Candy Cane Lane: La nueva comedia de Eddie Murphy
A la edad en la que la mayoría de sus colegas ya interpretan abuelos Eddie Murphy te vende un padre de familia con hijo adolescentes y le comprás el personaje porque parece envejecer a otro ritmo.
Hace unos días se estrenó su nueva comedia en la plataforma Amazon que representó la reunión del comediante con el director Reginald Hudling, responsable de Boomerang (1992), uno de los mayores éxitos comerciales de la carrera de Murphy.
Aunque Candy Cane Lane no quedará en el recuerdo entre los títulos esenciales de la filmografía del actor al menos ofrece una propuesta familiar amena que no defrauda en materia de entretenimiento.
Honestamente la pasé mejor con esto que con el bodrio de Wonka que me hizo cabecear en la butaca durante su soporífero segundo acto.
Curiosamente la prensa norteamericana no tuvo la misma indulgencia con el film de Hudling, donde le buscaron la quita pata del gato para destrozarla con argumentos ridículos y exagerados.
Ni por asomo es el desastre que indican la reseñas más negativas.
Se nota que hubo una intención de los realizadores por evocar el tipo propuestas familiares que funcionaron con Eddie entre fines de los años ´90 y principios del siglo 21, como fueron los casos de Dr. Dolittle, Daddy Day Care y Haunted Mansion.
Filmes que también fueron aniquilados por la prensa pero contaron una recepción más positiva en el público.
En este caso se desarrolla una comedia de enredos donde el protagonista compite en un concurso de decoración navideña y termina involucrado en un pacto bizarro con una elfa maléfica.
La trama, que hacia el tercer acto entra en un terreno Jumanji, es un delirio ridículo que no resiste ningún tipo de análisis.
Pese a todo Eddie con su presencia saca la película adelante y consigue que sea divertida.
Los más destacado de la labor de Hudling se encuentra en la realización de los efectos especiales que están muy bien logrados.
Muy especialmente la animación de unas figuras de porcelana que cobran vida y resultaron cuidadas con el tratamiento del CGI.
Un aspecto para objetarle a Cande Cane Lane es su duración de dos horas que no tiene justificación.
Este es un problema que en el último tiempo se hizo habitual en el cine hollywoodense.
Al relato del director le sobran con facilidad 30 minutos que de haberse editado no afectaban en absoluto el desarrollo del conflicto central.
Salvo por esa cuestión la película dentro de todo se deja ver y como propuesta familiar resulta más que entretenida.
Calificación: B
Yo respecto a este tipo de películas, más si son para plataformas, no busco que revolucionen el cine navideño y sean todos futuros clásicos, con que entretengan creo que ya estarían garpando. Al fin y al cabo son pelis para ver en familia, disfrutar el momento mientras estás comiendo, que se yo, por ahí uno tiene la vara muy baja, pero lo que es para consumo hogareño no lo veo tan mal que simplemente se limite a divertir. La vemos y comentaremos