Dune: La versión de Jorodowsky

A fin de mes llegará a los cines la nueva versión de Dune, la obra de ciencia ficción de Frank Herbert, adaptada por el director Dennis Villeuneve.

Un propuesta que tuvo previamente una miniserie en el canal Sci-Fi en el 2000 y la recordada película de David Lynch.

Antes que surgieran esas producciones, uno de los primeros intentos por llevar la obra de Herbert a la pantalla grande lo emprendió el artista chileno Alejandro Jorodowsky.

Todo el delirio que el tipo quería hacer en un proyecto que supuestamente iba a incluir a Pink Floyd ,Salvador Dalí, Mick Jagger y Orson Welles fue documentado hace unos años en un film dirigido por Frank Pavich.

Antes de centrarme en esta propuesta quiero referirme a este artista venerado habitualmente por la comunidad snob intelectual que lo considera un genio visionario del arte.

Un sujeto que siempre despertó opiniones muy divididas entre sus seguidores que lo idolatran y muchos detractores que también lo detestan con pasión.

En lo personal siempre consideré a Jorodowsky el Caruso Lombardi de la espiritualidad.

Un megalómano autoproclamado gurú que fue creador de una pseudo ciencia llamada «Psicomagia»,  en la que mezcló conceptos del tarot, la psicología y el teatro para desarrollar dudosos talleres de sanación.

«Jodo», como lo llaman sus amigotes, surgió a fines de los años ´60 en un momento donde cualquier director que hacía una película incomprensible era considerado un genio visionario transgresor de la contracultura.

En efecto, hubo mucho artistas notables que jugaron ese papel en la historia con filmografias que desafiaban los parámentros de la cultura mainstream.

Podemos citar los casos de Jean Luc Godard en Francia, el maestro Seijun Suzuki en Japón, el excéntrico Ken Russell de Inglaterra, Jack Smith, Dennis Hopper y Andy Warhol en Estados Unidos y Luis Buñuel en Latinoamérica por resaltar algunos ejemplos.

Jorodowsky, que no le llega a los talones a ninguno de los casos citados, la pegó en 1970 con El topo un film experimental desarrollado dentro del subgénero acid western, creado por Monte Hellman en 1966, con esa bizarrada que fue The Shooting, donde aparecía un joven Jack Nicholson.

El trabajo del chileno abordaba el surrealismo con mucha simbología relacionada con las filosofías orientales que se habían puesto de moda en ese momento en el continente americano.

Por ese motivo fue venerada por la contracultura intelectual de aquellos días y esto le dio notoriedad a su realizador.

John Lennon compró los derechos para exhibirla en los Estados Unidos y su representante luego financió la segunda película de «Jodo», La montaña sagrada, estrenada en 1973.

Otra obra que seguía la misma linea de divague y consiguió estatus de culto dentro del cine experimental.

En este periodo es donde surge el proyecto de hacer Dune.

Jorodowsky años después comenzó con el curro de la psicomagia donde expresó algunos conceptos nefastos que hoy son muy criticados.

Hay una energía misógina en las cosas que manifiesta y no ayuda que use metáforas con la peor elección de palabras posible.

En este documental sin ir más lejos comenta que «para concebir a un hijo es necesario violar a la novia.»

En los ultimos años fue condenado en redes sociales por otras estupideces que mencionó donde sobresale esa energía oscura que lo caracteriza.

«Todos deberían violar a sus hijos. Eso los hace despertar un afecto traumáticamente inquebrantable por sus padres «.

En los  ´70 declaró que había abusado sexualmente a una actriz en cámara para conseguir un mayor realismo en una escena de El topo y 40 años después salió a aclarar que era una mentira que inventó para obtener prensa en los medios.

Sim embargo no resultó muy convincente y salvo por las pobres ovejas adoctrinadas que lo idoltran sus palabras despertaron más dudas que certezas.

Es importante tener en cuentas estas cosas porque si uno se deja llevar por este film, parecería que el tipo es un loco lindo incomprendido por la sociedad y no es tan así.

La obra de Frank Pavich, además de la entrevista con Jorodowsky, reúne testimonios de los colaboradores y allegados que fueron parte del ambicioso proyecto de Dune.

