Buck Rogers: Armageddon 2419 A.D.

Siempre consideré a Buck Rogers la versión intelectual de Flash Gordon.

Un personaje que más allá de brindar una propuesta similar al aventurero del planeta Mongo, los contenidos de sus historias siempre brindaron conceptos interesantes en materia de ciencia ficción.

Por esa razón el debut literario del personaje en la novela Armageddon 2419 A.D., de Philip Francis Nowlan, es considerada una de las grandes Biblias del género.

A diferencia de Flash que tuvo su origen en los cómics años después en 1934, Rogers debutó con un relato en prosa el 28 de agosto de 1928 en la clásica revista Amazing Stories.

El personaje tomaba un concepto similar a lo que había sido el primer relato de John Carter en Una princesa de Marte (1914).

Anthony Rogers es un veterano de la Primera Guerra Mundial que trabajaba para una compañía de gas. Un día lo envían a investigar una minas de carbón en Wyoming donde se reportó la emanación de unos gases extraños.

Al llegar al lugar y tomar contacto con ese gas de origen radioactivo Anthony se desvanece y queda dormido durante 492 años.

Cuando se despierta, con sus facultades físicas y mentales intactas, descubre que se encuentra en el año 2419. Los Estados Unidos fueron conquistados por los chinos y los norteamericano se dividieron en pandillas que combaten el régimen de los asiáticos.

Todo esto es un mundo donde la tecnología futurista juega un papel fundamental.

Luego de salvar a una mujer del ataque de una banda de pandilleros que se unieron a los chinos, Anthony conoce a Wilma Deering, uno de los personajes más importantes e icónicos en la historia de la literatura pulp.

Wilma pertenece a uno de los grupos que integran la resistencia en contra del Imperio Han y luego se convierte en el clásico interés romántico de Rogers.

Sin embargo, el personaje trascendió por tener un perfil completamente diferente al tradicional rol femenino en este género literario.

Junto con Domino Lady (sobre quien escribiré en otro momento) y Dejah Thoris ( de la saga John Carter), Wilma fue una de las primeras heroínas de acción y su personalidad iba a contramano de la tradicional damisela en apuros, representada en Dale Arden, la novia de Flash Gordon.

Wilma estaba a la par de Rogers y tenían un rol importante dentro de la aventura.

Esta primera novela que hoy podría ser acusada de tener elementos racistas contra el pueblo chino no dejaba de ser un retrato de la paranoia que había a comienzos del siglo 20 por el hecho que atacara Occidente y terminara conquistando ese territorio.

Armageddon 2419 se centra a pleno en las estrategias militares y el uso de la tecnología futurista, donde los hombres podían volar con trajes especiales. En este libro apareció por primera vez el concepto de los lentes infrarrojos, la telefonía celular, la televisión y la bazooka como arma de alto calibre.

La historia de Nowlan también se enfocaba muchísimo en el concepto de la exploración del espacio, algo  que influenciaría la imaginación de numerosos artistas que vendrían después.

Uno de lo casos más famosos sería el de Gene Rodenberry, el creador de Star Trek.

El éxito de esta novela generó una continuación titulada The Airlords of Han, donde Rogers y Wilma lideran el enfrentamiento final contra los chinos.

Sin embargo el personaje explotó en la cultura popular con su adaptación en los cómics donde tendría un perfil diferente.

El propio autor se encargó de trasladar a Rogers en la historieta donde implementó numerosos cambios.

Anthony pasó a llamarse Buck y los conflictos se relacionaban más con la ciencia ficción disparata, donde el héroe se enfrentaba a diversas razas alienígenas en sus viajes por el espacio.

El romance con Wilma también cobró mucha más importancia y el tono bélico de las novelas originales quedó erradicado.

Buck Rogers enseguida se convirtió en un fenómeno internacional y esto tuvo sus repercusiones en el cine hollywoodense y obviamente en el campo de los cómics.

En próximas notas me estaré refiriendo a las producciones que se hicieron con Buck en los medios audiovisuales.

Dentro de la historieta inspiró numerosos clones que luego llegaron a trascender con su propia identidad como Flash Gordon y el viejo y querido Adam Strange, de la compañía DC.

Los derechos de las dos novelas originales de Philip Francis Nowlan actualmente son de dominio público y se pueden conseguir con facilidad en internet.

Una muy buena recomendación para quienes deseen conocer los orígenes de uno de los grandes íconos de la ciencia ficción y la literatura pulp.