Flash Gordon en Marte (1938)
Sin ánimo de ofender a nadie, debo confesar que me cuesta bastante tomar en serio a los supuestos fanáticos del cómic y el cine que desconocen los viejos seriales de Hollywood, que fueron pioneros en darle vida a los héroes de la historieta en la pantalla grande.
Es una parte de la historia del séptimo arte que no se puede ignorar o desconocer si te gustan estos temas.
La esencia más pura de lo que hoy llamamos «cine pochoclero» nació en este formato que brindó historias inocentes pero muy divertidas.
Dentro de ese período hubo mucho héroes como Superman, Batman y Shazam que protagonizaron muy buenas producciones, sin embargo Flash Gordon llevó el concepto del serial a otro nivel.
En mi opinión la trilogía Gordon de Universal es la gran obra maestra de los seriales de Hollywood y además califica entre la mejores y más fieles adaptaciones que se hizo de un cómic en la historia del cine.
Luego de esa primera y brillante entrega de 1936 (previamente reseñada en el blog) que fue un suceso internacional, el héroe de Alex Raymond regresó dos años después a los cines con una segunda entrega.
Si bien fue otra propuesta muy entretenida, Flash Gordon en Marte (Flash Gordons´s Trip to Mars) fue un serial que resultó víctima de los organismos censores del cine norteamericano que para 1938 empezaban a tener más poder en Hollywood.
Como mencioné en la reseña de la primera parte de la trilogía, el serial de Flash generó bastante controversia en su momento por la tensión sexual que se retrataba entre el protagonista, su novia Dale Arden y la princesa Aura, quienes se disputaban la atención del héroe.
A esto se sumaban las sensuales vestimenta de los principales personajes femeninos que eran bastante jugadas para el cine de 1936.
La calidad cinematográfica de Flash Gordon en Marte decayó un poco debido a determinados hecho que se generaron en la producción.
La era de la Gran Drepresión eventualmente afectó a los estudios de cine y Carl Laemmle y su hijo (los fundadores del Dark Universe en Universal) se vieron obligados a vender la compañía.
Los nuevos dueños tuvieron que abaratar costos debido a la crisis económica y estas propuestas fueron realizadas con presupuestos más ajustados.
Barney Sarecky, quien año después fue responsable de crear la serie de Superman con George Reeves, se hizo cargo de Flash Gordon gracias a su experiencia en las compañía Republic y Mascot, que eran las otras grandes productoras de seriales.
En esta oportunidad no había dinero para recrear los ambiciosos e impactantes decorados de la primera entrega y los realizadores acudieron a un truco sucio para engañar la imaginación del espectador.
Sin ningún tipo de escrúpulos Sarecky robó numerosas escenas de la película de ciencia ficción de 1930, Just Imagine, que encima pertenecía a los estudios Fox.
Todas las escenas donde se muestran la ciudad de Nueva York y los vuelos en cohete de Flash provenían de este film. Fox tranquilamente podía haber hecho una demanda por plagio pero eso nunca sucedió.
Como tampoco había plata para pagarle a un compositor para que creara una nueva banda de sonido, Sarecky utilizó piezas musicales de otro clásico del Dark Universe como fue La hija de Drácula (1938).
Al margen de estas cuestiones que pasaban desapercibidas para el ojo del espectador, debido a un ingenioso trabajo de edición, Flash Gordon en Marte fue víctima de los organismos censores de ese momento.
Todas las referencias sexuales que había tenido la primera entrega se eliminaron y el romance quedo reducido a un plano muy secundario.
Uno de los cambios más bruscos se produjo en la apariencia de la actriz Jean Rogers que dejó de usar vestidos sensuales para ser retratada prácticamente como una monja.
Dale Arden en esta ocasión usaba horrendos vestidos oscuros que cubrían su cuerpo como si fuera miembro de una comunidad amish.
En la siguiente imágenes pueden ver con claridad la transformación que tuvo el personaje.
Dale Arden en 1936
Dale Arden en 1938
La decisión que que la actriz luciera una cabellera morocha tuvo la finalidad der retratar a Dale como en el cómic, sin embargo en lo referente a su vestuarios fueron mucho más conservadores.
Buster Crabbe (Flash), Charles Middleton (Ming) y Frank Shannon (Profesor Zarkov) también volvieron a interpretar los personajes principales y en esta oportunidad se sumaron al reparto dos nuevas incorporaciones.
Beatrice Roberts interpretó a Azura, la Reina de Marte que aparecía en los cómics y Donald Kerr interpretó al bizarro Happy Hapgood, un periodista que tenía como 40 años y se comportaba como si fuera un chico de 18 años.
Happy cumplía el clásico rol del escudero graciosos del héroe medieval, que en este caso por accidente terminaba encerrado en la nave que transportaba a Flash y sus amigos a Marte.
La función del personaje era brindar el contenido humorístico en la historia, algo que no tenía la primera entrega.
En la trama el emperador Ming se trasladaba a Marte para continuar con sus planes de aniquilamiento de la Tierra. Con la colaboración de la reina Azura creaba un artefacto que podía extraer elementos vitales de la atmósfera. Algo que generaba numerosos desastres naturales en los continentes.
Flash y sus amigos entonces organizaban una expedición al espacio para encontrar un zafiro que les permitía anular el arma de Ming.
Pese a las limitaciones del presupuesto Flash Gordon en Marte brindó una gran aventura que capturaba la esencia del cómic de Alex Raymond.
Las escenas de acción y aventuras estaban muy bien logradas y presentaba algunos conceptos creativos como la raza de hombres arcilla, que en 1936 lograban ser aterradores.
Lo peor de este serial pasa por el patético y lamentable retrato de Dale Arden, quien sólo tenía la función de gritar y desmayarse en las situaciones de peligro.
Si bien este serial se hizo unos años antes que aparecieran las primera heroínas del género, como Jungle Girl, la versión femenina del Zorro, Brenda Starr y Tiger Woman, el rol de Jean Rogers, que era una muy buena actriz quedó muy limitado.
Motivo por el cual la actriz rechazó el papel para la tercera entrega, debido a que tenía muy poco para hacer en la trama.
Mejor suerte tuvo Beatrice Roberts en el papel de la reina de Marte que tenía un rol más destacado.
Flash Gordon en Marte fue un enorme suceso internacional y recibió excelentes críticas de la prensa que terminaron por consolidar a Buster Crabbe como uno de los grandes héroes de acción de fines de los años ´30.
Siete meses después del estreno del serial Orson Welles produjo un fenómeno de histeria masiva en los Estados Unidos con su adaptación de La guerra de los mundos en un radioteatro.
El realismos del show llevó a pensar a mucha gente que el planeta era invadido por extraterrestres y esto genero un caos en muchas ciudades.
El escándalo de Welles también abrió la puerta al fenómeno de los marcianos en el cine, la literatura y los cómics.
Para aprovechar la repercusión mediática que había generado el radioteatro los estudios Universal editaron los 15 episodios del segundo serial de Flash en una película de 90 minutos que se tituló Mars Attack the World y se estrenó en octubre de 1938.
La trilogía Gordon se completaría dos años después con Flash Gordon conquista el universo que merece una nota aparte.
Los trailers originales de los dos primeros seriales de la saga.