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Reseña de Creed 3

Calificación: B+
En su debut como realizador Michael B. Jordan consigue salir muy bien parado del enorme reto que representaba esta nueva entrega de Creed.
A toda la presión que acompaña la producción de una ópera prima, donde encima el director es el principal protagonista, hay que añadirle la ausencia de Sylvester Stallone en el reparto y los desafíos que suele acarrear el tercer capítulo de una serie.
La película debe atar todos los cabos sueltos de las propuestas previas y además cautivar al público con un argumento superior.
Jordan cumple estos objetivos en un film que desarrolla el rol de Adonis Creed con una mayor independencia y madurez.
Su narración opta por darle más espacio a los personajes establecidos para ahondar en los vínculos personales, al mismo tiempo que elabora de un modo impecable el arco argumental del nuevo antagonista, interpretado por un gran Jonathan Majors.
En esta cuestión sobresale una de las mayores fortalezas del film.
El rol de Damian Anderson toma algunos elementos de otros villanos previos de la saga Balboa como Tommy Gunn (Rocky 5), Clubber Lang (Rocky 3) y el primer Mike Tyson de los años ´80.
Sin embargo la interpretación de Majors le añade una variedad de matices que le aporta su propia personalidad y evita que se convierta en una clon de los personajes del pasado.
Durante el transcurso de la historia el público llega a comprender de donde proviene su resentimiento y las acciones sucias que emprende.
Un tema donde jugó un papel clave el guión de Keenan Coogler y Zack Baylin (Rey Richard) que trabaja la historia de vida del villano con una dedicación que no tuvieron ninguno de los rivales previos de Rocky.

Todo el conflicto entre Adonis y Damian está muy bien elaborado y Jordan desde la dirección consigue que la ausencia de Stallone no se extrañe tanto, ya que la tensión que se genera entre estos dos personajes sostiene con solidez el espectáculo.
Una de las grandes sorpresas de esta película se centra en el retrato de la acción y las peleas de boxeo donde el director toma el riesgo de proponer algo diferente en lugar de copiar las labores previas de Ryan Coogler y Steven Caple Jr.
Jordan opta por retratar los combates con una influencia de la animación japonesa que cuenta con una extensa lista de propuestas dedicadas a este deporte.
No obstante, el referente más notable que cobra peso en la realización de Creed 3 es Hajime no Ippo (Espíritu de lucha), una de las obras maestras de este subgénero que fue muy popular en los comienzos del siglo 21.
El vínculo con este animé lo encontramos en el retrato de la violencia y la edición que escoge el director para narrar las peleas que plantean una experiencia más inmersiva al ubicar al espectador dentro de la cabeza de los pugilistas.
Esta elección de Jordan tiene un enorme valor ya que resalta su esfuerzo por intentar hacer algo diferente en una saga que lleva nueve películas.
Las secuencias de entrenamiento son menos llamativas, aunque ese tema primó en toda la serie Creed, donde los cineastas se dieron cuenta que jamás podrían superar los antecedentes de Stallone con los montajes y se limitaron a presentar una material decente.
Si bien no hay mucho más por hacer con la carrera deportiva de Adonis queda la puerta abierta para una futura entrega que podría ser bastante peculiar si toma el rumbo que se da a entender en esta historia.
Tenía mis dudas con esta película porque me parecía innecesaria y al final resultó una grata sorpresa que recomiendo disfrutar en una pantalla de cine.

5 comentarios en «Reseña de Creed 3»

  • Esperaba un poco más, una A- ponele, claramente esta es una reseña hecha en frío y bien meditada jaja. Jordan ya admitió públicamente en una entrevista que se inspiró groso en Hajime no Ippo.

  • La acabo de ver. La película está bien. No se sienten las dos horas. Lo de la nueva forma de filmar las peleas, coincido, está bueno, aún sin ver ningún anime de boxeo.
    Yo veo dos problemas, sin entrar en spoilers. No está bien laburada la ausencia de Stallone. No está laburada directamente, y es cualquiera. Pasan cosas en la película que harían aparecer a Rocky, o por lo menos, llamar por teléfono. No calza. Se tienen que amigar y traerlo para un cameo aunque sea… Aparecen muchos personajes de las dos entregas anteriores pero no aparece Rocky. Cualquiera.
    Y el otro problema, es la pelea final. Le falta emotividad. Le falta emoción. Le falta de todo. Me parece, por lejos, la más floja de las tres de Creed.
    Tampoco suma que no puedan usar nada de la banda de sonido original. Parece que Stallone también tiene eso.
    Está bien. Pero no es memorable, como si fueron las dos anteriores. Rocky hay uno solo.

    Saludos

  • Si, hay una escena en particular donde Rocky tenía que haber aparecido, pero en el resto del film no hubiera aportado nada porque esta es una historia personal de Creed.
    En cuanto a la pelea esa fue tu experiencia Juan y es resptable,
    Yo creo que toma el riesgo de proponer algo diferente más allá de la nostalgia. Un tema en el que se recostaban las películas previas, la primera por la presencia de Stallone y la segunda por la de Drago.
    Acá buscaron darle a Creed su propia identidad y sale bien parado del desafío.
    Como película tiene un desarrollo de personajes y sus vínculos que no la vimos en la anteriores. Se siente como un film de Creed y no una extensión de Rocky.
    Saludos.

  • Si. Es cierto lo de la escena. Pero era eso. Para que calzara bien, Stallone tenía que haber aparecido en esa escena, una secuencia de dos minutos con sabiduría Rocky, y desaparecer, y hubiera quedado armónico. Entrar y salir con Addonis diciendo «tengo que hacer esto por mi mismo». Fin. Pero no está y hace ruido.
    Mi comentario de la pelea final pasa por una sensación personal de falta de épica, de ese plano en Creed 2 agarrándose la costilla astillada esperando que Drago se levante para liquidarlo, con la fanfarria de Rocky fusionada con su tema. Es como que de pronto llegan al último round y la cosa se resuelve.
    Destaco la búsqueda y la proposición, pero le faltó esa parte, esa parte donde el héroe cobra, dónde la cosa parece que se escapa, y se resuelve heroicamente, «a lo Rocky». Tampoco aportan los relatores, como si pasa en las otras grandes peleas de la saga, para crear ambiente, y a falta de Rocky en la esquina, se extraña a alguien como fue Duke.

    Nada, eso. No la pasé mal, pero a las otras dos cuando las encuentro las miro de nuevo. Esta no sé si va a tener el mismo efecto.

    Un cosa que me llamó la atención. Hay personajes interpretados por boxeadores reales, con físicos de boxeadores reales, que parecen raquíticos comparados con los protagonistas…

    Sería interesante que hicieran finalmente algo con los Drago, o al menos con Drago Jr.

    Saludos

  • Te entiendo Juan. De no ser por la pelea de Stallone con los productores hubiera sido mejor película y ahí estaba el gran desafío de Jordan.
    Hacer una pelicula decente sin la presencia de Rocky que fue clave en las anteriores.

    Saludos.

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