peebles, que fueron filmes muy elogiados que acapararon toda la atención mediática en ese momento.

Pese a que esta comedia de acción también fue muy bien recibida por la prensa, principalmente por la química que tenía los protagonistas y el trabajo que brindaron juntos, la competencia terminó por opacar al film.

No le fue mal en la taquilla pero podría haber tenido mucho más éxito si se estrenaba en otro momento.

En estos días donde el subgénero de las buddy movies están representadas por el mamarracho de Comando especial, te encontrás con un film como este y la verdad que es otro mundo.

En su momento fue muy interesante de ver porque Michael Fox nunca había participado en una historia de acción con policías.

Un tiempo atrás había terminado de filmar las dos secuelas de Volver al futuro y de manera inteligente eligió un proyecto distinto donde pudo trabajar su talento para la comedia desde otro lugar.

En los personal creo que este es uno de los papeles más desopilantes de su carrera.

Después de muchísimos años, volví a ver este film para escribir esta nota y me morí de risa. Es una propuesta que no perdió vigencia.

Por otra parte Duro de aguantar representó toda una revelación para James Woods, quien venía de hacer filmes dramáticos y policiales serios donde los personajes que interpretaba no eran graciosos.

Acá sorprendió con su talento para la comedia que más tarde siguió explotando en otros filmes.

En esta historia es John Moos, un detective duro de Nueva York que persigue sin éxito a un asesino serial interpretado por Stephen Lang (Avatar, Enemigos públicos), quien siempre garpa haciendo de villano.

Luego de que una operación para detener al criminal sale mal lo alejan del caso y le asignan una nueva misión.

Tiene que ayudar a la máxima estrella de Hollywood del momento, Nick Lang (Fox) a conocer el mundo de los policías para preparar su próximo papel en el cine.

Lang es un millonario caprichoso que viene haciendo filmes exitosos pero busca un nuevo desafío y elige a Moos para que lo instruya en el mundo policial.

John Badham fue el director responsable de esta joya, quien previamente había dirigido los clásicos Fiebre de sábado por la noche, Cortocircuito y Juegos de guerra, con Matthew Broderick.

El realizador ya había tenido éxito en el subgénero de las buddy movies con Stakeout, de 1987, que brindó una muy buena dupla como la que formaron Richard Dreyfuss y Emilio Estevez y Dos pájaros a tiro, con Mel Gibson y Goldie Hawn.

La diferencia es que Duro de aguantar se inclinó mucho más por el lado de la comedia.

No existe una sola escena de este film que compartan James Wood y Michael Fox juntos que no sea graciosa.

Michael lo vuelve literalmente loco al pobre Woods que encima en un cabrón de aquellos y esto brinda momentos muy divertidos.

Lo loco de este film es que muchos actores que tienen roles secundarios empezaron a destacarse en Hollywood después de aparecer en esta producción.

Annabella Sciorra luego protagonizó La mano que mece la cuna, que fue uno de los grandes filmes taquilleros de los ´90.

El rapero L.L. Cool J, que acá se lo ve muy joven, luego empezó a trabajar más seguido en el cine.

Luis Gusmán, actor grosso que me encanta, dejó de tener pequeñas apariciones en televisión para conseguir roles con más presencia en la pantalla grande y lo mismo ocurrió con Delroy Lindo cuya carrera en Hollywood cobró más fuerza después de trabajar en esta película.

James Woods años después comentó que este fue uno de los trabajos más difíciles de su carrera porque tenía que estar todo el tiempo cabreado y tratar mal a Michael Fox, algo que le resultaba imposible por la relación que se había formado detrás de las cámaras.

En esta cuestión encontramos la clave de esta película que justamente es un tema que trabajé esta semana en el blog, la química entre actores.

La dupla que formaron los dos protagonistas fue excelente y por eso funcionan todos los momentos graciosos.

Duros de aguantar también tuvo muy buenas escenas de acción que en algunos casos fueron filmadas por Rob Cohen, el director de la segunda unidad, quien años después haría filmes como Rápido y furioso y Dragón, la leyenda de Bruce Lee.

La persecución con la que se inicia el film es muy buena y también está muy lograda la escena de acción final que se desarrolla en un cártel que promociona en el techo de un edificio una película de Nick Lang.

Duro de aguantar no tiene desperdicio y ofrece un gran entretenimiento.

Pueden encontrar la película en la sección «comedias»de Netflix.

El avance.

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