Historia de Wonder Woman
Capítulo 4: Un origen inusual (Parte 2)
Para ilustrar y diseñar a Wonder Woman, Marston convocó a Harry George Peter, un caricaturista que en ese momento era conocido por su trabajo en el famoso cómic humorístico, Mutt and Jeff.
Esta elección del psicólogo generó que el arte de las historias de Wonder Woman fuera completamente diferente a lo que se publicaba habitualmente en DC y en su momento llamó la atención inclusive entre los ilustradores que integraban la editorial.
Marston buscaba una estética diferente para su obra y en el estilo de dibujo de Peter encontró lo que él consideraba la mejor opción.
Peter le otorgó un aspecto más grotesco al diseño de los personajes, una característica que marcaba una notable diferencia en el arte del cómic de superhéroes.
Marston y su esposa no llamaron a la heroína Diana por casualidad, sino que tomaron su nombre de la diosa romana protectora de la naturaleza y la Luna, que era un equivalente literario de Artemisa.
En la actualidad es común encontrar ilustraciones de la diosa Diana que nos remiten directamente a Wonder Woman.
Para el diseño del personaje, Peter se inspiró en las facciones de la amante de Marston, Olive Richards, quien se convirtió en la musa del artista.
Olive tenía la costumbre de usar a menudo unos brazaletes indios en sus muñecas que Peter decidió incorporar al personaje. Un detalle que luego se convirtió en una de las características clásicas de Wonder Woman e inclusive tendría un significado importante dentro de la historia.
La primera aventura que introdujo a la heroína en 1941 fue completamente inusual y presentaba en sus dos primeras páginas un texto de prosa donde se narraba los orígenes del mundo de la protagonista.
A diferencia de otros cómics que apostaban más a las imágenes quea los textos, Marston le dio una complejidad a su proyecto que no era habitual en este medio.
La introducción de Diana era narrada en primera persona por su madre, la Reina Hipólita, quien le describía al lector el mundo de las amazonas.
Un pueblo que se había establecido como una nación pacífica de mujeres y gracias a sus habilidades en el combate lograron reprimir a todos los invasores que intentaron conquistarlas.
Una de las claves de su victoria residía en un cinturón mágico que Afrodita le había dado a Hipólita, cuyos poderes la convertían en una líder invencible.
Hércules, que era presentado como un villano, celoso porque las amazonas fueran más fuertes que él un día decidía conquistarlas y resultaba humillado en la batalla.
Al comprobar que no podía vencerlas por la fuerza, Hércules entonces optaba por seducir a Hipólita y le hacía creer que estaba enamorado de ella.
Una noche durante un momento de descuido, el griego engaña a la reina para que le deje tocar el cinturón mágico. Sin embargo, Hércules se apodera del cinturón y todas las amazonas pasan a convertirse en esclavas de los hombres.
Mientras las mujeres son sometidas por los guerreros de Hércules, Hipólita le pide ayuda a Afrodita, quien le había advertido a la amazona que nunca descuidara el cinturón.
Afrodita se apiada de las mujeres y les otorga la fuerza para liberarse del yugo de los griegos. Para salvar sus vidas, la diosa decide alojar a todas las amazonas en una tierra especial llamada Isla Paraíso, donde se les ordena vivir como seres inmortales alejadas de los hombres.
Sin embargo antes de concretar ese plan Afrodita les impone otra condición. Las amazonas deberán llevar para siempre los brazaletes de esclavas como una recordatorio de los tormentos que sufrieron bajo el dominio de los hombres.
Los brazaletes entonces pasan a representar un símbolo de sumisión a los deseos de Afrodita.
Luego de esta larga introducción con contenidos mitológicos, el cómic finalmente nos presenta a Diana, la hija de la reina, quien fue concebida en arcilla por su madre y obtuvo la bendición de los dioses griegos.
Una fuerza superior a la de Hércules, más velocidad que Mercurio, la sabiduría de Atenea y la belleza de Afrodita.
El destino de Diana como futura reina de las amazonas se ve alterado cuando un avión militar tripulado por el piloto norteamericano Steve Trevor se estrella en Isla Paraíso, que era una tierra prohibida para los hombres.
Hipólita entonces organiza un torneo para elegir a la guerrera más destacada que se encargará de trasladar al soldado al mundo de los humanos y servir en ese lugar como una embajadora de las amazonas.
A Diana le prohiben participar del torneo por ser la hija de la reina, pero la joven oculta su identidad y compite como una guerrera más.
Para sorpresa de todo el mundo, Diana resulta ser la gran ganadora y acepta la misión de abandonar su hogar para establecerse en el mundo de los hombres.
Hipólita le da un nuevo uniforme que consiste en un top y una falda que llevan los colores de la bandera norteamericana.
Diana entonces se establece en la Tierra como una enfermera del ejército mientras ayuda a la fuerzas de los Aliados como Wonder Woman a combatir los nazis.
Esta primera aventura se publicó días después del ataque japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, que impulsó la entrada de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Dentro del conflicto se podía percibir una marcada impronta patriótica que estaría asociada con la primera etapa del personaje.
Sin embargo, en DC no compartían los mismos ideales progresistas de Marston y su esposa y el relato se publicó como un complemento en las páginas finales de una historia de la Sociedad de la Justicia, en el número ocho de All Star Comics.
Como se puede ver en la siguiente imagen, la primera aparición de Wonder Woman ni siquiera se promocionaba en la portada.
Las superheroínas no eran un buen negocio para el editor M.C.Gaines y por esa razón el cómic de Marston no tuvo ningún tipo de difusión
En las oficinas de DC jamás imaginaron el impacto que tendría en los lectores esa primera aparición de Wonder Woman cuando llegó a los kioskos.
Los cómics de superhéroes comenzaban una nueva era.
Continuará.
