Historia de Wonder Woman: Volumen 2

Capítulo 46: Un romance frustrado

En la entrega final de la miniserie Legends, Wonder Woman tenía su presentación en sociedad dentro de la comunidad de superhéroes.

Durante la conclusión de la historia ella tomaba contacto con el resto de los personajes que le generaban distintas reacciones.

Tenía un empatía directa con Canario Negro, una distancia hacia Batman y Guy Gardner y desconcierto por Superman.

Su primera reacción en esa escena ante el Hombre de Acero era la de creer que había encontrado un par.

Diana contemplaba a Superman como una especie de dios místico y su presencia le generaba emociones que no comprendía, ya que no estaba acostumbrada a sentirse atraída por un hombre.

Ese primer encuentro tuvo repercusiones en los cómics de ambos personajes y no deja de ser interesante como los autores manejar la situación.

En la revista de Wonder Woman para George Pérez era una cuestión emocional.

Mientras se desarrollan los conflictos centrales, Diana usaba su tiempo descanso para tratar de discernir sus pensamientos hacia Superman. Sentía una enorme confusión ante la falta de experiencia en cuestiones sentimentales y su principal fuente de consulta era la adolescente Vanessa Kapatelis.

Desde la perspectiva de Superman, el guionista John Byrne abordaba esta cuestión de un modo más práctico.

Para ponerlo en términos sencillos, Clark estába caliente con Wonder Woman y su fascinación hacia ella y los sueños reiterados que tenía con la amazona pasaba por una atracción sexual.

Este conflicto que acarrearon los personajes durante varios números eventualmente tuvo su resolución en uno de los cómics más decepcionantes que publicaron en esta etapa.

La condiciones estaban dadas para brindar la historieta más importante de 1988. George Pérez y John Byrne se unían para resolver el romance de los héroes en el número 600 de Action Comics.

Los artistas más relevantes que tenía en ese momento la editorial DC colaboraban juntos con el objetivo de brindar un número especial que se suponía iba a ser la gran propuesta de ese año.

Sin embargo, la cosas no funcionaron como se esperaba y más tarde Pérez recordaría su colaboración con Byrne como un proyecto fallido que no terminó de funcionar.

Cuando la publicista Mindy Mayer se enteraba del conflicto que tenía Diana con Superman, enseguida organizaba una campaña publicitaria para promocionar «el  romance del siglo».

Mindy contactaba a Clark Kent para concretar la reunión pero los dos héroes eludían la prensa para tener una cita en un lugar privado.

Diana llegaba con la expectativa de tomar contacto con el supuesto dios que la tiene encandilada.

Por su lado Superman demostraba tener la sutileza de Hulk en una ceremonia de te japonesa y tras su llegada la besaba de un modo apasionado que no es correspondido por la amazona.

Probablemente el beso más incómodo en la historia de los cómics.

A partir de ese momento Diana enseguida empezaba a notar que había pocas cosas que la unía con el kriptoniano y Superman era actractivo hasta que empezaba a hablar.

Entonces venía la gran decepción de este cómic.

El momento de intimidad que tenía los personajes era muy breve ya que la trama enseguida se encaminaba por la acción y relegaba en un segundo plano los sentimientos de los protagonistas.

Superman y Wonder Woman terminaban por obra de Darkseid en el Olimpo griego, que había sido abandonado por los dioses, y a través de un engaño del villano ambos tenían un enfrentamiento entre sí.

Eventualmente descubría la farsa y desbaratabann los planes de su enemigo.

Durante la aventura Superman se daba cuenta que Wonder Woman estaba en otro nivel, al considerarla una embajadora de los dioses, y él se describía sí mismo como «un muchacho de Kansas»

Diana por su parte llegaba a la conclusión que Clark tenía una visión de la vida muy diferente a la de ella y le proponía que fueran amigos.

En en el número siguiente de Wonder Woman, la princesa amazona enterraba a Superman mientras reflexionaba sobre el frustrado encuentro.

Diana manifestaba su enorme decepción ante el Hombre de Acero a quien describía como «un policía mundial» que buscaba resolver los problemas del mundo a través de la justicia de la piñas.

Algo que claramente entraba en conflicto con su misión pacifista, cuya aspiración residía en ayudar a la humanidad desde otro lugar. Su frustración pasaba por el hecho que Superman se veía más comprometido con detener criminales y villanos, más que generar un cambio de conciencia entre los habitantes de la Tierra.

Un ejemplo contundente que brindó George Pérez y explicaba por qué un romance entre ambos héroes era una pésima idea.

Son dos personajes que tienen ideologías muy diferentes y jamás podrían funcionar en una relación íntima.

Lamentablemente el número 600 de Action Comics hizo poco por explorar esta cuestión, ya que gran parte de relato se enfocaba en la acción más que en explorar la relación de los héroes.

El problema fue que al tratarse de una revista de Superman los roles de los artistas quedaron invertidos. John Byrne se encargó del guión y Pérez del arte y esto impidió que la trama tuviera una mayor profundidad.

Byrne no estuvo a la altura de la circunstancias y carecía de esa sensibilidad que le podría haber otorgado Pérez al encuentro de los personajes.

La trama enseguida se enfocaba en las peleas y el desarrollo del conflicto era mínimo.

Afortunadamente el tratamiento de la relación entre Superman y Wonder Woman luego se trabajó con mayor madurez en el segundo anual de la colección de la amazona.

Un tema que exploraremos la próxima entrega cuando nos metamos de lleno con la rarezas de George Pérez.

Continuará.