Un perfil de Doctor Strange

En materia de superhéroes e historias basadas en cómic, Dr. Strange es la película más importante del año.

En esta afirmación no tiene nada que ver ningún fanatismo obtuso por la compañía Marvel sino hechos concretos.

Después 53 años uno de los grandes personajes de culto clase B de esa editorial finalmente tendrá la difusión masiva que merecía. Al igual que los Guardianes de la Galaxia, las historias de Strange nunca fueron populares y por lo general eran leídas por un selecto grupo de lectores que apreciaban al hechicero supremo.

Hoy Strange tiene varias revistas en Marvel y en breve será reconocido por todo el mundo gracias a la nueva película que se viene en los cines.

Celebro el gran momento que vive el personaje porque es un héroe que dentro de universo de ficción tuvo un origen especial.

A diferencia de las grandes creaciones de esa editorial, como Spiderman, Daredevil o Hulk, Strange fue un héroe de relleno creado exclusivamente para completar las páginas de la revista Strange Tales, que a comienzos de los años ´60 protagonizaba la Antorcha Humana de los Cuatro Fantásticos.

Steve Ditko, quien había co-creado a Peter Parker con Stan Lee, le presentó la idea a Stan Lee, quien aprobó el personaje sin mucho entusiasmo, ya que no tenían intenciones de desarrollarlo.

Strange era apenas un relleno de cinco páginas para completar una revista.

El personaje se concibió a las apuradas y fusionaba de manera burda el modelo de héroe creado por Lee Falk en Mandrake y el el esoterismo de Chandrú, el mago, un viejo héroe que había protagonizado un popular radioteatro en Estados Unidos.

Una producción que hubiera quedado en el olvido de no ser por Mandrake que consolidó a esta clase justiciero en los cómics.

El personaje de Falk quedó en el recuerdo por ser el primer superhéroe místico en la historia de este arte y su éxito fue tan grande, que al igual que Tarzán derivó en una enorme cantidad de clones que aparecieron en los kioskos de revistas hasta mediados de los años ´50.

En total fueron más de 250 y podemos citar a Zatara, Mr Mystic, Mantor, el mago, Kardak, el místico, Mystico, el hombre maravilla, Balbo, el chico mago, Mr.Magic, Magga, la magnífica, Dr.Miracle, Dr. Mystic, Dr.Drew, Dr.Diamond, Dr.Nika y Dr.Quartz entre tantos otros.

Ahora bien, ¿qué tuvo de especial Stephen Strange para que lograra mantenerse vigente durante tanto tiempo?

La respuesta es que fue una propuesta que surgió en el momento adecuado.

Doctor Strange debutó en los cómics en 1963, cuando el concepto del mago esotérico estaba completamente olvidado, y el tratamiento de los elementos sobrenaturales lo convirtieron en un personaje diferente a lo que ofrecía Marvel por aquellos días.

No obstante, insisto en resaltar la falta de confianza que le tenían Stan Lee y Ditko a Strange a tal punto que ni siquiera se preocuparon por darle un origen al héroe.

Algo que no tenía antecedentes en la editorial. Siempre el primer número de una creación de Lee se enfocaba en el origen del protagonista.

El tema es que Strange era un producto de relleno para completar una revista y por esa razón no le dieron importancia.

Sin embargo, a raíz de las cartas de los lectores a la editorial, que demandaban saber de dónde había salido el personaje y cómo se convirtió en hechicero, recién en su cuarta aparición se presentó un breve origen.

En este punto las cosas se volvieron realmente interesantes, ya que a diferencia del resto de los héroes que eran tipos nobles, quienes eventualmente adquirían habilidades especiales, Stephen Strange era una basura de persona.

Un hombre extremadamente egocéntrico que utilizaba su talento como cirujano simplemente para llevar una vida acomodada. No le interesaba la salud de los pacientes, a quienes consideraba clientes, y  si no podían pagar sus elevados honorarios directamente nos lo atendía.

Todo lo contrario al alter ego de Thor, el doctor Donald Blake que tenía más corazón.

El destino sin embargo obligó a Strange a sumergirse en un baño de humildad cuando un accidente automovilístico arruinó los nervios de sus manos.

Desesperado por la falta de trabajo y su destierro del campo de la medicina, Strange viaja al Tíbet para buscar a un supuesto curandero chino que podría sanar sus manos.

