Revenge: El debut de Coralie Fargeat

Este año la directora francesa Coralie Fargeat llamó la atención en el Festival de Cannes con La sustancia, un body horrror delirante que desconcertó a la crítica más conservadora con su excentríco despliegue de efectos prácticos.

Fargeat es una cineasta apasionada del cine de género y tuvo su debut en el 2017 con una película de acción que cosechó reseñas muy polarizadas.

No hubo término medio.

Hubo gente que la elogió y otros la consideraron una basura.

Revenge fue una remake clandestina de I Spit in Your Grave, el infame clásico de culto de Mei Zarchi  de 1978 que quedó en el recuerdo por presentar una escena de violación de 30 minutos.

En su momento el crítico Roger Ebert fue uno de los detractores más enérgicos del  film y la verdad es que cuesta no empatizar con su fundamentos.

La película era una porquería y el estatus de culto que obtuvo se relaciona más con su reputación negativa que por el contenido.

Zarchi en los comienzos del siglo 21 luego desarrolló remakes y continuaciones de esa producción que fueron destruidas por la prensa de la actualidad.

Según la directora Fargeat jamás vio I Spit in Your Grave y su película estuvo inspirada en Rambo, Mad Max y Kill Bill.

Un argumento que cuesta bastante comprar cuando la premisa argumental es un copy paste de la producción de Zarchi.

Siempre me desconcierta cuando los artistas se niegan a reconocer determinadas inlfuencias que se perciben con claridad en sus obras.

En la literatura sucedió con Suzanne Collins, autora de la franquicia Hunger Games, quien expresó no tener conocimiento de la novela de Koushun Takami, Battle Royale, cuando su trabajo no fue otra cosa que una remake maquillada.

Revenge tiene algunos ingredientes interesantes que mejoran el concepto del film de 1978.

La actriz italiana Matilda Lutz, que pronto veremos como Red Sonja en la nueva adaptación del cómic, encarna a Jen, una chica que tiene una relación con un tipo casado.

Durante un viaje de fin de semana el hombre se vuelve más agresivo y como ella rechaza sus avances la agrede sexualmente.

El modo en que Fargeat aborda la violación es muy interesante por la perspectiva que le aporta a la premisa original.

La escena dura apena 15 segundos y resulta perturbadora al retratar la situación de un modo implícito.

El público no llega a ver lo que sucede pero puede escuchar el sufrimiento que padece el personaje y eso le otorga a la secuencia un mayor impacto emocional.

Otro elemento para destacar es que los villanos de la trama no son hillbillies marginales sino padres de familia de clase alta.

Los tipos operan desde la impunidad de creer que pueden hacer cualquier cosa por el simple hecho que tienen plata.

La situación para la protagonista se vuelve más complicada cuando llegan a la vivienda los amigos del agresor.

Al intentar escapar del lugar Jen cae de un risco y termina empalada por la rama de un árbol.

Esta es la situación que dividió las opiniones en el público.

Tras recuperarse de una herida imposible y sobrevivir sola en el desierto, Jen reaparece como la hija de Rambo y ejecuta su venganza.

De la nada misma, una chica ingenua se convierte en una Mary Sue implacable que parece haber sido entrenada por un comando de elite.

La historia es inverosimil pero no creo que sea una casualidad.

Una cualidad del cine de Fargeat es que sus relatos tienen una veta feminista pero tampoco se toma todo tan serio.

Aunque los temas de discusión están presentes nunca se convierten en un panfleto ni opacan al entretenimiento.

Cuando el relato se enfoca en la acción la película se vuelve mucho más grotesca y evoca la violencia zarpada del cine de Takashi Miike y la primera época de George Miller.

Los seguidores del realizador asiático van a encontrar varios momentos dignos de Ichi, The Killer.

Si le comprás el cuento a la directora Revenge es muy amena y sobresale por su labor en los aspectos tecnicos.

Las secuencias de acción son excelentes y se ven beneficiadas por la fotografía de Robert Heyvaert (Bad Boys for Life) y la interpretación de Matilda Lutz.

Si la película de Red Sonja resulta una porquería no será su culpa de ella que fue un casting perfecto para ese personaje.

Otra enorme cualidad de la película sobresale en el dominio del suspenso que presenta la narración de Fargeat.

Aunque la historia es predecible te cautiva por completo con la tensión permanente que construye el film en una propuesta que encima dura 108 minutos.

A diferencia de La sustancia donde se excedió con el metraje en Revenge ofrece una obra mucho más dinámica que no decepciona en absoluto si te gusta este tipo de cine.

Será interesante ver como sigue la carrera de esta directora cuyas películas ahora pasaron a tener distibución internacional.

Calificacíón: B+