TOP 100: Lo mejor del cine gánster (XVI)

25-21

25-INFERNAL AFFAIRS (2002)

A comienzos del siglo 21 el director Andrew Lau ya había dejado su huella en la historia de este género al crear la saga más taquillera con las entregas de Young and Dangerous, previamente destacadas en la lista.

En el 2002 sorprendió, junto a su colaborador Alan Mak, con uno de los filmes más complejos de su filmografía a través de un thriller fascinante que estaba inspirado por la película de John Woo, Contracara.

La diferencia era que en la premisa de esta producción los personajes no cambiaban de rostro sino de identidades.

Lau volvió a trabajar las historias de la Tríada con un argumento que exploraba con una mayor madurez la psicología de los personajes y también se enfocaba en la perspectiva de la policía.

El modo en que construía la tensión a través de la edición fue espectacular porque la trama funcionaba como un rompecabezas y hasta los momentos finales era imposible predecir la conclusión, debido los constantes giros que tenía el conflicto.

Luego vinieron las dos continuaciones que le dieron una mayor complejidad a la historia. La última entrega en especial es una locura con los contantes saltos temporales que desarrollan situaciones antes y después del final de la primera parte.

Una obra del género muy especial que se destaca también entre las mejores labores de la carrera de Andy Lau y Tony Leung.

24-LADY YAKUZA: RED PEONY GAMBLER (1968)

Tremendo peliculón que Quentin Tarantino «homenajeó con mucha fidelidad» en Kill Bill.

Dentro del cine gánster las historias de la Yakuza suelen ser las más misóginas de todas.

En las películas americanas o europeas por lo general los roles femeninos, al igual que en el western, tiene dos personajes limitados.

La esposa del mafioso o la amante que por lo general es prostituta. En la mayoría de los casos no suelen tener gran relevancia en el conflicto central y se desenvuelven en papeles secundarios

En la películas de la Yakuza ocurre lo mismo con la particularidad que a menudo sufren situaciones de violencia. Si no las violan las matan de un modo cruel. Supongo que debe tener que ver con el machismo exacerbado que ya de por sí es parte de esa cultura.

Sister 13 contribuyó a cambiar esa situación en el cine chino, en la mencionada Portland Street Blues, y en Japón Lady Yakuza le dio una mayor relevancia a los roles femeninos dentro del cine de género.

En mi opinión este personaje es la mejor mujer gánster que brindó el cine y no en vano su popularidad derivó en una saga cinematográfica de ocho entregas.

Red Peony Gambler (Hibotan bajuto) presenta en esta franquicia a Oryu, la hija de un jefe de la Yakuza que crece en un ambiente rodeada de mafiosos. La serie se desarrolla entre finales del siglo 19 y  los primeros años del siglo 20.

Luego que un clan enemigo asesina a su padre, la joven emprende su venganza para acabar con los enemigos de su familia, con una espada samurái y un revólver.

Junko Fuji fue la gran protagonista de este film del director Kosaku Yamashita que tendría una enorme influencia en el surgimiento del subgénero Pinky Film.

Con ese nombre se denomina a las películas japonesas de explotación que se centraban en personajes femeninos y contenían una alto contenido erótico.

Lady Yakuza es un personaje muy divertido porque es una experta en la timba y masacra mafiosos con una delicadeza y elegancia que no es común encontrar en esta temática.

Dos caras conocidas del reparto son Ken Takakura, el policía Masahiro de Lluvia Negra, y Bunta Sugawara, el villano, quien luego se convertiría en el clásico colaborador de Kinji Fukasaku.

https://www.youtube.com/watch?v=qodpWNWqcSQ

23-EL SAMURÁI (1967)

¿Qué tiene de especial este film para haya sido clonado en centenares de producciones?

Lo más loco de todo es que los «homenajes» a este clásico del cine francés brindaron también películas estupendas como The Driver (Walter Hill), The Killer (John Woo) y las mencionadas Ghost Dog (Jim Jamursch) y Vengeance (Johnnie To)

Esos son tan solo unos breves ejemplos porque la lista es mucho más extensa.

Por supuesto, como ocurre con los clásicos de este calibre hay que analizarlos en el contexto en que surgieron. En la actualidad no es lo mismo descubrir esta película por primera vez porque el espectador ya cuenta con la contaminación de todos los refritos que se hicieron desde 1967.

Sin embargo, en el momento en que se estrenó El samurái fue muy novedosa ya que le aportó una complejidad y me atrevería a expresar también una poesía muy particular.

Jef Costello, interpretado por Alain Delon, era un un gánster que representaba la antitésis de lo que solían ser los personajes en la pantalla grande.

