El Disney olvidado: Never a Dull Moment (1968)
El hecho de animarse a tomar riesgos artísticos acarrea también la posibilidad que las cosas no salgan bien y el proyecto resulte un fracaso.
Ya sea porque la idea funcionaba en una sinopsis pero luego no se pudo materializar del modo adecuado o tal vez se trata de un relato adelantado a su tiempo que no consigue conectar por el momento con el público.
A lo largo de su carrera Ron Miller (no me canso de escribirlo), el más grande productor de Disney, vivió ambas situaciones. Así como su intención de sacar a la compañía de su zona de confort creativa brindó títulos memorables, como los ejemplos de Tron o Regreso a Oz, también tuvo que lidiar con algunos fiascos.
En esta nota me voy a referir a una película olvidada que no funcionó y formó parte de esos primeros proyectos de Miller, a fines de los años ´60, donde empezó a introducir elementos atípicos en la filmografía del estudio.
Never a Dull Moment tuvo la enorme ambición fusionar la comedia de enredos familiar con el cine gánster, el policial negro y la Heist Movie centrada en la organización de un gran robo.
Estilos cinematográficos que no tenían nada que ver con la clase de propuestas que el público asociaba con Disney y tampoco eran sencillos de trabajar en un film apto para todo público.
La trama era estaba basada en la novela A Thrill a Minute With Jack Albany, de John Godey, famoso autor del género policial más conocido por su obra The Taking of Pelham One Two Three, que fue adaptada dos veces en el cine.
Miller reunió un reparto espectacular que tenía entre sus principales figuras a Dick Van Dyke. Edward G.Robinson, ícono de la era dorada del género gánster, Henry Silva, Slim Pickens (Dr.Strangelove), Tony Bill (Soldier in the Rain) y Jack Elam, clásico villano del western recordado por su trabajo en High Noon y Érase una vez en el Oeste.
La dirección corrió por cuenta de Jerry Paris, amigo personal de Van Dyke quien había dirigido al artistas en la serie de televisión The Dick Van Dyke Show.
La premisa no era mala y tenía un concepto divertido.
Van Dyke encarnaba a un actor de películas clase B que no atravesaba un buen momento de su carrera.
Una noche mientras ensayaba en voz alta sus diálogos para una película de gánsters en un callejón, un joven delincuente lo confundía con un asesino a sueldo y los trasladaba a la casa de un Capo de la Mafia, Leo Smooth, interpretado por Robinson.
En un principio el protagonista, entusiasmado por el hecho que su interpretación había sido convincente, decidía seguir adelante con la farsa.
Las tensión aumentaba cuando el jefe de la banda lo ponía a cargo de la organización de un gran robo que representaría su salida del mundo del crimen.
El artista entonces buscaba la manera de escapar del grupo y las cosas se complicaban cuando aparecía el verdadero killer, encarnado por Jack Elam.
En 1968 Edward G.Robinson tenía 74 años y era reconocido como una leyenda hollywoondense del cine gánster y el policial negro, debido a sus intepretaciones en los clásicos Little Caesar (1931), Double Indemnity (1944) y Key Largo (1948).
El papel que interpretó en esta propuesta de Disney fue su despedida en roles de mafiosos y tuvo la particularidad que el actor lo abordó como una sátira de sus clásicos personajes.
La gracia de Leo Smooth pasaba por el hecho que era una especie de Vito Corleone que buscaba retirarse del mundo del crimen para tener una galería de arte y concentrarse en su colección de pinturas.
La idea de Never a Dull Moment no era mala y le sobraba elenco para ofrecer una película entretenida, sin embargo el proyecto no terminó de funcionar.
Para el público adulto era una parodia light que se volvía bastante predecible y para los chicos resultaba un bodrio por el exceso de diálogos de exposición que tenían las motivaciones de los protagonistas.
El film era claramente una propuesta para los espectadores maduros pero se vendió como una comedia familiar y su desempeño comercial fue muy malo.
Algunas características para resaltar de este proyecto de Ron Miller son las escenas de comedia física de Dick Van Dyke,que brindaban momentos divertidos y la secuencia inicial que califica como el momento más violento de la filmografía de Disney hasta 1968.
La trama comienza con un homenaje a las películas clásicas de gánsters de los años ´40 donde se retrata un tiroteo entre dos criminales y un escuadrón de la policía que los tiene sitiados en un edificio.
En 1977 se volvió a re-estrenar en función doble con el film de animación Los tres caballeros y tampoco funcionó porque el público infantil no se enganchó con ese estilo de comedia.
Cada día -y en cada nota que hacés- lo banco más a Ron Miller.
Ver las cosas que hacía y experimentaba con él, y después mirás lo que es la casa del ratón hoy en día y te dan ganas de llorar,
Es como dijo uno en The Toys That Made Us, que hoy en día no crean nada nuevo. Es seguir reseteando clásicos y se aseguran ganancias millonarias, aunque sean insípidos.
Que generación chata de contenido :/.