Excalibur (1981)

Retrospectiva Camelot: Episodio 19

Todo bien con el cine pretencioso de Robert Bresson y Éric Rohmer que tanto encandila a los críticos de cine. Muy especialmente a los snobs.

Ahora cuando se trata la temática del mito artúrico en la pantalla grande, la primera película que viene a la mente, la opción más popular es Excalibur.

Obra maestra suprema e insuperable de Hollywood.

Este tremendo video, que seguramente editó un amante del film de John Boorman es más que elocuente.

https://www.youtube.com/watch?v=y3cXcS49D64
Sin palabras.

Entiendo que el cine experimental resulte atractivo para algunas personas a la hora de de conectarse con otros enfoque narrativos, pero dentro de esta temática Excalibur fue es y será la obra definitiva, dentro del tratamiento de la leyenda.

Por eso también es interesante ver las películas que adaptan a estos personajes desde un enfoque diferente, ya que la versión clásica la contó como nadie Boorman.

Como vimos claramente en este informe, luego de la década de 1970, que se caracterizó por ser un período experimental del mito artúrico en el cine, en Hollywood decidieron volver a las fuentes y trabajar esta historia desde el cine épico.

Excalibur fue una película que en realidad nació de manera accidental, ya que Warner Bros no tenía pensado realizar un film sobre la leyenda de Camelot.

John Boorman, que siempre fue un amante de esta temática, en 1969 había concebido un proyecto sobre la historia de Merlín pero el guión fue rechazado por todos los grandes estudios.

United Artist le ofreció en cambio adaptar El señor de los Anillos de Tolkien y la producción de ese film llegó a avanzar bastante hasta que luego se suspendió por una cuestión de financiamiento.

Boorman entonces decidió volver a la leyenda de Camelot para hacer una película basada en la famosa versión literaria de Thomas Mallory, La muerte de Arturo.

En Warner Bros, que no estaban precisamente apasionados con la idea, aceptaron financiar la película a cambio que Boorman dirigiera El exorcista 2.

El director odió hacer esa película y las continuas re-escrituras del guión derivaron en una de las peores películas de terror en la historia del cine. El fracaso comercial y las malas críticas que recibió la continuación del clásico de William Friedkin no ayudaron a que el proyecto de Camelot fuera realizado por Warner.

Boorman volvió a Europa y consiguió el financiamiento a través de una compañía independiente llamada Orion Pictures, que un tiempo después cobraría notoriedad en Hollywood.

El director utilizó numerosos decorados que se habían creado para la fallida adaptación de El señor de los anillos y aunque el presupuesto que consiguió fue apenas de 11 millones de dólares, al menos logró tener el control creativo del proyecto.

Excalibur fue filmada íntegramente en Irlanda y el reparto estuvo conformado por actores jóvenes que recién comenzaban sus carreras y no eran conocidos a nivel popular.

Varios de ellos luego se volverían famosos en Hollywood en los años siguientes, como fueron los casos de Gabriel Byrne (Uther), Liam Neeson (Gawain), Patrick Stewart (Leondegrance), Nicholas Clay (Lancelot) y Helen Mirren (Morgana).

La única figura relativamente conocida dentro del elenco era Nicol Williamson, quien brindó una extraordinaria interpretación de Merlín, y era considerado uno de los mejores actores de su generación, junto con Marlon Brando.

Boorman le dio el papel de Merlín por el simple hecho que tenían una pésima relación personal con Helen Mirren, con quien había trabajado en una adaptación teatral de Macbeth.

El director buscaba que esa enemistad que había entre ellos se trasladara en los personajes y la realidad es que funcionó porque la tensión y el desprecio que se da entre Morgana y Merlín era tremenda.

Excalibur es mucho más que otra película del mito artúrico y creo que trascendió por ofrecer una auténtica experiencia visual que no tenía precedentes en el cine.

Desde la primeras escenas con la presentación de Merlín y la poderosa música de Trevor Jones, el film te sumerge por completo en la leyenda que presentan estos personajes.

A diferencia de las producción previas que se habían hecho en el pasado, y que destaqué en este informe, lo genial de la obra de Boorman es que se concentraba a pleno en la fantasía y los aspectos mitológicos de este relato.

Excalibur interpretó la obra de Mallory desde las raíces celtas de la historia de Arturo y eso le dio un marco especial al film.

Por otra parte, Boorman le dio una oscuridad al tono del conflicto que no tenía antecedentes en la pantalla grande.

Acá nos encontramos con un auténtico drama shakesperiano que encima te hipnotiza por la opulencia de la puesta en escena.

Todo el trabajo que hicieron con la extraordinaria fotografía de Alex Thomson, la música de Trevor Jones, el diseño de producción y las secuencias de acción terminaron por brindar la adaptación más épica de esta leyenda en el cine.

Pasaron los años y es una película que no deja de sorprender por el trabajo de los actores y el espectáculo impactante que ofrece.

La escena donde suena el segmento más famoso de la ópera Carmina Burana, de Carl Off, sigue siendo un momento sublime que te pone la piel de gallina.

No obstante, Excalibur no es perfecta y tiene algunas debilidades que se le pueden objetar al guión.

El tratamiento de la leyenda que presenta Boorman se concentra demasiado en los personajes masculinos y con excepción de Morgana excluye del drama roles femeninos importantísimos en esta historia como Guinevere y la Dama del Lago que juegan un papel clave en esta leyenda.

Según Boorman esto fue una elección que tomó desde la concepción del proyecto, ya que le interesaba concentrarse más en en los conflictos internos entre los caballeros de la Mesa Redonda y el rol de Merlin en la gestación de Camelot.

Más allá de esta cuestión Excalibur presentó un relato muy interesante donde se exponía claramente el final de la tradición de los druidas y la vieja mitología celta, representada en la figura deMerlín, a raíz de la expansión del cristianismo.

La magia desaparece en el mundo para ser absorbida por la religión organizada.

Con todas sus imperfecciones argumentales, después de tanto tiempo, sigue siendo la obra maestra del mito artúrico en el cine.

Eso no significa que otra adaptaciones de esta leyenda que vinieron después sean películas pobres, por el contrario, se hicieron cosas muy buenas que iremos viendo en este informe.

Sin embargo, el gran clásico épico sigue siendo Excalibur.

Warner Bros se encargó de las distribución del film en el continente americano y el trabajo de John Boorman fue un éxito moderado en la taquilla en 1981. Algo muy loco de esta situación es que en el día de su estreno en Estados Unidos tuvo que enfrentar la competencia menos esperada.

Aunque eso lo veremos en el próximo capítulo.

Un Dato Loco:

Otro artista famoso que surgió de este proyecto fue el director Neil Jordan, quien se encargó de realizar el backstage del film. Años después, Jordan se hizo conocido con películas como El juego de las lágrimas (1992) y Entrevista con el vampiro (1994).

El avance original de este clásico.