El hombre conocido como El Anciano resulta ser un poderosos hechicero experto en las artes místicas y en un principio rechaza a Strange debido sus actitudes egoístas. Cuando Stephen impide el intento de asesinato del Anciano, por parte de uno de sus discípulos, el místico decide entrenarlo en el dominio de la magia.

Pese a que el personaje empezó a tener repercusiones entre los lectores, Doctor Strange fue un héroe clase B durante la mayor parte de la década del ´60.

Inclusive cuando la Antorcha Humana fue reemplazada por Nick Fury en Strange Tales, el hechicero no aparecía en la portada.

Su protagonismo fue muy pausado y recién empezó a cobrar fuerza a partir de 1967 cuando los guiones quedaron a cargo de Roy Thomas.

Este es el momento clave en la historia del personaje, ya que Thomas le dio identidad propia a Strange, quien dejó de ser un clon de Mandrake para trabajar el concepto de los magos desde un enfoque diferente.

Durante esta etapa el guionista trabajó el concepto de la magia a través de la psicodelia y el surrealismo. Sumado a los conceptos esotéricos y espirituales de Oriente, Doctor Strange enseguida se convirtió en un símbolo de la contracultura hippy que estaba en pleno apogeo en ese momento.

Aunque Thomas y Ditko nunca experimentaron con drogas, los artistas supieron trasladar la experiencia lisérgica que causaban los alucinógenos a través de los viajes astrales que tenía el protagonista.

Un elemento que desde la estética tenía una gran influencia del arte de Salvador Dalí.

Strange fue un personaje que supo conectar profundamente con una cultura que cobraba fuerza en ese momento y eso lo convirtió en un superhéroe único y especial que a mediados de los años ´60 no tenía comparación con ninguna otra propuesta.

En la editorial Marvel durante años estuvieron convencidos que los únicos lectores de Strange era los fumones de marihuana que compraban la revista con fidelidad.

Si bien el hechicero nunca llegó a tener la popularidad masiva de Iron Man o el Capitán América, en este universo de ficción se convirtió en un personaje de culto que supo cosechar sus seguidores.

Cuando la editorial decidió darle su propia revista a Nick Fury, Strange Tales se convirtió en Doctor Strange, donde finalmente el personaje apareció en historias más extendidas.

En los años ´70 el superhéroe participó en una historia de tres números en la revista Marvel Feature, donde compartió una aventura con Namor y Hulk.

Ese proyecto derivó luego en el lanzamiento de Los Defensores, una de las más grandes agrupaciones de la compañía  que contribuyó a darle más popularidad al hechicero, al mismo tiempo que lo conectó con el resto de los personajes.

Ya lo reseñé en detalle ese cómic en otra nota por lo que no me voy a detener en este punto.

A partir del surgimiento de Los Defensores, Strange se insertó con más fuerza en el universo Marvel si bien perdió un poco esa psicodelia y misticismo que tenían sus historias.

El hechicero supremo durante esos años pasó a ser un superhéroe más genérico hasta que volvió a sus fuentes con el segundo gran relanzamiento del personaje en 1988.

Una vez más Roy Thomas trabajó las historias de Strange en el mundo de la magia y el esoterismo, si bien los conflictos también involucraron a otros superhéroes conocidos.

Sin convertirse en pasión de multitudes, Doctor Strange logró mantenerse vigente durante todos estos años. Desde el 2015 el cómic  desarrollado por Jason Aaron y Chris Bachalo vive un momento formidable que se destaca entre lo mejor de Marvel en la actualidad.

Si no tenés ganas de leerte todas los cómics de Strange pero querés disfrutarlo en una de sus mejores historias,  la gran recomendación es buscar la novela gráfica Triumph and Torment, de 1989.

Probablemente la gran obra maestra relacionada con el hechicero.

Esta es una aventura épica que el Doc comparten con Doctor Doom, el villano de los Cuatro Fantásticos.

Un tremendo dramón que retrató el perfil más compasivo del mago. En ese relato Strange ayuda a Doom a recuperar la cenizas de su madre que yacen en el Infierno.

Excelente historia de Roger Stern (uno de los mejores guionistas que trabajaron a Superman) que contó con el arte de Mike Mignola, el creador de Hellboy.

Esa es una propuesta esencial para conocer y disfrutar a este gran personaje que hoy atraviesa su mejor momento.

No todo pasa por los X-Men y los Vengadores, expandan su mente y busquen las historias de Doctor Strange y los Defensores que se destacan entre las mejores obras de Marvel.