Bajo el planeta de los simios (1970)

Retrospectiva de los monos: Episodio 2

Una de las películas más deprimentes que se hicieron en el género de ciencia ficción.

Cuando la historia termina quedás en un estado de depresión y desolación mientras los créditos finales corren por la pantalla sin música.

La culpa es de Charlton Heston, pero para entender las razones por las que el estudio Fox hizo un film tan oscuro es necesario conocer los orígenes de este proyecto.

El planeta de los simios fue un enorme suceso internacional en 1968 y dos meses después de su estreno los productores empezaron a gestar la continuación.

Sin embargo, se encontraron con dos barreras importantes que afectaban a este proyecto.

El primer contratiempo era Charlton Heston.

El actor odiaba el concepto de las continuaciones y sentía que era innecesario hacer otra película con esta historia. El propio director de Fox, Richard Zanuck, tuvo que convencerlo para que fuera parte del film, debido a que su presencia era esencial para la trama.

Heston finalmente cedió pero puso una serie de condiciones.

Su personaje debía morir en la historia y no sería el protagonista. Además su sueldo sería donado a una entidad benéfica.

Por otra parte, el actor exigió que el argumento cerrara la historia de un modo que no permitiera la posibilidad de ninguna otra secuela en el futuro.

Los productores aceptaron la propuesta porque su presencia era vital para vender el film, pero se encontraron con otro problema mayor.

La compañía Fox se encontraba en la peor crisis financiera de su historia y no había dinero para hacer una película más ambiciosa que la obra de 1968.

Si bien aquella producción fue un éxito comercial, el estudio perdió muchísimo dinero con otros títulos quefracasaron en los cines como Star! (1968), Hello Dolly (1969) y el film bélico Tora! Tora! Tora! (1970).

Por ese motivo los productores delegaron la dirección en Ted Post (quien años después se convertiría en un frecuente colaborador de Clint Eastwood), un realizador que venía de la televisión y se especializaba en trabajar con presupuestos moderados.

La película se hizo con menos plata que la original y Post se las ingenió para aprovechar de la mejor manera posible el financiamiento limitado que tenían.

Como la plata no alcanzaba para cubrir el costo de los efectos de maquillaje que había tenido la producción anterior, sólo los monos principales contaron con una caracterización más elaborada y el resto de los extras usaron máscaras más rústicas.

El rol principal quedó a cargo de James Franciscus, un actor que venía de la televisión y tenía un cierto parecido físico con Heston.

En los primeros minutos de Bajo el planeta de los simios se repetían las escenas finales de la película de 1968 y luego seguía el destino de los personajes de Heston y Linda Harrison, que volvía a interpretar a la humana Nova.

Los personajes vivían una serie de incidentes en la Zona Prohibida y cuando el astronauta Taylor investigaba esos sucesos de repente desaparecía de un modo misterioso.

Mientras tanto otra nave espacial con astronautas llegaba al planeta de los simios en búsqueda de Taylor.

El astronauta Brent (Franciscus), el único sobreviviente del viaje, al poco tiempo encontraba a Nova y juntos emprendían la búsqueda de Taylor.

La primera parte del film era prácticamente un refrito de la entrega previa con un nuevo personaje al que no le asombraba demasiado encontrarse en un planeta habitado por simios inteligentes.

Luego la película se volvía mucho más interesante cuando los protagonistas exploraban las ruinas subterráneas de Nueva York, donde descubrían una civilización de mutantes humanos que tenían poderes psíquicos.

El Dios de los mutantes era una bomba atómica.

El director Post hizo un gran trabajo en su narración con el misterio que tenía esta nueva civilización y es evidente al ver la película que todo el presupuesto  fue para al diseño de producción del mundo subterráneo que era espectacular.

Roddy Mcdowall quien había interpretado al mono Cornelius no pudo ser parte de este proyecto y terminó reemplazado por otro actor, aunque su presencia no se sintió en la historia ya que los monos tenía un rol más secundario.

El guión corrió por cuenta de Paul Dhen, quien había sido responsable de los filmes de James Bond, Goldfinger y La espía que me amó.

El escritor tuvo que darle forma a la historia para complacer las demandas de Charlton Heston.

Por esa razón la trama tuvo un final oscuro y deprimente donde las situaciones que ocurrían en los minutos finales no permitían continuar la historia en entregas posteriores.

La intención de esta conclusión también buscaba repetir el mismo impacto que había tenido la película de 1968.

Algo que conseguía en cierto modo ya que nadie se esperaba que el final fuera tan deprimente.

Bajo el planeta de los simios se estrenó en mayo de 1970 y fue un gran éxito comercial al recaudar más de 20 millones de dólares, una cifra enorme para aquellos días. La críticas no fueron demasiado buenas pero con el paso del tiempo se volvió una producción más valorada.

Entonces comenzaron los problemas para Fox.

Cuando el estudio atravesaba su peor momento financiero los simios le dieron un respiro con un suceso en la taquilla que la compañía necesitaba desesperadamente.

Sin embargo, habían matado a la gallina de los huevos de oro con ese final dramático que impedía gestar otras continuaciones.

Ahora los productores tenían el desafío de salir de ese enredo y buscar la manera en que la saga pudiera seguir adelante.

Por más que la idea no le gustara a Charlton Heston los simios tenían su público y generaban mucho dinero para Fox.

Finalmente la idea para una nueva historia surgió y se convirtió en uno de los filmes más elogiados de esta saga.

El avance de Bajo el planeta de los simios.