Braven: Una producción de Jason Momoa
En Braven Jason Momoa vuelve a demostrar que es el gran heredero de Arnold Schwazenegger y Sylvester Stallone.
Ante la falta de nuevo héroes de acción Momoa es una de la figuras más interesantes que surgieron en estos últimos años y se lo ve con ganas de sobresalir en el género.
Esta película es una producción independiente que representa el segundo proyecto importante del actor con su compañía Pride of the Gypsies.
Braven es un exponente del cine de acción de la vieja escuela que recuerda los primeros trabajos de Arnold como Triple identidad (1986), donde las secuencias de acción eran brutales y realistas y no estaban contaminadas por el exceso de los efectos digitales.
Una particularidad de esta propuesta es que Momoa reunió un reparto conformado por artistas con los que llegó a entablar una amistad en proyectos anteriores.
Entre ellos se destacan Stephen Lang, el villano de la remake de Conan, Jill Wagner, quien fue parte de la ópera prima del actor, Road to Paloma (que reseñaré pronto), y Zahn McClarnon de la series Frontiers y The Red Road.
En esta propuesta Momoa tuvo la clara de intención de hacer un film de acción clásico que evoca el género de décadas pasadas, pero sorprende también con su contenido dramático donde él especialmente tiene muy buenos momentos.
La historia es muy sencilla.
Joe Braven es un hombre criado en las montañas de Canadá que maneja un astillero y vive con su familia en una cabaña. Su vida cotidiana se ve alterada por la enfermedad de su padre (Stephen Lang), quien sufre alzheimer y necesita tener una compañía permanente.
Mientras el protagonista trata de lidiar con esta situación, un empleado del astillero relacionado con grupo de traficantes de drogas esconde una carga de cocaína en la cabaña de Braven, tras un accidente en la ruta.
Los narcos deciden recuperar el botín en el lugar y asesinar a los miembros de la familia, para que no los identifiquen, pero los Braven defienden su propiedad y eso deriva en una guerra brutal entre las dos facciones.
Momoa delegó la dirección del film en el doble de riesgo Lin Oeding, frecuente colaborador de Christopher Nolan, quien debutó como realizador en este proyecto.
Oeding desarrolló esta propuesta de acción con un marcada influencia del western. Si la historia se desarrollara a fines del siglo 19 y el botín de drogas lo cambiamos por dinero robado de un banco, Braven funcionaría perfectamente, por el tono del conflicto y las características del héroe y su antagonista.
En ese sentido no vamos a encontrar nada nuevo en esta producción que no hayamos visto en otras películas, sin embargo está muy bien hecha y es entretenida.
La película utiliza muy bien los paisajes montañosos de Newfoundland en Canadá para convertir la ambientación en un personaje más de la historia y las secuencias de acción son bastante realistas y brutales.
Al comienzo de la película se destaca una pelea que tiene Momoa en un bar para defender a su padre, que es bastante impactante por el retrato de la violencia.
En la intención de retratar ese momento con el mayor realismo posible el actor perdió el conocimiento debido al golpe que recibió de un doble de riesgo y la filmación se tuvo que suspender un día. No me sorprendió este hecho cuando descubrí la noticia porque hay momentos de la pelea donde se nota que los actores se dejaron llevar por la situación (tal vez demasiado) para que que la escena se viera real.
Disfruté muchísimo Braven y creo que no defraudará a ningún fan del género que busque entretenerse con una película bien realizada.
La historia es predecible y no van a descubrir nada nuevo pero Momoa tampoco la hizo para brindar algo revolucionario,.
No es otra cosa que una producción independiente que expresa su cariño por el género con un buen pasatiempo y funciona.
La pueden encontrar sin problemas en internet y la recomiendo.
Este es el avance.