Una película que el chileno consideraba «un profeta que cambiaría la humanidad».

Para concretarla necesitaba conseguir a un grupo de «guerreros espirituales» que lo ayudarían a desarrollar su visión.

El film detalla los pormenores de lo que fue una producción fallida de la que sólo quedó el libro de storyboards y arte conceptual ilustrado por el artista francés Moebius.

Entre los entrevistasdos se incluye a críticos de cine que idolatrán al director con tonterías que son desopilantes de escuchar.

Entre ellas el hecho que la película de Dune de Jodo hubiera cambiado la historia de la industria del entretenimiento y el concepto del blockbuster.

El realizador Nicolas Winding Refn, responsable de la sobrevaluada Drive, inclusive expresa con total impunidad que el film es una de las más grandes obras maestras del género, por el simple hecho de haber leido el libro de storyboards.

La realidad es que la visión de Jorodowsky poco tenía que ver con la novela original y nunca tuvo chances de ser concretada, ya que ninguna productora ni estudio de cine quería trabajar con él.

El tipo pretendía que le dieran millones de dólares para filmar una película de 15 horas de duración y eso no era posible en ninguna parte del mundo, ni siquiera dentro del circuito independiente.

Toda su intransigencia idiota y delirio místico de creer con una vanidad demencial que su obra, más que una película era un revolución que cambiaría el mundo, terminó por sabotear una propuesta que tenía conceptos muy interesantes desde los aspectos visuales.

Sin embargo el documental le hace creer al público que el film no se hizo porque Hollywood estaba poblado por descerebrados que no entendían la genialidad del director.

Si Jodo fuera realmente el visionario que intentan vender sus fans, en los últimos 40 años hubiera realizado alguna película notable y eso nunca sucedió.

Por el contrario, las cosas que hizo quedaron en el más completo olvido y en la última década no pudo gestar ningún proyecto en cine ya que nadie quiere financiarlo.

Vale aclarar dos cuestiones que se mencionan en este documental y son falsas.

Uno de los artistas que iba ser parte de Dune era David Carradine.  En un momento Jorodowsky declara que el actor venía de protagonizar Kung Fu, una serie que incorporaba conceptos de las filosofías orientales que tomaron de su película El topo.

Burdo cotillón del charlatán.

Kung Fu fue un proyecto creado por Bruce Lee para Warner Bros y debido al racismo de la época el estudio se negó a darle el rol protágonico que luego quedó en manos de Carradine.

Bruce buscaba transmitir ideas relacionadas con la espiritualidad de las artes marciales que poco tenían que ver con el film del chileno.

Hacia el final de la película hay un fragmento desopilante con las supuestas producciones de Hollywood que luego «robaron» concepto de la fallida Dune.

Si bien es cierto que el libro con los storyboards dio vuelta por varios estudios tampoco se consideraba la Biblia del arte cinematográfico.

Entre las películas mencionan a Flash Gordon, cuyo diseño de producción se inspiró en los cómics de Alex Raymond y Masters of the Universe que tomó como referencia visual los cómics de Jack Kirby.

El resto entra en el terreno de  incomprobable, como tantas otras vivencias manifestadas por este director.

Jorodosky´s Dune es llevadera por el carisma de su protagonista sobre todo su spanglish y el modo en que narra las anécdotas, pero comete el error de hacernos creer que el mundo se perdió una obra que hubiera cambiado la historia del arte.

A juzgar por lo que se ve cuesta creeer que eso hubiera sucedido.

Si algo dejó de positivo este proyecto fallido es que parte del equipo técnico luego trabajó en Alien y el propio Jorodowsky junto a Moebius en los ´80 hicieron un par de cómics decentes que fueron populares en Europa, como El incal.

El mensaje de apostar a la integridad artistica y la pasión por lo que uno sueña concretar es muy respetable y positivo, pero también deber ser equilibrado con los pies en la tierra.

Si como cineasta te vas a creer un profeta dueño de la verdad absoluta, probablemente tu película quede en una anécdota de lo que pudo ser, ya que ningún productor va a poner plata en semejante delirio de grandeza.

Pueden encontrar el documental en You Tube con subtítulos.

Este es el avance.