Un asesino a sueldo que vivía como un monje y su única muestra de humanidad la ofrecía en la relación que tenía con un pájaro.

La trama está impregnada por cierta impronta existencialista con este samurái urbano que desconcertaba al público por su personalidad pero al mismo tiempo era fascinante de seguir.

A no confundirse, Jean Pierre Mellville nunca tuvo la intención de hacer un film para intelectuales, sino que su intención era entretener al público con una mirada diferente del género.

La trama era muy sencilla y ya se había trabajado en numerosas producciones hollywoodenses que también encuentran su homenaje en esta propuesta.

Jeff Costello debe eliminar al dueño de un club nocturno y tras cumplir su misión abandona el lugar. La pianista de turno que trabajaba en el club es testigo del crimen y de esa manera comienzan los problemas para el protagonista.

Por un lado es acechado por la policía que lo tiene en la lista de los principales sospechosos del homicidio y sus jefes planean eliminarlo para evitar que hable sobre ellos.

La trama no podía ser más simple pero es el modo en que el director narró este relato lo que marcó la diferencia.

Una película que no tiene diálogos en los primeros 10 minutos y pese a todo uno no puedo evitar quedar fascinado con este particular personaje.

22-CALLES SALVAJES (1973)

Martin Scorsese ya había explorado el género gánster en Boxcar Bertha y si bien fue una muy buena película, que destaqué en esta lista, carecía de la identidad personal que luego tendrían sus obras.

El mismo destino hubiera tenido Calles Salvajes si el director hubiera aceptado el financiamiento de Roger Corman, quien buscaba desarrollar esta historia como un Blaxploitation.

Corman buscaba el billete dentro de la explotación de un subgénero que estaba de moda, Scorsese buscaba su voz como artista.

El director finalmente encontró el dinero que necesitaba gracias a Jonathan T.Taplin, el manager del grupo de rock The Band.

La banda sobre la que luego Martin centró hizo esa obra maestra del documental como fue El último Vals.

Calles salvajes fue alucinante cuando surgió en 1972 por varios motivos.

En primer lugar (y lo que más me gusta a mí) al igual que las obra de Kinji Fukasaku, Scorsese despojó su obra de todo romanticismo y glamour que podían tener los mafiosos en el cine.

Con mucho realismo la historia seguía la vida cotidiana de unos perdedores que aspiraban, sin mucho éxito, a convertirse en grandes figuras del ambiente gánster.

Inclusive el delincuente de mayor jeraquía en la trama, encarnado por el tío en la ficción de Harvey Keitel, era un mafioso de segunda o tercera línea en cualquier otra película.

Inspirado por John Cassavetes, quien lo impulsó a crear una obra que fuera personal, Scorsese desarrolló esta película que describía el ambiente decadente en la escala más baja del mundo del hampa.

No había un misterio o crimen que resolver sino que el relato seguía a estos personajes en su aburrida vida cotidiana, que estaba marcada por la violencia y los negocios sucios.

El personaje de Keitel arrastraba de la ópera prima del director, Who’s That Knocking at My Door, los conflictos internos de la culpa y su relación con el catolicismo que se contraponían con el estilo de vida que llevaba.

En Calles Salvajes nace la voz de Scorsese como narrador que encontramos en la original edición del film, el tratamiento de la banda de sonido (con los infaltables Rolling Stones ) y la fotografía.

Y si esto no alcanza tenés a Robert De Niro en el primer rol importante de su carrera como el desequilibrado Johnny Boy.

La película formó parte de esa generación de nuevos realizadores, como Steven Spielberg, Brian De Palma, George Lucas, Francis Ford Coppola, Walter Hill, Peter Bogdanovich y Monte Hellman, que refundarían el cine hollywoondense en los años ´70.

Una generación dorada de esas que surgen cada 30 años, con suerte.

21-ESTADO DE GRACIA (1990)

La mejor película de la Mafia irlandesa que se hizo hasta la fecha y brindó una de las mejores obras del género en los años ´90.

Aunque tuvo excelentes críticas en su momento Estado de Gracia fue un fracaso comercial debido que los genios de Orion Pictures decidieron estrenarla una semana después de Goodfellas.

La atención estaba puesta en otro lado y este gran trabajo del director Phil Joanou pasó desapercibido.

El mafioso Jackie Flannery quedó en el recuerdo entre los personajes memorables de Gary Oldman, quien estaba excelente en esta producción junto a Sean Penn y Ed Harris.

Dentro de un reparto donde además se destacaban Robin Right y John Turturro.

Penn encarnaba a un policía que era reclutado para infiltrarse en la Mafia irlandesa dentro de un clan que integraban sus amigos de la infancia.

El clímax de esta película aportó una de las mejores secuencias de tiroteos que se registraron en el cine.