La novia espera

La novia espera es probablemente una de las pocas antologías de cuentos donde me gustaron todos los relatos.

Como suele decir Neil Gaiman, los  libros de cuentos son como una especie de bufé donde uno tiene la posibilidad de disgustar distintos platos y por lo general siempre hay un par que se destacan sobre el resto.

En este caso me gustó todo el «menú».

Desde hace un par de años en Argentina se volvió a editar la obra de esa tremenda escritora que fue Lucy Montgomery.

Las historias de la pelirroja Anne Shirley se vendieron bien y esto generó que se empezaran a publicar otra cosas de esta artista canadiense.

El libro La novia espera no está relacionado con la serie de Anne y presenta 14 cuentos que Montgomery publicó entre 1899 y 1935.

La selección de los textos corrió por cuenta de Catherine McClay, quien en el prólogo de esta antología menciona que la autora llegó a escribir 500 cuentos a lo largo de su vida.

Es decir que todavía queda muchísimo material  para ser descubierto por  las nuevas generaciones de lectores.

Salvo por la excepción de un cuento, todas las historias que integran este libro son propuestas románticas. Es evidente que a Montgomery le encantaba escribir conflictos argumentales que tuvieran suspenso y mantuvieran al lector atrapado hasta el final de la trama.

Ese es un elemento que se repite bastante es estos relatos.

Hubo dos historias que me sorprendieron y quería destacar.

Por un lado me impactó el tremendo parecido que hay entre La novia espera, el cuento que titula esta propuesta, y la película de Julia Roberts, La boda de mi mejor amigo.

La trama tiene como protagonista a Susan, una vieja de 30 años que todavía no se casó y queda indignada frente al espejo cuando descubre que le salieron un par de canas.

En la época de Lucy Montgomery, nos referimos a los primeros años del siglo 20, la personas de 30 que no estaban casadas o en pareja eran considerados viejos solterones sin remedio. Los que estaban casados y no tenían hijos entonces eran señalados como personas raras. Parecería que la sociedad siempre tiene una excusa para juzgar a la gente. Creo que el tema de la edad también tenía que ver con que la expectativa de vida en ese momento era menor a la de la actualidad.

En la obra de la autora se puede percibir claramente una rebeldía hacia estos temas. Sus heroínas suelen ir contra la corriente de las convenciones sociales, un elemento que generó que sus cuentos fueran muy especiales en el momento de su publicación. En la saga de Anne esta cuestión también está muy presente y tanto la protagonista como Gilbert (su pareja) deciden comprometerse, pero no tienen hijos enseguida, ya que le dan prioridad a sus estudios.

Una situación muy atípica en la sociedad de principios del siglo 20 que también era inusual en la literatura.

Vuelvo con Susan.

El mejor amigo de la joven, Ellery, es un hombre que durante los últimos diez años le propuso matrimonio a la protagonista en el día de su cumpleaños.

Cuando Susan cumple 30, Ellery se reúne con ella para hacerle un pedido muy importante.

Susan decide no perder más tiempo y aceptar la propuesta de matrimonio pero las cosas no salen como esperaba.

Ellery en realidad le pide que le ayude a decorar la casa donde piensa vivir con su futura esposa, Juanita, una chica rubia más joven que ella.

Susan acepta el pedido y enseguida empieza a odiar a la superficial e insulsa Juanita con toda su alma porque se da cuenta que se va  a quedar con el hombre que siempre amó.

¿No me digan que no les vino a la mente La boda de mi mejor amigo?

Es evidente que el guionista de ese film se basó en este cuento de Montgomery a la hora de escribir el guión.

El final sorpresivo, que impacta a lo M.Night Shyamalan con un divertido giro inesperado, es maravilloso.

Otro relato que me sorprendió fue La novia del medico.

En este caso la trama se centra en otro viejo solterón de treinta y pico que se enamora de una chica de 15.

El conflicto es narrado por una viejita de setenta años que es la única persona de la comunidad que no ve al medico como un pervertido.

La mujer se da cuenta que el amor que surge entre el doctor John y Marcella es verdadero y apoya a la pareja a que no se deje llevar por las opiniones ajenas.

Sin embargo, el padre de la joven, que no está de acuerdo con la relación, decide trasladar a su hija a otro país por cinco años para que se olvide del médico. Antes de partir Marcella le promete al doctor que ella volverá para reunirse con él.

Richard Barry ni siquiera le permitió ver a solas al doctor John, Marcella tuvo que despedirse de él frente a la mirada fría y despectiva de aquel hombre de mundo. Sólo hubo un apretón de manos y una mirada larga y profunda, más tierna que cualquier beso y más elocuente que cualquier palabra. 

Montgomery luego juega con el suspenso que genera la separación de los protagonistas. ¿Volverá Marcella después de cinco años o sus sentimientos hacia John eran una confusión adolescente?

Algo que me encanta de la obra de esta autora es que trabaja los conflictos sentimentales con mucho realismo y honestidad. Sus personajes no son protagonistas de telenovelas brasileras sino persona reales. Hombres y mujeres con quienes el lector se puede conectar emocionalmente.

Un elemento que también se puede apreciar en los trabajos de Louise May Alcott (Mujercitas) que me engancharon por la misma razón.

Si quieren disfrutar de una gran propuesta romántica, La novia espera está disponible en las librerías y recomiendo su lectura.