The Pinchcliff Grand Prix : El clásico de la animación stop motion
En esta nota quiero referirme a una obra maestra de la animación, dentro del género stop motion, que no tiene difusión en estos días, en parte porque la gran mayoría de los medios que tratan estos temas sólo se enfocan en las cosas que están de moda.
Ya sean las producciones genéricas de Pixar o el animé del momento.
The Pinchcliff Grand Prix es una joya absoluta que va a sorprender especialmente a quienes les enganche el subgénero stop motion.
Se trata de una producción noruega de 1975 que en la actualidad todavía conserva el récord de ser la obra cinematográfica más taquillera en la historia de ese país.
También lo fue en esta categoría de los dibujos animados hasta 1993, cuando Tim Burton y Henry Selick la desplazaron con el fenómeno de El extraño mundo de Jack.
Obviamente ambos artistas son fans de esta producción que con el paso de tiempo se convirtió en un film de culto dentro de este arte.
Desde su estreno en agosto de 1975 permaneció en cartel en los cines de Rusia, Japón y Noruega hasta el 2003.
Un fenómeno muy parecido al de The Rocky Horror Show en los Estados Unidos.
The Pinchcliff Grand Prix es un prodigio técnico de la animación de los años ´70 y representa la obra más popular de un cineasta revolucionario como fue Ivo Caprino.
Este hombre inventó la primera ingeniería que luego se aplicó en las marionetas animadas electrónicas que cobrarían fuerza en Hollywood durante las siguientes décadas dentro del campo de los efectos especiales.
Años después pasó a trabajar en la animación stop motion donde produjo este largometraje que desarrolló junto a cinco personas durante tres años y medio.
La trama estaba inspirada en una serie de ilustraciones del humorista gráfico noruego,Kjell Aukrust, quien concibió un reparto de personajes excentricos en una colección de libros que no estaban conectados entre sí.
A través de un argumento muy sencillo el director Caprino y su hijo juntaron las creaciones del autor en el guión de la película.
La trama tiene como protagonista a un inventor anciano que un día descubre que uno de sus ex-asistentes le robó los diseños de un auto de carrera y se convirtió en un campeón de la Fórmula 1.
Alentado por unas mascotas que hablan y gracias al financiamiento de un jeque árabe. el inventor crea un auto gigante para competir con su viejo colaborador en un Grand Prix.
Al ver esta película en la actualidad queda la sensación que los realizadores pusieron toda su atención en la secuencia de la carrera y el resto de las escenas fueron un relleno para darle un argumento al film.
La narrativa es mucho más pausada al tipo de cine de animación que se hace en la actualidad pero la obra te hipnotiza por la artesanía que tienen los detalles en la ambientación y los vestuarios de los personajes.
Hoy este subgénero cuenta con la asistencia de los efectos digitales y es otra cosa pero en ese momento cada movimiento y elemento que conformaba la puesta en escena era un laburo hecho a mano.
Los personajes, que más tarde se convertírían en íconos populares de la cultura noruega, son terriblemente bizarros y el argumento tal vez se estira demasiado con situaciones de relleno.
Sin embargo, el director Carprino luego recompensa al público en lo últimos 20 minutos donde The Pinchcliff Grand Prix te vuela la cabeza.
La disfrutás hoy en el 2021 y no podés creer que esto se hizo a comienzos de los años ´70.
La secuencia completa del Gran Prix es una obra maestra del arte de la animación y te deja con la boca abierta frente a la pantalla por el modo en que capturaron la adenalina de una carrera real a través de este género.
George Lucas le rindió un «homenaje» a este film en la recordada carrera de Anakin Skywalker en el episodio 1 de Star Wars que calcó situaciones de la propuesta noruega.
En su momento esta producción pegó muchísimo en el mundo del automovilismo, a tal punto que el piloto Niki Lauda colaboró con la construcción de una réplica real del vehículo principal, Il Tempo Gigante, que se utilizó durante muchos años para promocionar la obra de Caprino.
En la versión para Reino Unido la secuencia de la carrera contó con el comentario de Murray Walker, el famoso relator de la Fórmula 1 entre 1976 y el 2001.
Actualmente se puede conseguir en internet la versión materizada que se hizo para el 30 aniversario del film en el 2005 y permite disfrutar la película con una calidad de imagen y sonido que no tuvo durante su estreno original.
Un clásico fantástico de este género que recomiendo conseguir y los sorprenderá por su calidad de realización.
Este es el avance.
Sabés que viendo el trailer, pero principalmente la imagen del jeque, como que se me desbloqueó un recuerdo, onda deja vu, debe ser que habrá pasado alguna vez un fragmento Caloi en su programa? La voy a buscar, gracias Hugo!
Si obvio Arquero! Nuestra fuente para descubrir estas cosas!